El sábado en la madrugada un hombre llegó al punto donde Karen Sánchez trabajaba por las noches. Lo que parecía ser una jornada normal, culminó con su transfeminicidio y la herida de los crímenes de odio se volvió a abrir en la comunidad trans.
Karen, de apenas 21 años de edad, era identificada como activista, no sólo en favor de los derechos de la comunidad trans, sino también para mejorar las condiciones de salud, prevenir las infecciones del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en la población en general e incluso gustaba de jugar futbol por lo que perteneció al equipo deportivo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México.
Fue asesinada a balazos, uno de ellos en el pecho, alrededor de las 02:30 horas del sábado 12 de noviembre. Su cuerpo quedó tendido en la intersección de Emiliano Trejo y Paseo Tollocan, frente a una mueblería.
Te podría interesar
“Karen era una mujer trans joven, que tenía metas y sueños por cumplir. Mujer Trans miembro ejemplar de Colectivo trans Estado de México & alrededores y de Realitrans A.C”, comentaron sus compañeras.
La joven, señalaron en el colectivo Realitrans, se sumó a proyectos de investigación que buscan conocer las problemáticas de salud en mujeres trans mexicanas.
“En México el promedio de vida de una mujer trans es de 30 años de edad. Esto se refleja en que no se pueda generar información precisa sobre nuestras determinantes sociales, y como es nuestra calidad de vida”.
El punto donde fue asesinada es conocido como “zona tolerada”, ahí trabajadoras sexuales están los fines de semana, y las primeras investigaciones refieren que fue un cliente habitual el que la agredió.
“Hoy denunciamos que el Estado es injusto, que sigue dejando a las mujeres trans como ciudadanas de segunda: no existen oportunidades suficientes, no hay cupo laboral y capacidad para adquirir bienes y servicios de calidad, una educación de calidad, vivienda, alimentación y empleo formal”.
Los transfeminicidos en Toluca
Datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas de la comunidad LGBTTTQA+ en el 2022 se han registrado dos asesinatos a mujeres trans en el Estado de México y el de Karen es el tercero en la entidad.
Sin embargo, y pese a la exigencia, no se ha logrado tipificar en el Código Penal del Estado de México, el delito de transfeminicidio como crimen de odio para su respectivo análisis cualitativo y estadístico.
“Era una mujer trans migrante y trabajadora sexual radicada en Toluca. La historia de Karen es una de las tantas que se repite en todo el país. El odio arrebata vidas, pero también sueños y proyectos".
Karen y muchas hermanas silenciadas deben abrirnos los ojos a quienes estamos dentro de organizaciones, colectivos o nos autonombramos ‘activistas’; la causa por la dignidad y la justicia debe ser más grande que el ego, la banalidad y la búsqueda de un vil cascajo de reconocimiento social o político”, añadió Ricardo Torres, de la asociación civil Fuera del Closet.
Las estadísticas
Entre 35 y 40 años se sitúa la esperanza de vida de una persona transexual, en especial de las mujeres, debido a que la discriminación que sufren puede llevarlos a cometer suicidio, o bien, corren el riesgo de ser asesinados por transfóbicos; así lo revela un estudio de la oficina local de la Salud Reproductiva incluyendo VIH/SIDA de la Organización Estudiantil de la Salud.
En tanto, el Comité Permanente de Salud Pública de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), tiene el registro de que 24.1 del total de población trans opta por suicidarse.
El año pasado, en un lapso de tres meses, tres mujeres trans fueron asesinadas en el Valle de Toluca.
Una de ellas fue Monse, baleada en Tollocan desde una camioneta en movimiento por sujetos en estado de ebriedad, murió cuando recibía atención médica.
En tanto, Chanel fue herida de muerte sobre la avenida Alexander Von Humboldt, en esta capital mexiquense el 15 de junio.
La violencia que vive la comunidad trans deja como resultados fatales los llamados crímenes de odio y los suicidios, por lo que los especialistas de la UAEM coinciden en que se debe enfocar esfuerzos en la concienciación de que, por la preferencia sexual o identidad de género, una persona no debe ser etiquetada, sino que deben ser vistas como personas, quienes, detrás de los tacones y el maquillaje, esconden víctimas del odio e incomprensión por parte de la sociedad.
MRV