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Pandemia e intermediarios ponen en jaque a artesanos de obsidiana en Hidalgo

Artesanos jóvenes hidalguenses migraron a Estados Unidos después de que las zonas arqueológicas cerraran y se parara la venta de artesanías de obsidiana

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Escrito en HIDALGO el

EPAZOYUCAN.- Los estragos de la pandemia de covid-19, los intermediarios y la competencia desleal han puesto en jaque a los artesanos del Cerro de las Navajas, la montaña más alta de Hidalgo que posee un invaluable yacimiento de obsidiana dorada.

Esta montaña se ubica a 3 mil 160 metros sobre el nivel del mar, en Nopalillo, localidad de Epazoyucan ubicada a 30 minutos de Pachuca. Nació de la explosión de un volcán hace millones de años y fue explotada por teotihuacanos, toltecas y aztecas para troquelar armas, herramientas de caza y artesanías que comercializaban con otros pueblos de Mesoamérica.

A más de cinco siglos, de este lugar se siguen extrayendo grandes piedras vítreas con las que se fabrican suvenires que después son vendidos en zonas turísticas de México y del mundo; incluso, los chinos se las llevan para elaborar artesanías prehispánicas, aretes, collares o dijes.

La pandemia nos afectó mucho. Apenas, hace unas semanas, comenzó a moverse un poco la artesanía, nos cayó un pedido para elaborar 200 puntas que llevaremos a Teotihuacán (para que se vendan en la zona arqueológica)”, dijo Sixto Arista Castelán, quien lleva trabajando con la obsidiana desde hace 25 años.

Diario va al Cerro de las Navajas a escarbar y buscar obsidiana. Hay tres tipos: verde, semi-dorada y dorada. Esta última es la más codiciada, es única en el mundo por su radiante reflejo al ponerla a la luz del sol.

En entrevista con La Silla Rota Hidalgo, el artesano contó que durante los meses más álgidos de la pandemia no le quedó de otra a él, su hijo, sobrinos y su hermano (quienes se dedicaban de lleno a elaborar la artesanía con la obsidiana) que trabajar en la construcción.

“La cosa es no quedarse parados”, dijo el hombre robusto de 51 años de edad, quien desde pequeño aprendió a labrar la obsidiana observando a los artesanos de Tehotihuacán, a quienes les llevaban desde Hidalgo las enormes piedras que sacaban del Cerro de las Navajas.

MIGRARON A ESTADOS UNIDOS

Sixto Arista, que además de artesano fue minero, indicó que hay alrededor de 15 talleres de obsidiana en la comunidad de Nopalillo. Sin embargo, con los estragos que ha dejado la pandemia de covid-19 han cerrado dos y muchos artesanos migraron al norte.

Se fueron para Estados Unidos. Como no había ventas por la pandemia y a esto se suma que no hay ningún tipo de apoyo del gobierno para los artesanos… ojalá y hubiera, pero no lo hay”, dijo.

Su hijo y dos sobrinos migraron a Estados Unidos en busca de una mejor oportunidad, consiguieron trabajos en la construcción.

EL ESCUDO DE HIDALGO

La obsidiana también es conocida como “La Piedra de los Dioses”. Tan relevante es en la historia y orografía de Hidalgo que, el Cerro de las Navajas fue inmortalizado en el escudo de este estado del país.

Fue en 1922 que el escritor José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública (SEP) de México, y el pintor Diego Rivera, plasmaron en el escudo oficial del Estado de Hidalgo esta montaña de vidrio.

Además, el Cerro de las Navajas es conocido como Itztépetl, palabra de origen náhuatl que significa: “itzetl”, obsidiana y “tepetl”, cerro. Sirvió para que en la época prehispánica teotihuacanos, toltecas y aztecas extrajeran el mineral para hacer flechas, lanzas y puntas para cazar y defenderse.

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DEL CERRO A TEOTIHUACÁN

En elaborar una punta de flecha se tarda entre 25 y 30 minutos. Al momento de la entrevista, Sixto, junto con su hermano, trabajaban para sacar un pedido de 200 puntas que en breve venderán en 25 pesos.

