PACHUCA.- Además de tener pueblos mágicos y balnearios, Hidalgo destaca por la cantidad de cascadas en toda su geografía estatal, lo que lo convierte en uno de los estados con mayor cantidad de atractivos naturales.
Esas características lo convierten en un destino turístico deseable para viajeros foráneos, como los de la Ciudad de México, pues se comparte colindancia territorial que permite a una pareja de enamorados, familia o en solitario pasar un fin de semana.
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Ante ello, LSR Hidalgo te presenta las cascadas más bellas de la entidad, mismas que sobresalen por su altura, nivel de agua que expulsan y la posibilidad de efectuar algún deporte como senderismo o escalamiento.
Cascada de Bandola
En primer lugar, y a dos horas con siete minutos de viaje, o 116 kilómetros de distancia desde la CDMX, destaca la cascada de Bandola en Omitlán, y que quienes ya la visitaron recomiendan asistir en temporada de lluvias entre junio y julio.
A un costado de la cascada está un criadero de truchas en las que incluso se puede elegir la que más te guste y comerla en el local o cerca en los alrededores. También, es una zona ideal para dar paseos largos, comprar artesanías y disfrutar de los miradores.
Cañón del Paraíso Escondido
En segundo lugar, pero ya a 126 kilómetros de viaje para los capitalinos, es decir, dos horas y 18 en auto, está el Cañón del Paraíso Escondido dentro del parque nacional Mineral del Chico, que son una buena opción para una escapada fugaz.
En los alrededores existen formaciones rocosas de más de 30 metros que hacen aún más atractiva su cascada, pues se podrá practicar rapel, senderismo, tirolesas y montañismo. Nuevamente en la opinión de turistas, conveniente contratar un guía.
Ello si se planea alguna actividad deportiva, pues de lo contrario el espacio está abierto al público en general y además se puede nadar en las orillas de la poza que recolecta el agua de la cascada. Con un poco de aventura, se puede pasar una noche de campamento.
Cascadas de Chimalapa
Un poco más alejado que las opciones pasadas están las cascadas de Chimalapa, en Acaxochitlán, y de acuerdo con Pachuca Brilla se trata de una localidad indígena que se ha encargado de mantener en perfectas condiciones esa área natural.
Para llegar, serán necesarias dos horas y 10 minutos de manejo, o 143 kilómetros desde la Ciudad de México. La belleza de esas cascadas se encuentra en dos caídas de 10 metros de alto, así como en sus alrededores, pues se permite realizar un día de campo y senderismo.
Cascadas de Las Golondrinas
La opción más lejana para los capitalinos, pero con lo mejor de lo mejor, son las cascadas de Las Golondrinas en Agua Blanca de Iturbide, que de paso son muy populares, ya que una de ellas tiene más de 140 metros de altura.
Con dicha condición, a lo largo de los años se formó una enorme poza en la cual se puede nadar o pescar, aunque con recomendaciones de seguridad para evitar accidentes. Pero, además, a tan solo un kilómetro de esta se puede llegar a una segunda cascada.
Tal se encuentra en la parte baja del cerro y también tiene agua del arroyo de Las Golondrinas, aunque su segundo atractivo solo posee una altura de más de nueve metros, pero a su vez la hace ideal para nadadores inexpertos ya que sus aguas son más cristalinas y menos profundas.
cem