CHILCUAUTLA.- Enclavado en el extenso Valle del Mezquital, específicamente en el municipio de Chilcuautla, se localiza un enigmático cerro con un nombre curioso y que evoca a los paquidermos originarios la sabana africana, Elefante, sin embargo, no existe presencia de esos animales para su nombre.
Además, la enorme montaña que da título a esta nota informativa esconde un extraño secreto que pocos aventureros ya han descubierto, pero quienes sí, aseguran que es completamente asombroso y añaden que vale la pena conocer en un fin de semana o en unas vacaciones planeadas, pues no hay cosa igual.
Por lo que, si planeas salir de viaje y todavía no tienes un destino fijo para lanzarte, el lugar citado es para ti, pues hay a la espera muchas actividades que pueden hacerse ya sea en familia y para todas las edades, o bien, en pareja, amigos y hasta en solitario para aquellas personas que gusten de vagar sin compañía.
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Entonces, quédate en este texto para que puedas conocer la razón por la cual el enigmático cerro del Elefante, ubicado dentro del municipio de Chilcuautla, se llama así, ya que a decenas de kilómetros a la redonda desde donde se quiera estar no habrá ni un solo animal de esos y que pueden pesar varias toneladas.
Este es el enigmático secreto que te espera
Antes del enigma del nombre que evoca a un paquidermo cuya trompa puede llegar a tener aproximadamente 40,000 músculos, contra los apenas 600 de todo el cuerpo humano, un secreto que fue descubierto entre lo más recóndito de la montaña es un centro ceremonial que fue edificado por antiguas civilizaciones.
De acuerdo con datos históricos, la construcción fue hecha en un punto del año 1000 después de Cristo por culturas indígenas para poder honrar a su dios, Tezcatlipoca de origen azteca, aunque tras la desaparición de los antiguos pobladores, luego los toltecas siguieron haciendo uso de ese espacio y así logró mantenerse en pie hasta el siglo XVII.
Ya que, en la década de 1980, habitantes modernos hicieron parte de los descubrimientos arqueológicos y se sorprendieron de ellos al haberse topado no solo con las ruinas de piedra, sino que igual dieron cuenta de cráneos humanos y sedimentos o montículos de piedras, por lo que aventureros se animan a hacer visitas.
No hay elefantes cerca, pero así se llama el cerro
El cerro del Elefante no se llama así debido a que sea el hábitat de enormes animales que nacen tras un periodo de gestación de 22 meses, más del doble de un humano, sino que cuando era visto desde lejos se notó que la forma de la cima, sus colinas y pendientes se parecían al paquidermo.
Para poder apreciar la similitud que descubrieron los habitantes del municipio de Chilcuautla es necesario estar a unos kilómetros de distancia y será entonces cuamdo primero se vea la cabeza y enfrente una trompa que se figura entre la montaña; al lado están dos patas y hasta atrás la retaguardia del inmenso ejemplar.
Por lo que poco a poco la montaña pasó a llamarse en referencia al espécimen que se halla principalmente en África, donde se reporta que tienen una esperanza de vida de hasta 70 años, por lo que no debes perderte una visita de fin de semana a ese enigmático sitio, comenzando con descifrar la forma animal.
Sin embargo, el cerro del Elefante tiene un nombre más antiguo y este es Texcal o Tezcal y proviene de una lengua indígena, en referencia al dios que se veneraba y que ameritó hacerle un centro ceremonial que además incluyó un mirador hacia los astros, pero que ahora yace en ruinas, pues no sobrevivió al tiempo.
Checa las actividades que puedes hacer, si vas en febrero es mejor
El cerro del Elefante permite a los turistas que se aventuren la posibilidad de practicar muchas actividades y deportes al aire libre, como el senderismo por pasajes frondosos, así como observación de aves y hasta ciclismo de montaña; igual, para los más aventureros, pueden pasar una increíble noche bajo las estrellas en la cima.
Si se acude de visita en el mes de febrero se promete que vale la pena, ya que entre los días 11 y 12 se organiza una tradición religiosa en honor a la Virgen de Guadalupe, pues se narra que apareció en lo más alto de la montaña y por eso se hace una procesión que dura cuatro horas y acaba con una verbena popular.
Así llegas
Para poder disfrutar del cerro del Elefante, es necesario llegar hasta la localidad Tunititlán, misma que queda a una distancia de 70.3 kilómetros (km) desde Pachuca, que se recorre en una hora con 20 minutos; para los turistas de CDMX, las cifras suben a 142 km o 2.38 minutos de viaje en automóvil.
cem