Naucalpan, Méx.- Debido a que un perico cabeza roja se postra en un árbol de guayabas a comerse los frutos, una vecina de Ciudad Satélite en este municipio pide a sus dueños que deje de comerse sus guayabas, debido a que sólo acude a ese sitio a alimentarse.
Aunque el hecho ha causado diversas reacciones en redes sociales, la propietaria de la vivienda, de nombre Claudia, escribió “Alguien de Circuito Juristas que sepa si este periquito tiene dueño o casa humana, pueden decirle que deje de comerse mis guayabas”.
Luego añade que le gustaría saber si la zona de Satélite es un hábitat adecuado para el periquito que visita su árbol de guayabas por las tardes para alimentarse de los frutos, “o sino, ver como poderle mejorar, porque solo viene a mi árbol de guayabas a comérselas y si nos acercamos lo espantamos y se va”.
Los vecinos comentaron que no es el único sitio donde hay periquitos, “también en Las Américas andan parvadas de ellos entre los árboles, no causan daño a nadie, el verlos y escucharlos como que resulta un aliciente para los amantes de la naturaleza”, externó Zara Librado.
En esta temporada, diversas parvadas de pericos cabeza roja y cabeza gris han sido localizadas en las regiones de El Rosario y Tequexquináhuac en Tlalnepantla, a unos 6 kilómetros de Ciudad Satélite.
En Tequexquináhuac, los pericos cabeza gris tienen nidales en árboles que se encuentran frente al Cecytem y a la secundaria; sin embargo, es común encontrarlos por decenas en la explanada de la comunidad donde los vecinos los alimentan diariamente.
Los policías de la localidad vigilan que las aves no sean molestadas, ya que han llegado personas de otras localidades con la intención de capturarlos, explicó Gloria Mendoza vecina del condominio C, quien añadió que la comunidad alimenta y protege a los periquitos.
Otros nidales de pericos cabeza gris han sido localizados en la primera sección de El Rosario, en los árboles cercanos a la avenida de Las Armas, los cuales también están debidamente protegidos, ya que de pretender atraparlos puede considerarse como maltrato animal, lo cual está penado en el Estado de México.
MRV