Este año se publicó en Pachuk´ Cartonera (mi editorial) el libro “Cartas en el desierto”. Cuando me llegó a las manos el borrador, antes incluso de decidir hablar con la autora para publicarla, no sabía qué esperar, y me gustaría compartirles un poco este proceso para que traten de ver dos cosas: por un lado, cómo es que se decide y el proceso de publicación de un título; y por el otro, hablarles de este hermoso libro.
Cuando la autora (Vianney Pascual) me envió las cartas, acababa de tomar un taller de acercamiento a la literatura conmigo, un taller virtual ya que estábamos en las últimas fases de pandemia, y debido a ese contacto decidió acercarse y pedirme mi opinión sobre “algo que había escrito”. Le dije que sí, la verdad sin tener alguna idea de qué sería o incluso de que le propondría posteriormente publicarlo, sino solo como un ejercicio y parte de la dinámica que llevábamos en el taller.
El contenido fueron una serie de cartas escritas entre diciembre de 2013 y diciembre de 2014, o sea, a lo largo de un año. En éstas se cuentan las reflexiones de una joven que había sido violentada por un adulto que aprovechó su lugar de poder para engañar y abusar de la menor, que era en ese entonces, la autora. En estas cartas encontraremos cómo se confronta la joven al mundo, a su realidad inmediato, a una sociedad que la revictimiza, que cuida del agresor y que deja a la deriva a una joven que aún no termina de entender qué pasó, y que trata de asirse de la mejor manera posible a su realidad y al mundo.
Aunque el tema daría para desarrollarlo como una columna en sí misma, creo que no estoy en posición de escribirla, pues para eso podría hacerlo la autora, Lolh Canul, quien fue la prologuista del libro, o cientos de mujeres más que se han preparado y que podrán explicar y profundizar de una mejor manera que yo en el tema, por lo que no tomaré un espacio que no me corresponde, y en lugar de eso les compartiré lo que tengo por objeto en este texto.
Conforme iba leyendo Cartas en el desierto me daba cuenta que entre manos tenía un contenido importante, que valdría la pena revelarse como libro, aunque tenía dos dudas:
¿Publicar algo no literario?
La intención de Pachuk´ Cartonera siempre fue publicar contenido meramente literario, si bien es cierto que como psicólogo traté de relacionar los libros con el desarrollo de habilidades para la vida (propuestas por la ONU), nunca me había salido de la concepción de lo literario en sí mismo. De hecho, las colecciones estaban pensadas desde ahí. Ahora, con este título, no sabía dónde colocarlo dentro de la editorial.
De momento aún no decidía si publicarlo o no. Sabía que podría ser una pregunta a mediano plazo, pero de momento, tocaba concentrarse en el contenido, que conforme avanzaba, encontraba un estilo ya muy claro y depurado, cosa que también benefició al libro ya que era una comunicación directa o al menos, la intención de tener una comunicación, aunque las cartas jamás se enviaran.
¿Cómo terminarían las cartas?
Verán, a diferencia de un contenido meramente literario, donde la ficción puede cubrir apartados para hacer que la historia confluya de una manera natural y donde los objetivos principales son el que tenga cierta estética (no necesariamente lo que se cuente es bello, depende del estilo, objetivos y otros, pero todo enfocado a una finalidad estética), y para ello es importante que la historia se cuente de una manera adecuada, y al ser ficción, la historia se puede modificar de acuerdo a las necesidades del texto literario.
En este caso era imposible cambiar el texto porque no estábamos ante una ficción, sino ante la percepción subjetiva de una joven que vivió determinados hechos y que nos los cuenta desde ahí. En eso radica la importancia de este texto: en mantener la percepción real de la autora, por lo que, en este sentido, si las cartas no llegaban a un final adecuado, no sabría qué hacer para que el libro sucediera, de ahí mi preocupación anticipada.
Cierre de la propuesta
Al leer las últimas cartas, la tranquilidad llegó nuevamente a mi: la evolución de la protagonista y su crecimiento fueron el punto adecuado al que llegar tras todo este año. Así que, al ver el cierre, ya me sentí conforme. Hasta antes de este punto yo tenía esta duda, de cómo debería terminar el libro y si publicar todas las cartas, ya que eran bastantes y por mucho, sería el más extenso hasta ahora que haya publicado en la editorial. Sin embargo, al leer todo, me di cuenta que ya era un libro terminado, donde no tenía qué meterme más allá de la puntuación, con la finalidad de que quede lo más cercano posible a lo que escribió aquella adolescente.
Al final
Le dije a Vianney que quería publicar su libro, que saldría íntegro y que me parecía una necesidad social. Recuerdo que le dije “es más mi parte de psicólogo que de editor”. El motivo fue el siguiente: Como psicólogo, encuentro en este libro una herramienta de acompañamiento para personas que hayan vivido cualquier tipo de violencia. En momentos en que sufrimos (incluidos los eventos violentos) tendemos a pensar que estamos solos, que nadie nos entiende y nadie nos puede acompañar. Pero lo cierto es que todos pasamos por situaciones complicadas en nuestras vidas, y encontrar cartas que hablan sobre cómo otra persona vivió, afrontó y solucionó esa situación, deja que el desierto deje de ser tan árido y nos demos cuenta que todos vivimos en una sociedad, no porque, por decir algo, todos estemos igual de heridos por la vida, sino porque encontramos a alguien que duda, que sufre y que ha vivido lo mismo que nosotros, y entonces nos abraza una persona que no conocemos, pero que empatizamos con ella, porque definitivamente, ella también empatizaría con nosotros. Para dejar de estar en el desierto, o bien, encontrar un lugar donde reconfortarnos, al menos, como un pequeño oasis.
Puedo compartirles que llevamos unos meses desde que salió Cartas en el desierto, y que ha tenido comentarios y nos han contado experiencias maravillosas a partir de esta publicación. Finalmente, me gustaría comentarles que la obra se presentará en la 2da. Feria de Editoriales Independientes (FEI) Jardín Lavanda el 20 de noviembre a la una de la tarde. La sede será en Jardín Lavanda en Santiago Tlapacoya. Ahí estará la autora, habrá libros a la venta y podrán conocer su historia y preguntarle lo que gusten.
El libro también lo podrán adquirir en la cafebrería El andén y en la librería Lavanda aquí en Pachuca, o bien, con pedidos a domicilio por medio de la fanpage Pachuk´ Cartonera Editorial en Facebook.
Opinión | Miguel Ángel Martínez, columnista LSR Hidalgo. Twitter: @MtzmonterPsic