No es bien pagado esto, pues el trabajo que se lleva y el material… creo que no es bien reconocido. Los intermediaros son ‘los ganones’, pues ellos le suben más del triple; aunque nosotros, en el caso de las puntas, se las damos sencillas, es decir, sin mangos, ya ellos se los ponen”, indicó.

Regularmente, una punta de 10 centímetros se llega a vender en centros turísticos entre 250 y 300 pesos. Sin embargo, en el local Artesanías Arista, las comercializan desde los 40 pesos hasta 100 o 120 pesos, dependiendo el tamaño de la pieza.

LAS HERRAMIENTAS

Así como lo hicieron sus ancestros Toltecas, para darle forma a la obsidiana utilizan una piedra de cantera para “lasquiar” (golpear y sacar la lasca, que es el fragmento plano y delgado desprendido de una piedra); aunque, recientemente, incluyeron tubos de bronce.

La piedra que utilizamos para darle forma a las lanzas es de cantera. La traemos de aquí mismo, de una comunidad llamada Santa Rosalía, ubicada en Mineral del Monte. Tiene que ser especial, ni dura ni blanda, para no romperla o que no le haga nada a la obsidiana”, dijo.

Para hacer figuras con acabados finos utilizan esmeriles, lijas y taladros industriales. Con ellos hacen desde jabones para dar masajes, dijes, réplicas de figuras ancestrales, obeliscos, imágenes religiosas, esferas y huevos de varios tamaños, hasta piezas de ajedrez.

Nuestros antepasados usaban solo las piedras para hacer las hachas, cuchillos y flechas. Hoy nosotros nos las ingeniamos y usamos tubos de cobre, así como otras herramientas para hacer las figuras”, expresó.

LOS EXTRANJEROS

Entre las anécdotas durante estos 25 años que lleva de artesano de obsidiana, Sixto Arista recordó que hace tiempo llegaron a su taller personas que venían de Estados Unidos para aprender la técnica de tallado.

Llegaron y nos pidieron enseñarles. Incluso, ellos tienen técnicas de tallado y también la compartieron con nosotros. Al final fue fructífero para ambas partes”, indicó el artesano de Nopalillo.

Igual, estudiantes de antropología han acudido al taller Artesanías Arista para que les den una demostración del tallado de las piedras.

DIFICIL PERO NO IMPOSIBLE

En sus 25 años, el artículo de obsidiana más difícil de elaborar fueron unas arracadas: “las hice a mano y fue sumamente complicado, pues me tardé como un día, fueron diez intentos, los que hacía se rompían. Si fue frustrante, pero salieron”.

Junto con su hermano Pedro Vera Castelán, trabaja en el taller de lunes a viernes y los sábados se van a entregar los pedidos.

Lo recomendable sería que pudiéramos vender directo a las personas, pero no. En Teotihuacán las tiendas artesanales que están ahí no te dejan que vayas y pongas a vender directo a los turistas”, indicó.

GAJES DEL OFICIO

Debido a las lascas de obsidiana saltan al momento de hacer los cuchillos, es común sufrir pequeñas cortadas en las manos y los dedos. Incluso, en las piedras de cantera se pueden percibir gotas de sangre.

Hacerse una cortada es del diario. Son los gajes del oficio, pero así se trabaja y nosotros ya nos acostumbramos a todo esto”, indicó Sixto Arista.

Vengan a visitarnos, no vayan a comprar caro a otro lado. Somos los barateros de Nopalillo, están elaboradas 100 por ciento por manos hidalguenses. Nuestro taller y tienda se llama Artesanías Arista. Es algo que debemos preservar, pues es una actividad que viene desde tiempos prehispánicos. Además, estas artesanías le gustan a la gente”, concluyó.

Los números para contactar a los artesanos de Nopalillo son: 7712590184 y 7712447709.

Actualmente está limitado el acceso a las minas del Cerro de las Navajas, debido a que hace unos años, un reportero y trabajador de la Secretaría de Turismo cayó a un barranco y murió.


sjl / mai