Nezahualcóyotl.- Ana Castro es conocida como "la reina de las piñatas" en el municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México.
Y es que desde hace más de 10 años se ha dedicado, junto a familia, a la elaboración de este adorno navideño tan solicitado en la época decembrina.
"Era fin de año, me acosté y me dormí, y al otro día que me levanto y que les hablo a mis hijas y les digo que ya sabía qué hacer para tener un peso en Navidad ''vamos a hacer piñatas''", dice.
(Foto: Manuel López)
Al principio, toda la familia únicamente se dedicaba a la elaboración de las ollas y los moldes de las piezas que más tarde entregaba a otros artesanos.
Sin embargo, tras el pasar de los años lograron perfeccionar la técnica hasta convertirse en uno de los distribuidores más importantes en la zona oriente del Valle de México.
"Fue difícil porque los primeros años se vendía poquito y uno tenía que darle algo a cada uno de los trabajadores que son mis hijas y mis nietos, ahorita nosotros trabajamos con todo el gusto y las ganas", dice.
(Foto: Manuel López)
Aunque ya tiene casi 70 años y se encuentra en silla de ruedas, esto no le ha impedido continuar liderando la tradición familiar en su vivienda de la Colonia Agua Azul.
Todo el año es bueno para la piñata
La elaboración de estos adornos inicia durante los primeros días del año cuando mamás, hijos, tíos y nietos comienzan con la fabricación de las tradicionales ollas de papel periódico.
"La elaboración para la olla son dos días. Si está bien el sol se alcanzan a secar, y si no, tenemos que esperar hasta el tercer día para poder abrir la olla", cuenta la señora Marta, hija de doña Ana.
Y es que tras la crisis que se registra en los medios de comunicación impresos qué cada dia imprimen menos periódicos, ha repercutido en la elaboración de las tradicionales piñatas.
(Foto: Manuel López)
"Cada día es más complicado encontrar periódico porque ya no tiran como antes, a veces ya la gente no los compra y por eso creo que ya no vemos muchos en la calle, y para nosotros es algo indispensable",
"Fabricar en olla de barro para nosotros es más costoso y no hay mucha gente que la pida, son muy contados quienes buscan de barro, la mayoría prefiere de papel por lo mismo que se truenan menos rápido y son menos peligrosas", comenta.
El segundo paso es el encono. En este proceso los moldes son adornados con conos previamente elaborados con papel y engrudo que luego son vestidos con papel metálico y crepé.
"Ahorita subió mucho el material, yo creo que como un 10 por ciento en las papelerías del centro que es donde nosotros nos surtimos. Dicen que fue por la pandemia, pero hay que seguir haciéndolas".
El año pasado esta familia únicamente vendió 60 piezas debido a que la mayoría de sus clientes decidieron no realizar festejos ante el alto número de contagios de covid-19.
Ahora, antes de iniciar el último mes de año, solo le restan unas 50 piezas por vender, de un total de 5 mil que elaboraron a lo largo del año pasado y el actual gracias a la reactivación de las actividades en la mayoría de los estados.
"Afortunadamente este año nos ha ido muy bien. Creo que la gente ya está saliendo, está volviendo a hacer sus actividades normales y esperemos que así siga que no sigamos cuidando para que no volvamos a como estábamos encerrados y sin vender".
aemz