Toluca, México.- En los portales de Toluca, desde 1932, cada octubre la muerte llega en calidad de dulce y color. La nostalgia genera sonrisas y da vida a la comunidad con la llegada de la Feria del Alfeñique, que viste la ciudad con calaveras de azúcar, de chocolate, flores de cempasúchil y papel picado rumbo al Día de Muertos.
Carmen Mondragón, artesana del alfeñique y heredera de esta tradición por al menos tres generaciones, saborea el regreso de la Feria del Alfeñique como un triunfo, aunque la pandemia de covid-19 le arrebató a su hermano, hoy puede presumir su puesto de nuevo, tras dos años de incertidumbre, de duelo y de pérdidas.
“La Feria del Alfeñique es una tradición mexicana que habla sobre el Día de los Muertos. (Poner) las ofrendas para los muertos es algo que nos inculcaron desde pequeños y es algo en lo que creemos, entonces, para nosotros es algo valioso y queremos que esto se siga preservando”.
Vuelven a “la normalidad”
Este año, al fin, la Feria del Alfeñique regresa a los portales de Toluca con sus 84 artesanos y todo el mes; pues durante la pandemia de covid-19 la exhibición fue limitada a unos cuantos productores dulceros y unos cuantos días de feria. Por eso es día de fiesta.
El trabajo para alistar la Feria del Alfeñique comienza en mayo, cuando no hay lluvia, para que la pasta de azúcar no se cuartee con la humedad. Son meses enteros los que artesanos del Valle de Toluca dedican a la elaboración de las calaveritas, a la decoración y empaquetado de las mismas.
“Da mucha emoción, porque el hecho de que la gente reconozca nuestro trabajo para nosotros es valioso. Desgraciadamente, hay gente que, cuando le damos el precio de una pieza dice ‘ay es que está muy caro’, pero detrás de esto hay muchas cosas”, dice Carmen en entrevista con La Silla Rota.
“Primero, la materia prima subió mucho este año y –después de eso– tenemos meses de preparación. Una pieza a veces nos lleva tres o cuatro días, pues entonces solo les pedimos eso, que nos entiendan y valoren de verdad porque sí es un trabajo totalmente artesanal”.
Este año se retomó la tradición de dejar que la Feria del Alfeñique adorne los portales de las calles Madero, 20 de Noviembre y Reforma durante un mes y, tras dos años de pandemia, regresaron los 84 artesanos.
Hace un par de administraciones municipales se tomó la decisión de acortar el tiempo de la feria a 10 días, lo que afectó las ventas; sin embargo, en esta ocasión estarán hasta el 3 de noviembre, para deleitar los paladares de propios y extraños.
“Dos años fue de pandemia, no se trabajó: solo la mitad. De los artesanos que somos nada más trabajó la mitad, 40. Este año estamos todos gracias a Dios, lógico, hubo compañeros que fallecieron, pero siguen sus familiares”, comentó María Félix Esquivel, también artesana.
Esta fiesta, que antecede a la colocación de las ofrendas de muertos en los hogares mexiquenses, en las que los dulces tradicionales, las calaveritas de chocolate y las de azúcar, no pueden faltar.
Los artesanos reconocen que también le tuvieron miedo al coronavirus, pues al menos cuatro integrantes de la Unión de Artesanos del Alfeñique de Toluca fallecieron entre marzo y agosto.
Para el Día de Muertos no solo se preparan las calaveritas blancas: también tumbas, catrines, dulces de calabaza, chongos zamoranos, que le ponen un toque azucarado a la pérdida de un familiar.