TENANGO DE DORIA-. Sentada en un sillón y con su bebé en brazos fue encontrada una mujer que llevaba varios días alcoholizada, su estado etílico lo trasfirió a su pequeño de dos años, a través de la leche materna que le dio de su pecho.
“Fue una situación impactante”, describió Lázaro Chávez Márquez, trabajador social del Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y quien se encarga de hacer canalizaciones a Centros de Rehabilitación de Adicciones en Tenango de Doria, una región indígena de Hidalgo que registra altos índices en el abuso de consuno de drogas ilegales y alcoholismo.
Relató que policías, psicólogos, trabajadores sociales y abogados de Tenango no lo podían creer. Fueron ellos quienes acudieron al domicilio de la mujer, luego que policías y elementos de la Dirección de Protección Civil Municipal recibieran el reporte de sus vecinos.
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“Sí, por muy increíble que parezca, tanto el bebé como la mujer estaban alcoholizados. Cuando llegamos vimos a la chica totalmente alcoholizada, con su bebé en brazos, su hijo estaba así porque había consumido el alcohol a través de la leche materna”.
Chávez Márquez dijo que esta historia es inverosímil, pero ha sido uno de los casos que más le han impactado como trabajador social del municipio ubicado en la Otomí-Tepehua, una región indígena mundialmente famosa por ser la cuna de los bordados de tenangos.
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Tenango de Doria se ubica a 103 kilómetros de Pachuca, capital de Hidalgo. De acuerdo con el último censo de población, en 2020 se estimó 17 mil 503 habitantes, el 52 por ciento son mujeres y 48 por ciento son hombres. Más de la mitad de la población es hablante de otomí.
El alcoholismo empezó con una depresión
Los hechos ocurrieron en 2022 en una comunidad del municipio. La chica, no mayor a 25 años, refugió sus problemas en el alcohol luego de enterarse que su pareja, quien migró a otro estado del país para trabajar, le estaba siendo infiel.
Al advertir que el bebé estaba borracho, los trabajadores del DIF de Tenango de Doria llamaron a la Subprocuraduría de la Defensa del Menor y la Familia de Hidalgo, así como el Ministerio Público, para llevarse al pequeño y a otros dos menores, hijos de la joven madre quien presentaba un cuadro de alcoholismo.
“Cuando lo llevábamos en la patrulla, recuerdo, el bebé estaba somnoliento, yéndose de un lado a otro, es decir, borracho… fue llevado de manera inmediata al médico, pues, también se encontró que había consumido pasta de dientes y estaba sufriendo violencia, pues la madre lo sometió a ‘un estrés’ con música a todo volumen y le puso un machete a un lado de su cuna”, contó Lázaro Chávez.
De acuerdo con los vecinos, la joven llevaba dos días consumiendo alcohol. Se había encerrado en un cuarto de su vivienda; incluso, refirieron al trabajador social, se intentó quitar la vida.
“La mayoría de las personas que atendemos, encontramos que tienen un trasfondo familiar que hacen que caigan en consumo de alcohol o drogas. La mayoría vienen de una familia disfuncional, de padres que se divorciaron, con violencia en el hogar o falta de atención… es por eso que, actualmente, los jóvenes en este municipio se refugian en el alcoholismo y drogadicción”, dijo.
Consumió cristal e intentó matar a su esposa
Otra historia que le tocó documentar este 2022 a Lázaro Chávez fue el caso de una mujer quien sufrió violencia familiar extrema por parte de su pareja, quien, bajo los efectos de las drogas, la intentó ahorcar.
“La mujer llamó a las autoridades en busca de auxilio porque la habían golpeado. Fuimos con un equipo multidisciplinario (abogado, psicólogo y trabajador social) y nos percatamos que sufría todos los tipos de violencia, desde la verbal y física hasta la sexual y patrimonial”.
El varón, además de ser detenido, fue canalizado a un centro de rehabilitación de drogas, pues presentaba un cuadro severo de adicción al cristal y alcohol.
Las intervenciones
El trabajador social del Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del municipio de Tenango de Doria, informó que en lo que va de este año han canalizado a 20 personas a un Centro de Atención de Adicciones, coloquialmente conocidos como “anexo”.
Un anexo es un centro especializado para contener, desintoxicar y rehabilitar a las personas adictas a sustancias psicotrópicas o con alcoholismo. Los rangos de edad de estos pacientes que han canalizado van desde los 20 hasta los 40 años; aunque también han tenido casos de adolescentes de menos de 18 años que consumen alguna sustancia.
“En este 2022 se han anexado a 20 jóvenes del municipio de Tenango de Doria, de los cuales 17 son hombres y tres mujeres, una de ellas de 16 años de edad, quien presentó un cuadro severo de dependencia a las drogas y quien está por completar su tratamiento”.
Curar las adicciones es costoso
El municipio de Tenango de Doria tiene un convenio con un centro de rehabilitación de adicciones (anexo) ubicado en el municipio de Santiago Tulantepec, el cual brinda servicios accesibles a las familias de los pacientes.
Por este servicio, los familiares pagan 400 pesos semanales por el internamiento. Sin embargo, algunos anexos privados llegan a pedir hasta 3 mil pesos semanales, es decir, 12 mil pesos mensuales por tener en un centro de rehabilitación a una persona.
La venta de cristal sube como espuma
Estos dos casos ocurridos en el municipio de Tenango de Doria forman parte del incremento del consumo del alcohol y de drogas sintéticas como el cristal y crack en los municipios de región Otomí–Tepehua.
