Pachuca.— En Hidalgo, desde 2011 está vigente la Ley de Voluntad Anticipada, una herramienta legal que permite a cualquier persona mayor de edad dejar por escrito, ante un notario público, las decisiones que desea que se respeten en caso de quedar inconsciente o sin posibilidad de manifestar su voluntad.
Esta figura, de acuerdo con Alejandro Pacheco Gómez, encargado del Registro de Voluntad Anticipada de Sector Salud en Hidalgo, inicialmente solo aplicaba para pacientes con enfermedades terminales y fue reformada para que cualquier ciudadano pueda ejercer este derecho, evitando así que terceros tomen decisiones médicas sin conocer sus deseos.
“La voluntad anticipada consiste en nombrar a un representante que, llegado el momento, sea el encargado de presentar el documento y velar porque se cumplan las instrucciones expresadas. La ley prohíbe establecer actos no permitidos en México, como la eutanasia, pero sí permite decidir sobre la aplicación o no de medidas extraordinarias, como intubaciones paliativas, maniobras de resucitación sin perspectiva de mejora o tratamientos que prolonguen la agonía sin beneficio terapéutico”.
Pacheco Gómez precisa que este recurso es una forma de garantizar que la voluntad de la persona se respete y evitar conflictos familiares en momentos críticos de salud, ya que, en casos urgentes, cuando no es posible acudir ante un notario, personal médico autorizado puede recabar la voluntad, como ocurrió durante la pandemia de Covid-19.
Desde que la Secretaría de Salud de Hidalgo comenzó a llevar el registro en 2015, se han emitido 79 documentos de voluntad anticipada ante notario y dos formatos recabados por personal de salud, y más del 50 por ciento de quienes lo han solicitado son adultos mayores con residencia en Pachuca, Tizayuca, Tulancingo, Mineral de la Reforma y Tula, como los municipios con mayor incidencia.
“El alcance de esta figura no se limita a decisiones médicas, también puede incluir el consentimiento para ingresar a una residencia de cuidado en caso de incapacidad mental o la autorización para donar órganos y tejidos, además, el documento es revocable en cualquier momento por quien lo emitió”.
A fin de difundir la voluntad anticipada, se ha documentado a personal de salud para que, en caso de recibirlo, sepan cuál su el valor legal, del mismo modo, mediante foros, asociaciones civiles y casa de adultos mayores se ha facilitado información a la población.
La voluntad anticipada, un acto de responsabilidad y dignidad
Para el notario Juan Manuel Sepúlveda Fayad, la voluntad anticipada es una de las figuras legales más valiosas para preservar la dignidad de las personas y evitar conflictos en los momentos más difíciles. “No es un tema sencillo de hablar, porque implica pensar en la muerte, pero es un acto de amor hacia uno mismo y hacia los seres queridos”, menciona.
Explica que su función no es solo dar fe del acto, sino también asegurarse de que la persona comprende las implicaciones médicas y legales de lo que está firmando. “El notario debe cerciorarse de que existe plena capacidad y voluntad, sin presiones externas, se trata de que el otorgante sepa exactamente qué está decidiendo”.
Entre los puntos más comunes que se establecen en este documento están la negativa a recibir tratamientos extraordinarios que prolonguen artificialmente la vida, como intubaciones o maniobras de reanimación sin posibilidad de recuperación, así como la autorización para recibir únicamente cuidados paliativos; también se puede nombrar a un representante que será la voz del otorgante frente a los médicos y que deberá hacer valer lo expresado en el acta.
“En la práctica, cuando un familiar enferma gravemente, todos quieren opinar: uno quiere llevarlo a Houston, otro al ISSSTE, otro a un hospital privado, y algunos hasta proponen tratamientos milagrosos. Con la voluntad anticipada, ya no es lo que se le ocurrió a uno de los hijos, es la voluntad de la persona”.
Es un trámite accesible y sencillo
En Hidalgo, los costos para formalizar la voluntad anticipada son accesibles y, en algunos casos, el trámite puede ser gratuito durante campañas especiales; aun así, Sepúlveda Fayad reconoce que la figura es poco conocida y que persiste una resistencia cultural a planear el final de la vida. “En nuestra sociedad todavía hay miedo a hablar de la muerte, sin embargo, otorgar este documento puede evitar pleitos familiares y decisiones médicas contrarias a lo que uno hubiera querido”.
Asimismo, explica que el proceso es ágil, basta con acudir a una notaría con identificación oficial y designar a un representante y, de ser posible, a un suplente, encargados de tomar decisiones médicas en caso necesario. El costo aproximado es de dos mil pesos. Siguiendo las mismas normas del testamento, la voluntad anticipada es revocable en cualquier momento, “hoy podemos decidir una cosa y mañana cambiar de opinión”.
Aunque en México no todas las entidades cuentan con esta ley y aún no existe un registro nacional, Hidalgo participa en las discusiones para su creación, lo que permitiría generar estadísticas y fortalecer la difusión. Por ahora, la recomendación de las autoridades es clara: informarse, acudir con un notario y dejar por escrito la voluntad, asegurando que sea conocida por la familia y el representante designado.
“Lo importante es que la decisión sea bien informada. Que la persona conozca las implicaciones médicas y legales para que, llegado el momento, su dignidad y deseos sean respetados”.
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