Tulancingo.— Después de más de diez años, la emblemática cancha de fútbol rápido y las bardas de la calle Aldama, ubicada en Tulancingo, serán transformadas en un espacio lleno de color, historia y participación ciudadana a través del proyecto “Aldama Viva”, impulsado por MUTU Festival de Arte Urbano.
De acuerdo con Alejandro Márquez, representante del festival, esta intervención artística y social tiene como propósito revitalizar uno de los espacios más significativos de la ciudad, considerado la primera cancha de fútbol rápido de Tulancingo.
“Vimos la necesidad imperante de revitalizar un espacio urbano clave y significativo para la comunidad. El abandono no solo deteriora el entorno físico, sino que también afecta la cohesión social y el sentido de pertenencia de los vecinos”.
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La visión de “Aldama Viva” es transformar el entorno a través del arte y la cultura, con la creación de una serie de murales inspirados en la identidad cultural hidalguense, el folclore, la historia y las tradiciones locales.
Rehabilitación del espacio público
El proyecto contempla la renovación total de la cancha de fútbol rápido, con nueva pintura, porterías reparadas y líneas de juego delimitadas, así como la intervención de más de 700 metros cuadrados de bardas con murales realizados por más de 25 artistas locales, nacionales e internacionales. Además, se espera la participación activa de vecinos como voluntarios en las tareas de limpieza, preparación de superficies y difusión del proyecto.
Márquez subrayó que el componente social es esencial: “Queremos que los vecinos sean parte de este cambio, que se sientan orgullosos de su colonia y participen activamente. Más allá de la estética, buscamos que el arte sea una herramienta de transformación y cohesión”.
El plan de acción del proyecto incluye fases de planeación, diseño, gestión de apoyos y patrocinadores, ejecución artística y participación comunitaria, asegurando que la transformación sea integral y sostenible.
El arte desde la comunidad
Los resultados que se buscan, además de la mejora en la estética urbana, el sentido de pertenencia y cohesión social, así como la reducción de vandalismo, estímulo a la actividad física y recreativa, la difusión del patrimonio cultural hidalguense y un impacto positivo en la imagen de Tulancingo.
“Queremos que la calle Aldama vuelva a ser un punto de encuentro, un lugar donde el arte, la historia y la comunidad se encuentren para celebrar lo que somos como tulancinguenses e hidalguenses”.
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