En su barrio de la colonia Las Virgencitas, en Nezahualcóyotl, es conocida como Mary la Funeraria, pero en los panteones es “Camila”, nombre que le dan en los camposantos a todas aquellas personas de las funerarias que se encargan de arreglar los cuerpos e incluso realizar todos los tramites relacionadas con el último adiós a las personas.
De 40 años de edad, Maritza Edith Ruiz Castillo ha dedicado 17 de ellos a la actividad funeraria, sustentada en su profesión de tanatopraxología, que estudió en el Instituto Politécnico Nacional, IPN; esta rama de la medicina se refiere a la preparación y conservación de los cuerpos de personas fallecidas. También hizo estudios de enfermería, conocimientos con los que dirige su negocio Funeraria “Las Virgencitas”.
Con motivo de la pandemia del covid, durante el último año ha tenido una actividad para ella nunca vista, que incluso en la etapa más cruenta la obligó a apagar su teléfono por no tener tiempo para contestarlo.
Platicar con la única mujer funeraria en Neza y sus alrededores es penetrar a un mundo desconocido para la mayoría de los mortales. Mary tiene interminables historias que cuenta con respeto y emoción, como aquella del hombre que por accidente cegó la vida de su pequeño hijo al atropellarlo con la parte trasera de su vehículo cuando el pequeño recogía un carrito de juguete que se le había ido debajo del automóvil.
#Metrópoli | Mary ha dedicado 17 años de su vida a la actividad funeraria, ella estudió tanatopraxología que es una rama de la medicina que se dedica a la preparación y conservación de los cuerpos de personas fallecidas. #ep https://t.co/iBQu3wVz58 pic.twitter.com/mqNszQ0RGZ
— La Silla Rota (@lasillarota) April 1, 2021
Luego del accidente el niño fue llevado a enterrar a Puebla, pero previamente se introdujeron al ataúd todos los juguetes del niño, incluido el carrito que motivó la tragedia. Maritza se sorprendió al encontrar al día siguiente el mencionado juguete en la carroza donde fue trasladado al infante, cuyo ataúd se encontraba sellado como obliga la norma sanitaria.
SUS INICIOS EN LA TANATOPRAXOLOGÍA
Empezó a trabajar en el panteón municipal; vio lo que hacía el funerario y le interesó.
“Entonces empecé a investigar qué se necesitaba para ser funeraria y embalsamadora, que son trabajos muy diferentes”. Ella era jefa de notificadores en ese entonces. El que cremaba los cuerpos cuando tenía mucho trabajo iba a la oficina y preguntaba si alguien lo podía apoyar. “Y yo siempre lo hacía”.
- ¿Te gusta ser funeraria?
- Me fascina. Muchos funerarios no saben embalsamar y contratan a otras personas. Es un trabajo que no se ve pero es un trabajo muy complicado y nosotros tenemos que hacer maroma y teatro para hacer lo que el cliente mande. No le puedo decir que yo tengo mi horario y aquí te topas con todo tipo de gente. “Es que yo no puedo hacerlo después de las 12 porque se cierran las puertas del cielo”, dice la gente y entonces cómo le explicas
LOS CAMILOS
“A todos los que trabajamos en el gremio funerario nos dicen Camilos. Hay una historia que dice que la Muerte tenía a sus trabajadores que eran los Camilos. Por ejemplo, la muerte decía: ´Se va a morir este, este y este…´ entonces los Camilos se encargaban de llevarlos por órdenes de la muerte. A raíz de eso nos dicen Camilos, y yo soy Camila”.
UNO DE “SUS CLIENTES” DESPERTÓ DESPUÉS DE 12 HORAS
Tiene incontables anécdotas, como la del cliente que falleció a las 5 de la mañana.
- “Y yo voy por él al hospital a las 4 de la tarde. En ese lapso él estuvo en el hospital en refrigeración, amortajado, todo preparado en el refrigerador y…. ¡despertó! Hoy sigue vivo”.
Acaudalado empresario tuvo que ser vestido con ropa prestada
“Solo nos llevamos lo vivido y lo comido”, es la frase con la que Camila cuenta la historia del empresario árabe asesinado en su casa. El lugar fue acordonado por las autoridades quienes restringieron el acceso a toda persona, lo que impidió a los familiares entregar la ropa para vestir el cuerpo del empresario asesinado. El acaudalado señor debió recibir un atuendo prestado de otro familiar que lo proporcionó a tiempo.
Y LLEGÓ LA PANDEMIA
“Llegó un momento en la pandemia en que estuvo fuertísimo y el gobierno dio cifras falsas. Había momentos en que encontrábamos incineraciones hasta 4 o 5 días después; nos íbamos a los trámites y nos pasábamos toda la noche y parte de la mañana para concluirlos, de tantos funerarios que estábamos formados
“El gobierno decía unas estadísticas y yo decía “es el triple”. Por ejemplo, aquí cuando Juan Hugo de la Rosa (el alcalde) decía que llevábamos 6 muertes por covid, yo sola llevaba 15, y somos un buen de funerarias aquí en Neza”.
CONTENEDORES CON HASTA 40 CUERPOS
Pone el ejemplo de lo que ocurrió en el Hospital del ISSSTE de Zaragoza.
“En épocas normales, adentro del cuarto de patología había 7 muertos. Con la pandemia estaba lleno adentro y había dos contenedores a donde tenías que ir a buscar a la persona que ibas a atender. Y en ese contenedor había 30 o 40 personas adentro”.
Ella considera que algo pasó con el virus porque en un momento dado, “hace uno o dos meses, empezamos a ver a gente que le daba covid y a los tres días le daba un paro cardiaco. Y entonces decíamos ´¿qué está pasando?´ Ni siquiera tienen chance de un tratamiento de siete días o 15 días. Conocemos gente joven que se fue en 3 días, sintieron una pequeña gripa y a los tres días les dio un paro cardiaco”.
Afirma que ya bajó el número de defunciones como un 40 por ciento, pero la gente se sigue contagiando. “Entonces yo digo que se sigan cuidando, aunque sea todo este año. Aunque el gobierno diga ya el semáforo verde, amarillo, no, que se sigan cuidando. Hasta que digan que ya no hay ni un caso de covid ya estaremos a salvo.
“Mientras haya un contagiado, la gente se va a seguir contagiando. Yo vi a gente que le había dado covid y les dio una segunda vez, una tercera vez. Conozco a una persona que le dio tres veces covid. Sí hay que cuidarnos.
Sobreviviente ella misma de la covid, junto con su hija, su madre, padre y un tío, cuenta que este virus la ha llevado a ver la vida de otra forma, y dado que pertenece a un club de motociclismo local, señala que luego de vencer al covid, en adelante se esforzara más para ahorrar y comprar la poderosa motocicleta con la que siempre ha soñado.
fmma