De acuerdo con autoridades de la Secretaría de Salud de Hidalgo, en la Jurisdicción Sanitaria XIII Otomí–Tepehua (integrada por seis municipios que son Acaxochitlán, Metepec, Agua Blanca, Tenango de Doria, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla) han detectado demanda de atención de servicios médicos por problema de adicción.
“Nosotros hemos recibido situaciones muy específicas de la región Otomí–Tepehua de adicciones, por ejemplo, la presencia de nuevas drogas (además de las legales que son el alcohol y el tabaco) sintéticas, como los son las anfetaminas o cocaína, sí hay una presencia de consumo en la población de esa región”.
Así lo expresó Christopher Mata Taboada, encargado del departamento de Salud Mental de Adicciones de la Secretaría de Salud de Hidalgo, quien dijo que a través de los sistemas de Información de Adicciones (de las cinco Unidades Especializadas en Hidalgo) y de Información en Salud (que comprenden todas las unidades y centros de salud estatales), es donde la población ha solicitado la ayuda de las autoridades para atender casos de adicción a sustancias psicotrópicas y alcoholismo.
Las drogas sintéticas
Metanfetaminas, cocaína, cristal y crack son las principales drogas sintéticas estimulantes que se consumen en la zona Otomí–Tepehua; aunque también se ha detectado marihuana y alcohol.
Esta droga de impacto, según los propios pacientes, la compran en dos municipios vecinos a la Otomí–Tepehua: Tulancingo y Santiago Tulantepec. Estos datos son dichos por los propios consumidores quienes, en encuestas refieren con qué sustancia iniciaron su adicción.
“La mayoría refiere que fue con un cigarro o una cerveza (alcohol) la droga de inicio. Posteriormente consumieron otro tipo de sustancias como la marihuana, cocaína o cristal, es decir, la droga de impacto es la sustancia por la cual la persona llega a pedir ayuda”, expresó.
De acuerdo con el funcionario estatal, en 2021 en los seis municipios (Acaxochitlán, Huehuetla, San Bartolo Tutotepec, Tenango de Doria, Metepec y Agua Blanca) que integran la jurisdicción Sanitaria Otomí Tepehua se hicieron 23 mil detenciones de riesgo de consumo de sustancias psicoactivas de esta población.
“Aquí te puedo hablar no de un problema, sino de una demanda de atención médica para tratar adicciones. La estrategia que se sigue se divide en dos partes: detención e intervención”, dijo.
De estas 23 mil detecciones de riesgo de consumo de sustancias psicoactivas, en Acaxochitlán se han presentado 13 mil; Agua Blanca, 2 mil 900; Huehuetla, 690; Metepec, 980; San Bartolo Tutotepec, 3 mil y Tenango de Doria, 2 mil 500.
Tres niveles: uso, abuso y dependencia
De acuerdo con el psicólogo del sector salud, se tiene tres niveles para detectar una adicción: uso, abuso y dependencia.
“Una persona puede referirnos que tiene problemas con el consumo del alcohol, tabaco, marihuana o metanfetaminas. Nosotros determinamos, a través de un estudio o entrevista exploratoria en qué tipo de nivel está la persona”.
Si se presenta un “uso”, las autoridades de salud dan una consejería, orientación o plática informativa para hacer saber a la persona sobre los problemas que acarrea el consumo de drogas.
Si hubiese un abuso se determina si el paciente es atendido en la unidad de salud o, en su defecto, se canaliza a una de las cinco Unidades Especializadas de Atención de Adicciones en Hidalgo, que se encuentran en Pachuca, Ixmiquilpan, Tula, San Felipe Orizatlán, Ciudad Sahagún.
“Si todavía, después de eso, la persona tiene un cuadro de dependencia, son canalizados a un nivel especializado en uno de los siete establecimientos residenciales de adicciones (anexos), que están en Pachuca, Tulancingo, Zempoala y Tizayuca”, informó.
Tres periodos de 28 días
Mata Taboada indicó que los pacientes con problema de dependencia a drogas o alcoholismo tienen que estar anexados em los establecimientos tres periodos de 28 días para una rehabilitación.
También se cuenta con una Línea Telefónica “De la Vida” (01800 911 2000) que está ofertada a nivel nacional, en la cual uno puede hacer una llamada para recibir una orientación de manera anónima.
A la par, las autoridades de salud de Hidalgo se coordinan con otras instancias gubernamentales como los sistemas DIF municipales, así como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Desde los 7 años, adicciones a drogas en Hidalgo
Mata Taboada refirió que en Hidalgo se ha identificado que los problemas de consumo de uso, abuso y dependencia se da en niños de siete años hasta adultos de 42 años de edad; aunque, esta problemática se presenta principalmente entre los jóvenes.
“Nosotros tenemos una ‘población blanco’ a la que dirigimos la mayor cantidad de nuestras acciones, que son entre los 12 y 17 años, en función de que su desarrollo cognitivo, emocional y mental está en su esplendor; por ello, si dañas tu cerebro a temprana edad, evidentemente, vas a tener mayores consecuencias a mediano y largo plazo”, explicó.
El especialista dijo que está comprobado que las personas que inician a temprana edad a fumar, después se vuelven “poli consumidor”, es decir, después prueban otras drogas como el alcohol, cocaína, marihuana y otras drogas sintéticas.
sjl