Cuando Virgilio se enteró de la desaparición del cadáver del bebé Tadeo, del panteón de San Nicolás Tolentino, Iztapalapa, ocurrida a inicios de este mes, lo primero que se preguntó es cómo pudo pasar, con los controles que supuestamente hay en el lugar, por parte de la administración.
El extrabajador (a quien se le cambió el nombre por petición suya), trabajó ahí entre 2015 y 2018 y sabe que para extraer un cadáver no basta con saltarse una barda o ingresar por los hoyos que tiene el perímetro del segundo panteón más grande de la ciudad, con un millón 100 mil metros cuadrados.
Es necesario saber la ubicación y cómo llegar a la fosa donde fue enterrado el cuerpo, que tenía poco de haber fallecido. Y esa información sólo la podía tener uno de los 300 auxiliares que trabajan ahí, sin sueldo y que obtiene sus recursos de las propinas, alguien de la administración, o un familiar de Tadeo.
“Lo primero que pensé es dónde está el registro, cómo lo sacaron, qué trámite hicieron ante la administración, si eso no existe hay un problema. Si se internaron en el panteón no creo tan fácil que den con un cuerpo en la noche; tiene que haber sido alguien que les indicó dónde estaba o un familiar que estuvo en el momento del entierro. Los panteones tienen un horario, todo debe estar agendado”, dice Virgilio en entrevista con La Silla Rota.
Zona acordonada en el panteón de Iztapalapa (Cuartoscuro)
“Lo que no comprendo es cómo no tienen el control”, critica a la administración.
“Tadeo era un bebé, lo pusieron en un área que se llama de los niños y ahí con los miles de lugares en que pudo ser el entierro, tuvieron que haber sabido el lugar y las características para que fuera específicamente ese bebé. Si lo registraron o no, hay que preguntarse quién lo hizo y por qué lo sacó. Todo esto es tan delicado que tiene una connotación jurídica”, precisa.
La semana pasada la directora de la asociación civil Reinserta, Saskia Niño de Rivera dio a conocer la extracción de Tadeo, que además fue llevado al penal de San Miguel, en Puebla, donde fue ingresado sin que nadie lo registrara y luego hallado entre la basura. De acuerdo con la activista, cuando los padres de Tadeo fueron al sitio a preguntar cómo se permitió que desapareciera su bebé, fueron amenazados por personal del panteón.
Cuando los padres recuperaron el cuerpo de Tadeo, decidieron enterrarlo en otro panteón.
EL ORDEN EMPIEZA POR LO ADMINISTRATIVO
Virgilio considera que las medidas anunciadas por la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, luego de lo ocurrido con Tadeo, de instalar cámaras y usar drones para vigilancia nocturna son buenas y muy actuales, pero lo real es que el orden empieza en la cuestión administrativa, en los libros y en los controles que tiene el personal de qué movimiento hace cada uno.
Con lo que no está de acuerdo es que en la actual administración trabajen 300 personas como auxiliares, ya que es “un mundo de gente”, y cuesta más trabajo tener un control sobre ellos. En la administración que él trabajó sólo eran 48.
“Si se incrementa el número de auxiliares y no tienes controles, entonces abres la puerta a la corrupción y para que cualquiera pueda decir ‘sácame un cuerpo’. Ahora fue el problema de un bebé, pero imagínate si hay esqueletos o cosas por el estilo, se tiene que evitar. ¿Cómo? Con control y planeación”.
También se refirió a los focos rojos para una posible entrada de personas ajenas, que son algunos hoyos en el perímetro. Dijo que desde la época en que él trabajó ahí estaban, y que incluso personas de la Unidad Habitacional San Nicolás Tolentino los reportaban, y se hacían rondines o se trataba de taparlos. También había una puerta de San Juan Xalpa, y era usada para cruzar el cerro y evitar rodearlo vía camión o combi. Por eso decidieron cerrarla.
Pero aun si hubo alguien que se metió por ahí, debió ser guiado por personas que ahí trabajaban, reitera.
“No puedes echar la culpa a un hoyo y que se saltaron por ahí. Alguien los ayudó, eso debe ser administrativo. Exhumar un cuerpo debe tener registro”.
Reparaciones y reforzamiento de la barda perimetral en el panteón de San Nicolás Tolentino, Iztapalapa (Cuartoscuro)
SÍ VIO ANIMALES SACRIFICADOS
En los 3 años que trabajó en el panteón, donde hasta 2018 había 205 mil 070 fosas, nunca se registró una exhumación, pero sí vio otras cosas.
“Nunca detecté a algún grupo que se dedicara a sacar restos humanos para rituales de santería, tampoco dejábamos que se internaran exprofeso para hacer eso. Sí había gente que se metía al panteón a beber o a drogarse. La situación la fuimos eliminando con operativos, de recorrer el panteón con una patrulla, de hacer rondines, con planificación”, asegura.
Sí le tocó saber de personas que usaban el panteón para sacrificar a animales como parte de ceremonias santeras, pero se les pedía que se retiraran.
“Te llegas a encontrar restos de animales como cabezas. Cosas que se ve que son de rituales, pero no permitimos eso si tienes el control de la entrada. Los auxiliares, a quienes al darles la facilidad para que se organicen, son tus observadores en el panteón, entonces no puedes permitir que hagan un ritual o que maten un animal. Si llegan a decir que es su religión, pero les decimos que no está permitido”.
