PACHUCA.- Noche de brujas y Día de muertos. Estas fechas tan representativas para la cultura mexicana nos brindan el ambiente perfecto para desempolvar las viejas leyendas y mitos que dan vida a lo desconocido. Por años, en la capital hidalguense ha circulado una historia en particular. Esta, revivió y se hizo viral en recientes fechas a través de las redes sociales. Se trata de la leyenda de la Casa del Vampiro en Pachuca.
La mañana del viernes 27 de septiembre, cuerpo de bomberos, protección civil, seguridad pública y elementos del Ejército Mexicano se movilizaron a la zona centro en el barrio El Atorón, donde emerge una de las más antiguas construcciones de adobe que se edificaron en Pachuca sobre la calle san Martín, esquina con Doria. La Casa del Vampiro, como popularmente le conocen.
Uno de los muros que resguarda este antiguo inmueble colapsó como consecuencia de la falta de mantenimiento, deterioro del tiempo y las condiciones meteorológicas presentadas en ese momento. Tras retirar los escombros y descartar personas lesionadas, la vivienda quedó asegurada. Se espera ahora, sea a través de un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que se determiné qué hacer con esta construcción histórica en la capital hidalguense.
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La leyenda de la misteriosa casa
Detrás de estos muros donde hoy solo quedan escombros, cuenta la leyenda que vivía un ser misterioso. La casa, construida en su mayoría con tabique rojo destaca en su fachada por tener un aspecto franciscano, muy característico del siglo XV cuando llegó esa orden religiosa a la entidad. Cabe mencionar, es esta zona de Pachuca es históricamente conocida por los trabajos de minería y el hospital San Juan de Dios, hoy, el edifico de Abasolo de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). El cual incluso estaba conectado a través de un túnel a esta vivienda.
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El hombre que habitaba la casa, según dicen, llegó de manera repentina a Pachuca. Nadie lo conocía, ni sabía de dónde venía. Pero lo describían como un hombre reservado, de estatura alta, piel pálida y una nariz puntiaguda. Las personas aseguraban que solo lo veían durante la noche y en solitario.
Por años, las generaciones construyeron muchas historias en torno a este hombre y su suntuosa vivienda. Unos llegaron a decir que al marcar el reloj la medianoche, lo veían postrado en la entrada de su puerta con una capa larga y negra. Otros, aseguraron que alrededor de la vivienda comenzaron a aparecer cadáveres de perros y gatos. Los rumores se fueron alimentando hasta decir que se trataba de un hombre demoniaco y oscuro que se alimentaba de la sangre de los animales. Era el vampiro de Pachuca.
Revelan su identidad
Actualmente, una persona quien dijo ser el bisnieto de este misterioso habitante de la Casa del Vampiro en Pachuca, reveló su nombre y origen verdadero. De acuerdo con su relató, la figura que dio vida al Vampiro de Pachuca era un joven de nombre Justino Spínola Spínola. Él aunque de padres italianos, nació en Mineral del Monte, municipio en Hidalgo. Según algunos registros en internet, coincide con el personaje nacido en el año 1868 y con muerte, curiosamente el 2 de noviembre de 1931.
Justino se llegó a la capital hidalguense por cuestiones de estudio y trabajo. Por su fisionomía muy estilo europeo, alto, delgado, de tez blanca y nariz alargada, resultó para la época una persona muy distinguida entre la población hidalguense. Por lo mismo, causó sensación y fue el factor perfecto para la creación de una serie de leyendas que permanecen vivas hasta nuestros tiempos.
Aunado a esa distinción física, Justino Spínola también tenía ciertas costumbres de una persona de opulencia. A él le gustaba vestir con un estilo victoriano, muy popular también en el siglo XIX de Europa, con gabardinas de color negro, sombrero de copa y bastón. Él estudiaba y enseñaba la medicina. En los relatos incluso dicen, llegó a trabajar en el antiguo hospital de San Juan de Dios, donde hoy se encuentra el edificio central de la UAEH en la calle de Abasolo.
Justino hablaba 5 idiomas diferentes: alemán, español, inglés, francés e italiano; y fue profesor de idiomas en el Instituto Científico Literario, antes de la UAEH. Como médico, él se encargaba de llevar a cabo las necropsias y hacer una investigación profunda en las causas de muerte, enfermedades, medicamentos y otros descubrimientos para aportar a la ciencia. Esto, en el hospital de san Juan de Dios.
Cabe destacar, de acuerdo con los hechos históricos, el hospital fue construido en el siglo XVIII por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios nombrándolo como Hospital de Nuestra Señora de Guadalupe. Este funcionó de 1728 hasta 1837. Por lo que aquí habría un margen de diferencia en los tiempos entre la época que vivió Justino y la relación laboral con el hospital. Aunque, con el paso del tiempo, los pobladores pudieron ligar ambas historias para darle el toque de misterio a la historia.
Así vivía el vampiro
Durante las noches, Justino disfrutaba de su tiempo libre admirando la ciudad de Pachuca desde lo alto de su casa. Él se asomaba desde el balcón enfundado en su gabardina negra. En ocasiones, la luz de la luna ponía al descubierto algunos de sus rasgos distinguidos; mientras los vientos característicos de la Bella y Airosa, ondeaban su larga y amplia gabardina semejando majestuosas alas de murciélago.
Los pobladores que fueron testigo de esta habitual costumbre de Justino comenzaron a llamarlo “vampiro”. Otro dato para tomar en cuenta es la primera novela publicada de Drácula, este personaje que recrea la vida del vampiro y que fue publicada en el año 1897. Por lo que pudo ser esta imagen con la que los pachuqueños identificaron a Justino, mezclando algunas características de la realidad con la ficción hasta darle propia credibilidad a la Casa del Vampiro.
En la vida de Justino también destacan 3 esposas que mantuvo al mismo tiempo. Todas vivían con él en la casa de Pachuca, junto a los 15 hijos en total, que procreó con ellas. De ahí, las amplias dimensiones de su hogar. Para que cada uno de los miembros pudiera tener su propio espacio.
¿Hecho o ficción?
Por muchos años, habitantes del barrio de Pachuca aseguraron que veían en la casa sombras, movimientos e incluso escuchaban que alguien había adentro; aunque ya nunca llegaron a ver al vampiro. La casa quedó abandonada y en ruinas. Tras el colapso de una de sus bardas, muchos comenzaron a decir que fue una consecuencia de la muerte de este ser enigmático. La realidad dice, según los registros en el panteón municipal de Pachuca yace la tumba de un Justino Spínola; aunque nadie sabe si su cuerpo está ahí. ¿Será verdad o ficción?
jgp