CELEBRACIÓN A SAN JUDAS

FOTOS: "Me encanta visitar a San Juditas, es mi devoción; regresa el fervor a San Hipólito

La iglesia de San Hipólito se llenó de la fe en San Judas Tadeo, el patrono de las causas imposibles, ya que miles de fieles acudieron a agradecerle su ayuda o a pedirle un milagro

Luego de dos años de pandemia, miles de fieles asistieron a la iglesia de San Hipólito para celebrar al patrono de las causas imposibles.
Regresa la fe por San Judas.Luego de dos años de pandemia, miles de fieles asistieron a la iglesia de San Hipólito para celebrar al patrono de las causas imposibles. Créditos: Jonatan Amador
Escrito en METRÓPOLI el

Miles de fieles acudieron este 28 de octubre a la iglesia de San Hipólito, en avenida Hidalgo y Reforma, para cantarle las mañanitas con mariachi a San Judas Tadeo, santo patrono de las causas imposibles. A lo largo del día afuera del templo sonaban los cuetes y en la noche hasta hubo toritos pirotécnicos, para que el santo viera que se le quiere.

A la iglesia llegaron personas de distintos lugares: de los municipios mexiquenses de Naucalpan y de Zumpango, o de la Unidad habitacional Quetzalcóatl, en Iztapalapa, en la Ciudad de México y del mismo Centro Histórico. Todos llevaban en sus manos, en una bolsa o en la espalda una representación de San Judas Tadeo o como de cariño le dicen, San Juditas.

Había esculturas de tamaño natural, una de ellas con un arco de coloridas flores naturales y la cual era cargada por cuatro hombres. Además, había pequeñas figurillas que cabían en una mano, unas adornadas con los escapularios que recibían, otros llevaban la figura de San Judas en estampas o bolsas. Incluso algunos iban vestidos como el santo católico, con una sotana blanca, cruzada con un manto verde, símbolo de esperanza en tiempos difíciles que nunca acaban.

Pero también se asomó la  generosidad de personas fieles a San Judas, que en pago a un milagro recibido del santo de las causas imposibles, compartieron con otros devotos como ellos tacos de carnitas, escapularios, veladoras, tamales, estampas, rosas y dulces para los niños, entre otras cosas y que apenas empezaban a ser repartidos se volvía un avispero de manos anhelantes.

Otros aprovecharon para llevar su vendimia de medallas, figuras y posters de San Judas, o para vender alimentos, como el infaltable pan de feria, quesadillas, sopes y otros ofrecían bebidas.

El paso de los autos fue cerrado y sólo pasaban unidades de Metrobús, semivacías. En la acera de enfrente a San Hipólito estaban personas y debajo de un paradero aprovechaban la sombra para echarse un sueñito, quién sabe si lo hacían sin temor de Dios pero sí seguro del qué dirán.

DEVOTA DESDE QUE SAN JUDAS LA AYUDÓ CON SUS HIJOS RECIÉN NACIDOS

También ahí había cientos de historias de personas que recurrieron a San Juditas y que se convirtieron en devotas. Una de ellas de una señora que estaba formada para poder entrar a la iglesia y mientras ingresaba, atendió a La Silla Rota. Comparte que la primera vez que recurrió a San Judas fue para pedir por su hijo, ahora de 10 años, pero quien al nacer fue ochomesino y estaba en riesgo médico. Después le volvió a pedir ayuda, para su hija, nacida de seis meses.

“Mi niño nació de ocho meses y de él ya no me daban esperanzas y mi nena nació de seis meses”, recuerda, acompañada de su hija y aunque su hijo no pudo ir, está bien.

Este año la señora acudió a pedirle por su hermano, quien necesitaba un milagro, pues atraviesa una difícil situación, dijo al borde de las lágrimas, sin describir cuál era.

REGALA TACOS DE CARNITAS EN HONOR A SAN JUDAS

María Esperanza Salmerón y su familia pusieron su camioneta en el carril al lado del camellón de Avenida Hidalgo, y en la caja prepararon tacos de carnitas que repartieron gratis entre los asistentes. Lo hizo para agradecer que estuvieron bien, pese al año malo que pasó debido a la pandemia, pero ella, agradecida le vio el lado bueno por tener un trabajo.

