El miedo nace de la desinformación, es por ello que la Fundación de Conservación Ecológica Mictlán se dedica a acercar especies en peligro por la actividad humana a las personas.
Con stands en ferias permiten la interacción entre aves como la aguililla cola roja, búho virginiano, o halcón caracara, con las personas, quienes curiosas se acercan y pagan 50 pesos por posar con las aves o con una pitón.
Radicados en Xochimilco, pero viajando por el país entero, el dinero lo emplean para poder dedicarse a la salvaguarda y rescate principalmente de aves de rapiña pero también axolotes, xoloitzcuintles, serpientes y artrópodos.
“Nos dedicamos a la salvaguarda de diferentes especies de plantas y animales, nosotros esta labor la hacemos utilizando el impacto visual que general los animales con los que trabajamos para generar consciencia ecológica, poder generar una consciencia firme y duradera en la mente de nuestros niños” , comentó Omar Velázquez, director de la asociación civil.
Mientras los curiosos cargan a la pitón o admiran a los búhos, la gente aprende de ellos, pues muchos les tienen miedo e incluso aún hay gente que piensan que son representaciones de lo maligno, por lo que los matan.
“Son animales que todos los años son trampeados para ser vendidos en el mercado negro. Nosotros tenemos un programa en el que apoyamos a personas que quieran comprar aves de manera legal y les damos los cursos debidos para que los puedan tener de manera consciente”.
EVENTOS PARA SOSTENERSE
A invitación de escuelas, festivales y hasta particulares, el Eco-Proyecto Mictlán viaja por toda la República con las aves rapaces que están adiestradas y acostumbradas a convivir con la gente. El contacto es la base de la información y bajo esa premisa, permiten que los mitos se rompan.
“Al ser una asociación civil, podemos recibir donativos y también podemos recibir voluntarios. Nosotros no pedimos para mantenernos, sino somos una asociación que trabaja para mantenerse y llegar a nuestra meta”.
Por 50 pesos la gente se puede tomar una foto con su animal de preferencia, bajo la supervisión de Omar, quien les platica cómo se cuidan, qué hacen y qué no, como se alimentan y hasta les cuenta sobre la cetrería, deporte con el que se entrena a aves rapaces para la caza, y que Omar practica con sus acompañantes emplumados.
(SAB)