PACHUCA.- El bulevar Everardo Márquez que converge con la carretera Pachuca-Ciudad Sahagún al menos tiene cinco puntos inseguros para los ciudadanos, y a pesar de que la vía se ha convertido en una zona con tráfico de transeúntes, por el número de fraccionamientos y centros laborales, carece de pasos o cebras, además, a lo largo de la vía solo hay cinco puentes peatonales.
Lo anterior, de acuerdo con un recorrido hecho por La Silla Rota Hidalgo desde el crucero de la Central a Lomas Residencial Pachuca, en bulevar Everardo Márquez, hasta la entrada del fraccionamiento Santa María la Calera en la orilla de la ciudad.
Los atropellamientos son las consecuencias más graves de percances viales con peatones, la tarde del miércoles 26 de mayo, un trabajador de limpieza murió en la entrada del fraccionamiento San Pablo, en un incidente en el que estuvo involucrado un automóvil Peugeot.
PASOS IMPOSIBLES
Uno de los lugares con mayor incidencia de accidentes está ubicado después del puente vehicular conocido como el Trébol, a la altura de Toyota Pachuca. De un lado es paradero no autorizado de combis, del otro está la entrada de la tienda de automóviles, este es uno de los espacios que tiene mayor movilidad de un lado a otro, pero es de los más inseguros.
Este punto no tiene señalamientos, tampoco puentes peatonales o semáforos, pero es un lugar habitual de paso. Aquí han sido registrados accidentes en los que se han involucrado automovilistas y peatones.
Alrededor hay varias fábricas y centros de trabajo a los que acuden personas que usan el transporte público, y en horas pico atraviesan constantemente.
De enero a abril del 2021, en el estado han sido contabilizados 310 accidentes de tránsito que derivaron en lesiones graves, además hay 93 homicidios culposo por imprudencia o falta de habilidad al volante.
El siguiente punto rojo está a la altura de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra). Pese a ser la entrada al parque industrial, y al fraccionamiento El Saucillo, no tiene puentes, tampoco hay señal de cruces y de ambos lados de la carretera no hay banqueta, solo espacios de terracería, ocupados como estacionamientos y lugar de comercio ambulante.
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El tercero está ubicado a la altura del fraccionamiento Jazmín, se trata del puente vehicular de la colonia Los Tuzos, que es usado como paradero de transporte público. Destaca que no hay banquetas, tampoco semáforos o cebras peatonales.
Los siguientes dos sitios son los fraccionamientos Chavarría y Santa María la Calera, que comparten la misma situación, a pesar de ser entradas a las colonias, ninguna cuenta con accesos peatonales. En ambos puntos han sido registrados lesiones y percances letales por accidentes viales.
PELIGRO CONSTANTE
Martín Carrasco, está a orillas de la carretera a la altura de la entrada a La Calera, espera que un transporte lo lleve a Zempoala, este es su camino recurrente por su trabajo. Él explica que debido a que ya casi es la salida de la ciudad, los usuarios de coches difícilmente dan el paso para ir de un lado al otro. Cuando vuelve de su trabajo, mira a las personas cruzar la vía rápida en la obscuridad.
Pues es el camino a casa, las rutas nos dejan aquí, no hay ni un árbol y hay que caminar. Si me da miedo, pero es que no me da tiempo de salir en dos combis. De aquí ya es casi directo a mi trabajo”.
Hasta el momento no ha presenciado ningún accidente, pero ha sabido de varios. Menciona que los comités de vecinos sí han solicitado puentes y semáforos, pero hasta el momento no han sido atendidos.
LOS OLVIDADOS DE LA POLÍTICA PÚBLICA
En entrevista, Luis Licona, coordinador de la organización Revolución Urbana, manifestó que los gobiernos priorizan la movilidad que ellos consideran como “moderna” de ahí que sus vías de comunicación van dirigidas a automovilistas, esto deja en desventaja al resto de la población que es excluida y se enfrenta a espacios hostiles de movilidad.
Han sido olvidados por las políticas públicas y se puede ver en distintas partes de la ciudad, en este caso, esta carretera, donde hay muchos puntos conflictivos y hostiles. Eso nos habla del abandono de los peatones y una mala planeación, incluso para los desarrollos que terminan aislados”.
Manifestó que, características como las encontradas en la carretera Pachuca-Sahagún son constantes en ciudades que priorizan el uso de automóvil en lugar de promover la inclusión de todas las poblaciones.
Es un círculo vicioso, porque entonces, las políticas públicas ponen a los autos como modernidad, y al hacer ciudades para autos, obligan a que las personas busquen o aspiren a esta forma de transporte, entonces se vuelve un círculo vicioso”.
Además, explicó que los gobiernos se enfocan en obras que sean muy vistosas, aunque dejen fuera a un sector de la población no sólo los que van a pie, sino personas adultas mayores, niños y niñas, y personas con discapacidad.
Es un problema más profundo que toca muchas cuestiones sociales, desde el desarrollo económico de las comunidades y el social. Si es difícil ir de una colonia a otra, entonces la población no irá caminando. Tal vez no irá y eso al final es una degradación social, porque aísla a los lugares y a las personas. Eso puede generar falta de identidad, percepción de inseguridad, accidentes y claro: la dificultad de la misma movilidad”.
El activista indicó que los ciudadanos y gobiernos deben trabajar por incluir a todos los sectores, en una ciudad que sea amigable con todos, desde el transporte público, la movilidad y las vías de comunicación entre otros.
Aunque fueron ubicados cinco puntos rojos, todo el tramo carretero tiene cruces no permitidos, carece de banquetas y de semaforización.
Fotografías de Sonia Rueda
sjl