OPINIÓN

El equipo del año

Hace un año la directiva del Pachuca tomó una decisión que cambiaría su historia. Las negociaciones bajaron la velocidad mientras las charlas entre los hermanos Martínez subían de tono | Omar Pérez Díaz

Twitter: @omarpdiaz
Opinión | Omar Pérez Díaz, columnista LSR Hidalgo.Twitter: @omarpdiaz
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Un año. Ni más, ni menos.

El ocho de noviembre de 2021 la directiva del Pachuca tomó una decisión que cambiaría su historia. Aquél día, tras una vergonzosa campaña, Paulo Pezzolano fue despedido como director técnico.

En ese momento, el club hidalguense entró en una ruleta de la fortuna. Elegir al nuevo entrenador resultaba una decisión crucial para el futuro.

Armando Martínez pensaba en una dupla: Gabriel Caballero/Chaco Giménez.

Jesús Martínez apostaba por alguien externo y europeo: el portugués Renato Paiva, quien tenía compromiso en Ecuador, así que pidió unos días más para meditar el ofrecimiento. Sí, ya sabemos que acabó manejando al León.

Las negociaciones bajaron la velocidad mientras las charlas entre los hermanos Martínez subían de tono, cada uno con sus argumentos, con su visión.

Casi al mismo tiempo, Santos Laguna quedaba eliminado de la Liguilla, desatando el divorcio entre Guillermo Almada y Grupo Orlegui. El uruguayo había ya tenido fuertes roces en Torreón, así que la ruptura fue inminente. Se anunció el 29 de noviembre.

Llámele intuición. Conocimiento. O estar atentos a la oportunidad…

En cuanto Almada quedó libre, Pachuca marcó a su número celular. Primero Jesús; después Armando y Martín Peláez. En 48 horas se resolvió la contratación del charrúa con los Tuzos. El acuerdo por un año se hizo público el día 2 de diciembre. Once meses después, Pachuca es “El Equipo del Año”.

Los Tuzos llegaron a dos finales en consecutivas, algo que no sucedía desde el 2001. Cosechó 70 puntos en dos torneos. En 46 partidos (29 victorias, 9 empates y 8 derrotas), incluidas Liguillas, anotó 83 goles y recibió 36.

Su máximo anotador, Nicolás Ibáñez, se despachó con 31 dianas en 45 encuentros. En resumen: la escuadra blanquiazul fue una máquina de futbol.

¿Qué hace diferente a Guillermo Almada?

La respuesta es su obsesión por alcanzar el máximo rendimiento individual y colectivo. No piensa en otra cosa.

Este hombre mostró lo que realmente se llamada “intensidad” en el campo de juego, lejos del verso que algunos entrenadores utilizan en sus entrevistas para quedar bien.

Una pieza clave en este trabajo es su preparador físico, el profesor Rubens Valenzuela, quien tradujo la demandante idea del técnico en músculo y rendimiento.

“Hubo días en los que no podía ni levantarme; me dolía todo el cuerpo por los entrenamientos; sin embargo, cuando estás convencido de cuál es el objetivo, del resultado de todo ese esfuerzo, lo hace con gusto”, platicaba la “Chofis” López, último en refuerzo en llegar al cuadro monarca.

La combinación le valió a Pachuca el séptimo campeonato de su historia.

En gustos se rompen géneros: los Tuzos de Enrique Meza eran estética y buen juego; los de Almada son vértigo, máxima velocidad.

Nadie sabe hasta dónde pueden llegar pero hay que disfrutarlo mientras se pueda.

REMATE

“Las cosas brillantes siempre salen de repente como la geometría de una flor”.

La canción que contiene este concepto se titula “Magia”, escrita por el argentino Gustavo Cerati. A veces, simplemente así sucede en el futbol.

Opinión | Omar Pérez Díaz, columnista LSR Hidalgo.Twitter: @omarpdiaz