TEPEAPULCO.- En unos meses, se cumplirá casi medio siglo del mayor desastre nuclear en México y cuyas afectaciones abarcaron a casi todo el país y el estado de Hidalgo no se escapó, pues sin saberlo en uno de sus municipios fueron construidas viviendas sin saber que se trataba de material radioactivo que podría poner en riesgo la vida de sus moradores similar a estar en Chernóbil, en Ucrania, accidente que curiosamente pasó dos años antes y que tuvo una mayor difusión.
Se trata de un complejo de departamentos destinados para para trabajadores que tenían su lugar de origen a grande distancia y por ello la empresa ferroviaria Bombardier, para agilizar el ingreso de su plantilla, decidió construir una serie de edificios de tres plantas cada uno y algunos de dos.
Sin embargo, tras saberse sobre la dispersión de un elemento altamente radioactivo desde Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, llamado el Chernóbil mexicano, fue recorrido el edificio con medidores, de lo que se descubrió que sus varillas arrojaron altos niveles de contaminación y por ello saltaron las alarmas.
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Las casas fueron construidas en un punto después de 1983, y tras declararlas como inhabitables fueron desalojadas, por lo que desde entonces permanecen abandonadas y significan un foco de delincuencia al ser el sitio ideal de resguardo de posibles delincuentes, pero quienes podrían estar en grave peligro y por ello se llama Elefante Blanco.
Hay radiación y fantasmas
Además de la radiación por las varillas que cimientan los edificios, pobladores cercanos al Elefante Banco comentaron que posiblemente ocurren actos paranormales como extraños ruidos o avistamientos de seres que no son de este mundo, a lo que diversos creadores de contenido han dedicado videos.
Otros actos terribles que han ocurrido en las viviendas radioactivas fue el asesinato múltiple en 2007 de una pareja que fue llevada al sótano y de manera violenta fue atacada hasta la muerte, por lo que por ejemplo se dice que sus almas vagan por uno de los vestigios del Chernóbil mexicano en busca de venganza.
¿Cómo llegó la radiación hasta las varillas?
De acuerdo con un reportaje del portal Xataka México, en diciembre de 1983 un trabajador técnico de una clínica en Ciudad Juárez recibió la orden de deshacerse de una maquina de quimioterapia comprada de manera ilegal, pero que, pese al riesgo, no tuvo uso al no haber médicos capacitados en el país.
Por lo que permaneció arrumbada en un almacén sin ninguna advertencia de lo que se trataba y cuando el empleado de nombre Vicente recibió la orden de reducir el aparato a chatarra lo hizo sin ninguna precaución, cuando accidentalmente rompió una bomba de cobalto 60 como introducción a una gran tragedia.
Vicente desmanteló la máquina con un amigo, quien dijo haber sentido un inusual calor en la habitación donde estaban, además de raros sabores en la boca, pero no prestaron importancia y tras chatarrizar todo se dirigieron al Yonke Fénix, donde el material radioactivo se regó y hasta la bomba de cobalto 60 se mezcló con acero de fundición.
Del fierro reciclado, fue usado para distintos productos de la vida diaria como comedores y varillas de construcción, viajes de entrega que sirvieron para descubrir la magnitud del accidente cuando un tráiler pasó cerca de un laboratorio donde sonaron las alarmas de robo de material, pero fue referido que eran las barras de acero y comenzó un minucioso seguimiento de la tragedia, que ocurrió dos años después de Chernóbil en Ucrania.
Tras semanas de intensa limpieza, en las que se perdió el rastro de Vicente, se logró incautar más de 3 mil bases para mesas y 6 mil 600 toneladas de varilla, aunque algunas ya habían sido vendidas y se les perdió del radar para ser aseguradas y evitar más contaminación, pero se supo que algunas ya habían sido usadas como en Tepeapulco.
cem