Tultitlán, Méx.- Decenas de comercios que se encuentran en la orilla de la Vía López Portillo en las inmediaciones del pueblo de San Francisco Chilpan, desde hace décadas se dedican a la venta de refacciones usadas, las cuales extraen de vehículos siniestrados adquiridos a aseguradoras, abandonados e incluso unidades descompuestas y que sus propietarios ya no pudieron, o no quisieron reparar. Aunque no descartan que vendan de piezas de dudosa procedencia.
El pueblo de San Francisco Chilpan fue reconocido en 1929 cuando el gobierno federal les da posesión legal del ejido a los ejidatarios de este lugar un 29 de octubre con base en una resolución publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 25, del mismo mes y año.
En este pueblo tradicional de Tultitlán habitan alrededor de 3 mil 560 personas en 892 unidades habitacionales y tiene una densidad de 937 personas por kilómetro cuadrado, la edad promedio es de 29 años y la escolaridad promedio de 9 años cursados.
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Tras la construcción de la Vía López Portillo fue inaugurada en 1980 por el ex presidente José López Portillo y el quien fuera gobernador doctor Jorge Jiménez Cantú. Se trata de una vialidad de 17 kilómetros que inicia cerca de Tlalnepantla, ocupa una parte de Cuautitlán Izcalli, pasa por Tultitlán, continua por Coacalco y llega hasta Ecatepec.
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Tras la inauguración de esta importante vía, según la Biografía Municipal de Tultitlán, emergieron múltiples negocios en las orillas de la López Portillo, particularmente en la zona de San Francisco Chilpan surgió inicialmente un negocio de venta de refacciones usadas para autos de modelos recientes como antiguos.
Fue posteriormente que otros negocios similares dedicados a la venta de refacciones usadas, emergieron. Hoy en día existen unos 30 negocios dedicados a la venta de refacciones usadas, accesorios, llantas, fascias y hasta vehículos reconstruidos.
San Francisco Chilpan es uno de los pueblos tradicionales de Tultitlán, pero es más conocido en los municipios del Valle de México por sus negocios de venta de refacciones usadas, en los llamados “deshuesaderos”, donde se encuentran piezas de vehículos de modelos recientes como de antiguos.
De los diversos modelos y marcas, venden en los diferentes locales calaveras, unidades de luz, faros, fascias, parabrisas, medallones, llantas, partes de motor, accesorios, explicó Mario Mendoza, encargado de Refacciones Automotrices Usadas Chilpan, quien añade que todo lo que venden es procedente de vehículos siniestrados, descompuestos e inservibles.
“En nuestro caso compramos los vehículos siniestrados de pérdida total a una agencia aseguradora, desmantelamos y separamos las piezas buenas, a la vez que desechamos las inservibles. No hay nada ilícito en ello pues contamos con documentación de cada compra”, refirió el encargado.
Fascias, salpicaderas, módulos de luces, espejos, calaveras, faros, molduras, cofres, parrillas, marco, salpicaderas y molduras, cubre polvos, suspensiones, rines, piezas para frenos, embragues, “de todo tenemos y sin no, vamos y lo conseguimos”, dijo.
En el Estado de México las aseguradoras en su reporte del 2021 destacan que en esa entidad hay un grado de siniestralidad vehicular del 59% que fue mayor al registrado en la Ciudad de México, de ellos gran parte corresponden a pérdida total de autos siniestrados o colisionados.
“Cuando el vehículo siniestrado quedó casi completo, pero a consideración del asegurado se determina la pérdida total, que luego se dictamina, son talleres particulares donde se tiene convenio para reconstruir el vehículo y venderlo entero”, explicó Guadalupe Noriega, vecina de la López Rayón quien es enlace entre el taller de reconstrucciones vehiculares “Castillo” y la aseguradora Qualitas.
Un empleado de la aseguradora automotriz Afirme, refiere que en efecto cuando la unidad siniestrada es declarada pérdida total, se vende incluso a las empresas de refacciones usadas, como es el caso de Chilpan, para rehabilitarla completamente y venderla en un precio que se determina con base en el “Libro Azul”.
Sin embargo, en las decenas de comercios de venta de refacciones usadas y específicamente en las que adquieren autos descompuestos en colonias populares, “no se ha podido evitar que adquieran vehículos que luego resultan con reporte de robo. Ya hemos tenido casos donde vecinos ofrecen el carro. Lo compramos en precios bajos, tres mil, cuatro mil o hasta cinco mil pesos, pero cuando ya desmontamos carrocería y todo, vemos que estaban remarcados o cosas así”, explicó Mario.
Las refaccionarias de Chilpan, son referente entre los mecánicos de municipios como Atizapán de Zaragoza, Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli, Coacalco, Tultepec y Ecatepec cuando se trata de buscar refacciones automotrices usadas.
VGB