OPINIÓN

¡Hay jueces en Berlín! ¿Y en México?

Para innovar al Poder Judicial en México no se requiere solamente de promesas, sino de percibir a flor de piel el sentir de la gente, de acercarse a su rutina, a sus negocios, sus mercados, escuelas y comunidades donde viven | VIOLETA SOSA ZAMORA

Créditos: Pixabay / Ilustrativa
Escrito en HIDALGO el

El mítico significado que alude a la famosa frase evoca el respeto al estado de derecho cuando Federico II El Grande, rey de Prusia, construyó su palacio en Postdam pero le molestaba el ruido de las aspas de un molino de viento cercano al mismo, por lo que intentó comprarlo al propietario y al negarse a su venta ordenó fuera demolido, a lo que el molinero se opuso con la frase “¡Majestad, aún hay jueces en Berlín!” ya que cuenta la leyenda, aquel súbdito tenía la confianza en que los jueces fallarían en su favor y el absolutista debería obedecer la sentencia, lo que se traduce en acceso a la justicia.

En México, el 15 de septiembre de 2024 se publicó la cuestionada reforma judicial en la que, principalmente se dispone que todos los juzgadores (desde ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta los jueces del fuero común) deben ser elegidos por medio de la voluntad popular, lo que se ejecutó el pasado domingo uno de junio de este año y al día de hoy no ha concluido; no obstante las inconformidades que rodean al mismo, como abogada constitucionalista, servidora pública y ciudadana resta pensar: ¿Persistirán los jueces en México como en Berlín?

¡Esperamos que sí!, los que salimos a campaña territorial advertimos que la ciudadanía tiene en general una percepción de injusticia acusando de insensibilidad e indiferencia a las autoridades y aunque resta mucho por trabajar en todas las áreas que se relacionan con la justicia, hoy aludiremos a los jueces, los togados que serán declarados como vencedores para preguntarles: ¿cuál será su compromiso? ¿será que todos comprendan que para resolver un asunto en ocasiones habrá que salir de la oficina para conocer los lugares en donde se encuentra el molino y donde vive el molinero, así como las excentricidades que mueven al poderoso? o ¿seguirán apostando únicamente por una justicia de papeles en el escritorio?

Para innovar al Poder Judicial en México no se requiere solamente de promesas, sino de percibir a flor de piel el sentir de la gente, de acercarse a su rutina, a sus negocios, sus mercados, escuelas y comunidades donde viven para dotar al juzgador de una sensibilidad que le permita entender el reclamo de justicia social y, sin influencias externas o internas, resolver con valentía los asuntos que lastiman al desvalido como lo hicieron los jueces en Berlín.

Ese es el llamado.