También recordó que si llegaron a encontrar fosas abiertas, de personas que sacaban el cuerpo de un familiar al que ya se le había vencido su temporalidad de 7 años y cuyos restos decidían incinerarlos porque estaban ya “secos” y se les vencen los años de permiso. Ahí también hay nichos de los que llevan el control.
Además, llegaban cortejos fúnebres que por sus tradiciones estaban compuestos por personas que iban acompañados de comparsas y que tiraban balazos al aire, pero ya no se permitió. Si no aceptaban no hacerlo así, se le pedía a la policía que interviniera.
EL SEGUNDO PANTEÓN MÁS GRANDE DE LA CIUDAD
El de San Nicolás Tolentino es un panteón que abrió sus puertas el 14 de octubre de 1957. Es uno de los 10 que hay en la alcaldía, y uno de los tres manejados por la administración ahora encabezada por la alcaldesa Clara Brugada.
Los otros dos son el de San Lorenzo Tezonco y el general de Iztapalapa, destinado a recibir en sus fosas a fallecidos de los 8 pueblos de Iztapalapa. Los 7 restantes son vecinales.
El de San Nicolás Tolentino es el único que cuenta con 4 hornos crematorios, pero en 2018 sólo funcionaba uno, en el que se prestaban 3 mil 916 servicios anuales.
Panteón San Nicolás Tolentino, de los más grande en CDMX (Cuartoscuro/Archivo)
Su entrada es por la avenida San Lorenzo, la salida es por el cerro. Entre sus 111 hectáreas cuenta con un área sólo para personal del Ejército, otra llamada italiana, donde una empresa compró un terreno para enterrar a personas de origen italiano, y una dedicada a niños.
Virgilio reitera que todo se hace por medio de procedimientos administrativos, por eso no entiende cómo pudo pasar lo de la exhumación.
Para ingresar a un fallecido para su entierro, los deudos llegan con el certificado de defunción. Si se hace una exhumación se hace a través de una solicitud y debe haber registro de por qué y para qué es. “El problema es que hay desatención”, critica.
Dentro del funcionamiento del panteón hay un administrador que tiene un equipo de coordinadores, los cuales dependen de una coordinación de Gobierno y esta a su vez del director de Gobierno, que depende del director general Jurídico y de Gobierno, que de su parte rinde cuentas a la alcaldesa. Es una estructura y esa coordinación de gobierno es la que tiene la responsabilidad del área de panteones y clarifica cosas, como la entrada de pipas que las dejan estacionadas y que son usadas para surtir la parte superior del panteón.
– ¿Ahí puede entrar gente?
–Ahí puede entrar gente. El panteón tiene un horario y se tiene que cerrar y a partir que haya un servicio posterior se tiene que registrar, de entrada y salida.
Virgilio dice que por lo menos hasta la administración en la que él estuvo, todo estaba controlado, incluso el uso y donación de ataúdes.
“En el crematorio te preguntan si donas el ataúd, si no, entonces debe verse que se destruye”. Pero antes de eso las empresas funerarias se los quedaban y lo revendían, recuerda.
AUXILIARES DEBÍAN SER ORDENADOS
Un diagnóstico de la delegación -ahora Iztapalapa- sobre los panteones, publicado en 2018, plantea que uno de los problemas era la “falta de un padrón confiable y preciso del personal auxiliar que labora dentro de los panteones, falta de personal y medios (material y equipo), para la realización de las actividades propias del panteón”.
A Virgilio se le preguntó sobre el tema y los auxiliares. Explica que no tienen relación formal con la alcaldía, aunque sí están censados. Ofrecen el servicio a la ciudadanía de arreglar las tumbas, ayudan a hacer la fosa, aunque debe haber personal responsable de ellos de parte de la administración.
Como viven de las propinas y para evitar que se peleen por los deudos, en otras épocas llevaban control de ellos por zonas, y se les pedía que ayudaran un día a la semana con la limpieza de un área.
MONITOREO DE ZONAS DE RIESGO
Además, el personal administrativo y de vigilancia se enfocaba en ciertas zonas riesgosas, como las entradas, donde resguardaban los camiones. Otra es el área de incineración donde debe haber registro. También se entregaron radios para tener contacto con las áreas de arriba.
Hay cisternas de agua que son peligrosas, por lo que se les pone cinturón de seguridad. Hay fosas que por el descuido o el tiempo se vencen y se abren y quedan al descubierto, entonces se les pone una cinta de seguridad.
Cuando hay un evento del Día de las madres o de muertos hacen un operativo, para vigilar que no beban alcohol o que no haya comercio dentro del panteón, pero aun así se metían personas a la mala y se veía a algunas personas que ofrecían pulque.
PIDEN INFORMACIÓN A BRUGADA
El 26 de enero pasado la Comisión Permanente del Congreso de la Ciudad de México pidió a la alcaldesa de Iztapalapa, informar sobre el funcionamiento de los panteones en la alcaldía.
La diputada Gisela Álvarez Camacho pidió la comparecencia de la funcionaria y expresó en tribuna que en el panteón civil San Nicolás Tolentino, hay robo y venta de restos humanos, presencia de personas extrañas que entran a drogarse y alcoholizarse por las noches, cobros indebidos a visitantes, entre otras irregularidades.
NUMERALIA
1957– El año en que se fundó el panteón San Nicolás Tolentino.
111 hectáreas de extensión
211 mil 70 fosas y criptas
97 mil fosas a perpetuidad
108 mil 922 fosas temporales
5 mil 148 criptas
23 mil tarjetas de fosas digitalizadas
4 mil 500 fotos de fosas.
*Datos de la alcaldía Iztapalapa, de 2018.
(SAB)