NAUCALPAN.- Aunque por más de 42 años, la Escuela Primaria “Lic. Adolfo López Mateos”, mejor conocida como el “Vagón Escuela”, ha recibido a decenas de niños en sus instalaciones, este año cambió su historia y es que, al igual que como ha ocurrido con el resto de los planteles educativos del país, desde ayer, sus estudiantes, en su mayoría, en condiciones de extrema pobreza o de pobreza simple, no pudieron regresar a su vagón para aprender, ante el riesgo que persiste por la covid-19.
El “Vagón Escuela”, como se le conoce en todo el país, es único en su tipo a nivel nacional, pues no existe alguna otra que se albergue en los vagones del algún tren como ésta, que está ubicada a un lado de las vías del tren de la calle Ferrocarril de Acámbaro en pleno centro de Naucalpan; sin embargo, su reconocimiento no solo es por su aspecto, sino porque ha sido considerada una de las mejores instituciones educativas a nivel nacional, pues, tan solo en 2019, recibió la distinción como “Escuela Multigrado Exitosa” y una de sus tres docentes también fue premiada como una de las mejores maestras multigrado en todo México, además de que ha ganado la prueba Enlace en al menos dos ocasiones.
Y a pesar de que sus tres profesores se prepararon para recibir a los cerca de 80 niños que se inscribieron en ella para el Ciclo Escolar 2020-2021, solo pudieron regresar a distancia ante las condiciones sanitarias que prevalecen, por lo que este año tuvieron que alinearse a los protocolos establecidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y apoyar a los estudiantes de los tres grados escolares que existen aquí (primero-segundo, tercero-cuarto y quinto-sexto).
“Es triste ver la escuela vacía, porque los niños son el corazón y el alma de este espacio, porque quien pasa por este lugar no identifica que es un plantel, pues su apariencia es similar a la del entorno, donde decenas de familias han adaptado los vagones para vivir, pero cuando están los alumnos están aquí, se sabe que un lugar único”, comentó Abisaí Cruz Álvarez, director de esta institución del sistema federalizado.
ENSEÑANZA DIFERENTE
Odette es una de las estudiantes que asiste al “Vagón Escuela” a tomar clases; este año ingresaría al tercer grado de primaria, pero la pandemia también se lo impidió, por lo que ahora debe ayudarse de una televisión y del equipo móvil de su mamá, Karen Pérez.
“Me gustó que el primer día de clases fuera por televisión, pero extraño a mis compañeros y no pude jugar con ellos, por eso prefiero ir a la escuela que estudiar en casa”, asegura.
Para su mamá, el regreso a clases ha sido caótico, pues considera que su hija no aprende igual que cuando asiste al vagón, pues si bien acompaña a Odette cuando tiene que observar los contenidos por televisión y le ayuda a revisar otros contenidos que su maestra envía por WhatsApp para reforzar las clases a distancia, comenta que no tiene el mismo conocimiento y técnica que la profesora, mientras que su pequeña se ha agotado más que cuando asiste al plantel.
El director Abisaí Cruz afirma que Odette es una de las pocas niñas que dispone de las herramientas para tomar clases, aun cuando vive en esta zona de escasos recursos, pero hay entre ocho y 10 niños que no tienen forma de seguir los contenidos del programa Aprende en casa II por televisión, porque no cuentan con un aparato en casa, mientras que cerca de 40 de ellos se encuentran limitados en sus capacidades e instrumentos para que puedan seguir estudiando, al no tener internet fijo o buena señal de televisión.
Por ello, dijo, las docentes han diseñado guías de apoyo que han sido entregadas a los padres de familia por medios electrónicos y, en algunos casos, de manera física, para que los niños y niñas puedan estudiar en casa, aún sin televisión o internet, mientras que las maestras se comunican vía telefónica con los tutores, para verificar si existen algunas dudas y aclarárselas en el momento, a fin de que los alumnos puedan comprender lo mejor posible los contenidos.
SE QUEDAN SIN SU ALIMENTO DEL DÍA
Por otro lado, Cruz Álvarez resaltó que el cierre del “Vagón Escuela” traerá consigo efectos secundarios para los niños que asisten a ella y enfrentan una situación de pobreza, ya que en la institución se había acondicionado un comedor escolar en el que algunos estudiantes se alimentaban sanamente, lo que también les daba oportunidades de desarrollo.
“Hay niños que llegaban sin desayunar, por lo que aquí les dábamos un alimento sano y con el que quizá hoy no cuentan, pues éste representaba para algunos su única comida al día, y para otros, significaba una oportunidad de asistir a clases”, dijo.
Mario, es uno de estos pequeños, pues su padre lo obligaba a trabajar junto con él en labores de electrónica; sin embargo, el año pasado, los profesores consiguieron que su tutor accediera a traerlo a la escuela, donde el niño de 12 años mostró disposición para estudiar con los alumnos de tercero y cuarto grado, y registró avances significativos a pesar de que no había asistido antes a clases.
“Mario había aprendido a leer y estaba ya con las operaciones básicas y este año pretendíamos que pasará con los niños de quinto y sexto para que pudiera obtener su certificado de primaria, pero con la pandemia, suponemos que dejó de estudiar y que está trabajando, porque es al único niño que no hemos podido localizar para que siga sus clases”, resaltó el director.
NIÑOS VULNERABLES
Abisaí Cruz recordó que 30 por ciento de los niños que asisten a esta escuela de tiempo completo enfrentan una condición de pobreza y el resto vive en casas que han sido acondicionadas a un costado de las vías del tren, por lo que viven en medio de un entorno de vulnerabilidad, ante la desigualdad y la inseguridad que persiste en la zona, y el tren se ha vuelto una oportunidad para prepararse para el futuro y, de ser posible, salir de esta condición en el largo plazo.
Y es que, a pesar de las carencias que tiene la escuela, el ciclo escolar pasado, las autoridades educativas lograron la asignación de recursos por parte de la SEP, ante los buenos resultados que han arrojado los alumnos, con los cuales se pudo construir una barda perimetral que ahora divide las aulas de las vías del tren y se instaló una malla ciclónica en lo que será el portón; aditamentos que los recibirían en este regreso a clases, pero no fue posible.
“Es extraño, raro y diferente; se les extraña a los niños en el tren, pues en mi caso fue una vida dedicada a impartir clases aquí y nunca habíamos dejado de tenerlos, pero la pandemia nos ha ganado”, subraya triste el profesor Jaime Mayolo Contreras Parra, el primer director del “Vagón Escuela”, ya jubilado y quien se quedó a vivir en las inmediaciones de otro tren al que se tragó esta singular institución.
fmma