TLAHUILTEPA.- Los avistamientos de animales poco comunes en el río Amajac, afluente que atraviesa el municipio de Tlahuiltepa en el estado de Hidalgo, siguen dándose a través de redes sociales y ahora fueron capturados dos enorme es peces que causaron sensación entre pobladores que no dudaron en fotografiarse con ellos.
Las gráficas fueron retomadas por el portal Panorama de Hidalgo y retrataron a un joven con bermuda gris empapado por meterse al agua, pero sosteniendo con sus dos manos dos ejemplares que se describieron pesan al menos cinco kilogramos (kg) cada uno, por lo que en total carga 10 kg.
Los pescados destacan por tener una enorme boca con seis bigotes: cuatro al frente y dos a los costados, además de aletas de amplio tamaño y un cuerpo bastante grande contra el resto de especies comunes que se crían en los ríos del estado; además de tener un notorio color verde con toques grises.
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De acuerdo con expertos, se trata de la especie mequicuan que es endémica en ríos y arroyos de Tlahuiltepa, además del bagre, trucha, mojarra, boquín que es un pez muy espinoso, sardinita o xotas; así mismo, entre los crustáceos se encuentra todo el tiempo la acamaya y cogoacal que significa acamaya menor.
Igual hay peces diablo
Igual en el río Amajac en el municipio de Tlahuiltepa, otro grupo de pescadores dijo haber encontrado peces diablo como catalogado si bien como una especie exótica igual es invasora que destaca por su increíble capacidad de adaptación y daño ecológico que genera hacia otros animales a los que llega.
A diferencia de otros peces, esta no cuenta con escamas y por el contrario protege su cuerpo con cartílagos y espinas que utilizan para luchar entre sí y contra otros animales; además, citó National Geographic, son ejemplares particularmente agresivos que por la crisis climática sus ecosistemas se modificaron y buscan espacios adecuados.
Antes, fue vista una boa constrictora devorando un bagre
Antes del avistamiento de los peses descritos líneas arriba, mediante redes sociales fue compartido un video viral sobre una enorme boa constrictora de más de cuatro metros de largo en el río Amajac, la cual sigilosamente se acercaba hasta donde nadaba un bagre por la orilla del afluente.
Cuando encontró el momento precisó, se abalanzó sobre el animal acuático y lo hizo sobre su costado izquierdo; la boa constrictora logró sujetar al pez desde su lomo, aunque su presa trató de liberarse en reiteradas ocasiones y para ello se movió bruscamente, pero sin éxito ante lo asegurado que estaba por los colmillos.
cem