PACHUCA.- Las tortillas representan uno de los alimentos básicos en la gastronomía mexicana y que no pueden faltar a la hora de la comida en la mesa de una familia hidalguense. Este producto elaborado a base de maíz y rica en vitaminas e hidratos que pueden ayudarte a controlar el estrés y la depresión no siempre suele ser la más rica o tener la mejor calidad. Para saber si la tortilla que llevas a tu boca está en perfectas condiciones toma en cuenta las siguientes señales.
Si bien es cierto que la tortilla se puede conservar bastante bien en refrigeración no hay nada como degustar de una buena tortilla hecha a mano y al instante. Pero ¿qué es lo primero que debes notar en este alimento para saber qué está en buen estado? El sitio Enséñame de Ciencia presenta una lista de calidad para verificar en cada tortilla y comerla sin culpas ni riesgo. Pon atención y, cuidado si detectas alguno de estos factores, es mejor tirarla que consumirla.
Para empezar, una buena tortilla se distingue por su color. Este debe ser amarillento. Si lo encuentras blanco o pálido, no la comas. Esto claro, también depende del tipo de masa con la que se elaboren, pero por regla general, las blancas no sirven. Si tienes dudas, ¡pruébala! El sabor es otro factor importante y súper fácil de detectar. Así que, si además de saber feo huele feo, a rancio y ácido, definitivamente podría enfermarte.
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Algunas tortillas pueden conservar su color amarillo, pero, puedes notar manchas de colores azul, moradas, rojo o restos de moho, estos son los primeros signos de que la tortilla está en estado de descomposición, tírala. Evita quitarle las manchas y consumirla. Al momento de calentarla en el comal, una buena tortilla se infla, quiere decir que la masa está en buen estado, de lo contrario puede que sea un signo de una masa rancia.
¿Cómo conservar las tortillas?
De acuerdo con el texto en el portal Cocina Delirante algunos consejos para mantener la tortilla en buenas condiciones es que al momento de comprarlas separarlas una por una, dejándolas secar por unos minutos a temperatura ambiente para retirar el exceso de humedad.
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Posteriormente, apila las tortillas y colócalas sobre un trapo limpio, envuélvelas y colócalas adentro de una bolsa de plástico bien cerrada. La bolsa la conservas dentro del refrigerador. Si compraste más de un kilo de tortillas, sepáralo en dos tandas para evitar que se genere humedad y estás se echen a perder más rápido.
jgp