La humanidad evolucionó en torno a una fogata. Frente al fuego, los más viejos trasmitían a las nuevas generaciones historias de hazañas que, con el paso del tiempo, se transformaban en mito.
Contemplando las llamas, jóvenes y niños imaginaban las batallas de Aquiles en Troya; los viajes de Marco Polo al lejano oriente; la belleza de Cleopatra, reina egipcia; la grandeza del emperador romano Marco Aurelio…
Por voz de nuestros abuelos igual supimos que un hombre de tez negra hacía magia con un balón de futbol. Platicaban que siendo un niño vio llorar a su padre luego de que Brasil perdió la final Mundial en 1950 frente a Uruguay. El “Maracanazo” dio pie a una promesa para su progenitor: “cuando crezca, voy a ganar esa copa para ti”.
Ocho años más tarde, en Suecia 1958, Edson Arantes do Nascimento ganaba su primer Mundial con la selección carioca. Sus rivales lucían torpes ante las maravillas que hacía con la pelota ese muchacho cuyo sobrenombre, algo común entre los brasileños, sonaba a leyenda: “Pelé”.
Con el número “10” en la espalda, comandó al invencible Santos de Brasil que dio vuelta a todo el planeta; llegó incluso a detener una guerra en África porque todos querían ver en acción al ya famoso futbolista, en una época donde no existía internet.
Formó parte del Brasil que volvió a ganar el Mundial en la cita de Chile 1962 pero su consagración llegó en México 1970, donde lo coronó “Rey Pelé”. O’Rei, en portugués.
Europa nunca lo convenció de ir a jugar pero los dólares de Estados Unidos le abrieron las puertas al Cosmos de Nueva York, donde la fama del crack brasileño acercó el “soccer” a las multitudes.
Cuando “Pelé” dejó las canchas en 1976, su nombre ya era una marca comercial. Conocido en todo el mundo, se volvió embajador del juego, entronizado como El Mejor Futbolista de la Historia, título al que solo se pueden acercar Maradona y Messi.
México fue una segunda casa para O’Rei. Siempre dijo que tenía un cariño especial por nuestro país; lo repetía en cada entrevista que veíamos por televisión o en radio, cuando ya no era necesario imaginar su figura elevándose entre las llamas de una fogata sino en directo y a color.
Discreto, sonriente y bien asesorado, las marcas trasnacionales se peleaban por patrocinarlo.
Iniciaba el Siglo XXI cuando Pachuca atinadamente decidió invertir en “Pelé” como imagen de su proyecto deportivo.
Fue así como el 8 de octubre de 2001, vimos al mito descender en helicóptero sobre las canchas de la Universidad del Futbol, instalación que fue inaugurada por O’Rei, junto al entonces gobernador de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez, y otros políticos.
Cansado por al ajetreo junto a la altura de la Bella Airosa, “Pelé” nunca dejó de sonreír a cada persona que se acercó a él.
La visita se repitió en 2004, ahora para la reinauguración del Estadio Hidalgo, donde develaron un palco con su nombre; también en el 2006, esta vez para asistir a un Congreso Internacional de Futbol.
Animado por el proyecto de los Tuzos, en una entrevista mencionó: “Pachuca es el equipo de México”, afirmación que fue utilizada por el club blanquiazul para fortalecer su internacionalización, sumado a sus éxitos deportivos.
“Pelé” sabía perfectamente el impacto de sus palabras, de su personalidad y aura como ídolo.
“Amigo, vocé (usted) siempre debe apoyar a Pachuca; este equipo lo merece”, comentó a este columnista al tiempo que nos saludábamos durante la ceremonia donde entregó el título de Director Técnico a uno de los grupos que nos capacitamos en la UniFut. Fue durante su última visita a la Cuna del Futbol Mexicano.
La directiva tuza acertó en su amistad con O’Rei. Cuida ese legado trabajando para impulsar el desarrollo del futbol mexicano.
Fue así como miles de hidalguenses comprobamos que el mito de “Pelé” es aún más grande por su sencillez…
Lo platicaremos a nuestros hijos y nietos.
Remate
Edson Arantes do Nascimento, “Pelé”, murió este 29 de diciembre a los 82 años de edad, en Sao Paolo. Es el único futbolista que ganó tres Copas del Mundo y anotó más de mil goles. Edson ya descansa en paz, sin embargo, “Pelé” será eterno.
jgp