En la Ciudad de México, el secuestro de mascotas -específicamente el de perros- es un delito que va en aumento y cada vez hay más denuncias de los dueños por las grandes sumas que piden como rescate y que incluso, el robo de los perros ahora es con violencia.
Como La Silla Rota expuso en mayo del año pasado, en 2015 se iniciaron 109 averiguaciones, en 2016 hubo 115, mientras que hasta febrero de 2017 ya se habían iniciado 18 averiguaciones (y hasta octubre del año pasado se iniciaron 107 carpetas). Este último dato destaca con la cifra de 2018, ya que a mediados del primer mes se han recibido 15 denuncias, de acuerdo a Red Animalia.
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Debido a que las mascotas actualmente son consideradas parte de la familia, los delincuentes consideran a los animales como un gran negocio, debido a que los dueños pagarían lo que fuera para recuperarlas.
De acuerdo a la Procuraduría General de Justicia capitalina, las colonias más afectadas por este delito son Polanco, Condesa, Del Valle, Narvarte, Nápoles, Del Carmen y Lindavista; mientras que las razas que son más propensas a un robo son bulldog francés e inglés, schnauzer, bull terrier, labrador, maltés, husky, pastor alemán, chihuahua y cachorros pomerania.
El robo de dichas mascotas en estas zonas, tiene relación en que los delincuentes, consideran últimamente a las mascotas como un lujo ya que el costo de sus alimentos y cuidados aumenta dependiendo de la raza y en las zonas donde suelen robar son consideradas de “ingresos altos”.
Sin embargo, las autoridades estiman que la cantidad de averiguaciones podría ser menor a los secuestros de perros registrados en la Ciudad de México, debido a que en muchas ocasiones los dueños no presentan denuncias por temor o por no saber cómo actuar ante dicha situación.
Con información de Radiofórmula
fmma