Originaria de Uruapan, Michoacán, actualmente trabaja en la Ciudad de México, contó que primero entregaron las carnitas, de la cual llevaron 120 kilos y al acabar ya iban a entrar a la iglesia para la misa.

Emocionada, luego de acabar los tacos, mencionó que las personas, luego de recibir su taquito, les decían “que Dios las bendiga mucho”.

Oscar es otro caso de una persona que regaló algo. Proveniente de Ecatepec, se puso a regalar escapularios artesanales. Rápidamente fue rodeado por personas en busca de llevarse el recuerdo. Entre la gente, solo alcanzó a decir que la manda era de su hermana, quien no pudo ir y él la sustituyó.

SAN JUDITAS CURÓ A MI HIJA DE DEPRESIÓN

Josefina García Noriega es otra de las miles de visitantes. Recordó que lleva 10 años de ir a San Hipólito. En su caso lo hace porque una de sus hijas sufría de depresión, y ella le pidió a San Judas para que no la tuviera y se lo concedió. Desde entonces es devota.

Originaria de la Ciudad de México, ahora es vecina en Zumpango, luego de que su esposo consiguiera un trabajo en el municipio mexiquense. Durante los años más duros de la pandemia no pudo visitar a San Judas el 28 de octubre, pero sí lo hizo otros días.

“Me encanta visitar a San Juditas, es mi devoción”.

Ella y sus hijas y nietos llegaron el 27 de octubre a las 5pm, siete horas antes de las mañanitas. Ahí pernoctaron, frente a la iglesia, añadió.

“Había bandas, había músicos, había de todo”, expresó mientras sonreía. Escucharon las mañanitas, los toritos y aún así, consiguieron dormir, agregó.

Para el desayuno, hubo tamales, pan y leche que llevaron otros fieles para repartir. “Hubo de todo”, comenta sentada en el camellón de avenida Hidalgo. Como ya sabía, ni siquiera llevaron comida, porque ahí la consiguieron.

“Es bonito porque es una tradición que sigue”.

La familia de García Noriega se dedica al comercio y acudieron a San Hipólito para pedir mejores ventas. “Que nos bendiga y ayude Dios”.

En la misa les echaron agua bendita a ellos y a sus figuras. A tres años de la última vez que vinieron, pues en 2020 y 2021 se atravesó la pandemia de covid, emocionadas reconocieron que ya extrañaban a San Juditas.

“Cada vez que es su cumpleaños lo debemos festejar”.

Antes de despedirse Josefina le mandó saludos a San Juditas, porque él sí le cumplió.

Otros de los visitantes entrevistados fueron dos hombres, uno de ellos fue con su hija. Los tres iban vestidos de San Judas. Al preguntarle cuál era la causa, explicó por qué lo hacen.

“Es una creencia hacia San Juditas, por los milagros que nos ha hecho. Nos ha curado de enfermedades, tenemos la fe porque él nos ha ayudado”.

Ellos tampoco acudieron a visitarlo en pandemia. Al preguntarles si este 28 de octubre se parece a los anteriores cuando no había pandemia, uno de ellos respondió que antes había más gente.

“Ha estado mejor, un poquito más lleno, pero igual hemos venido en otro horario y me imagino que al ratito es cuando más gente se aglomera”, comentó, alrededor de las 11:15am.

Pero en la misa es donde más personas juntas se ven. Apenas caben en la iglesia. Al acabar la misa, los devotos le dedicaron una porra al santo de las causas imposibles y luego una banda comenzó a tocar, y con la acústica del templo, se escuchaba fuerte y alegre. Al mismo tiempo comienza la bendición de las figuras.

Los devotos alzan las figuras, las estampas, los posters, y no les importa que las gotas del agua bendita les caiga en la cara, en la ropa. Están felices. Ellos ya cumplieron, como lo hizo San Juditas. Es la fe en el santo de las causas imposibles.

MRV