VIDA

Camelia, el contraste de un sitio con minas ricas y pueblo pobre en Pachuca

Se producían 4 mil 200 kilos de plata y actualmente no tiene servicios médicos, ni agua suficiente

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Sin servicios médicos, escasez de agua y calles sin pavimentar, así es Camelia una comunidad que se encuentra apenas a 11 minutos del Centro de Pachuca, pero a la cual el desarrollo no ha alcanzado, a pesar de ser de las primeras comunidades creadas por grupos mineros.

Ubicado en la Sierra de Pachuca, Camelia fue un pueblo con muchas minas, una de las principales la Mina Paraíso que aún sigue en funcionamiento y que en su auge llegó a producir 4,200 kilos de plata diarios, según datos del propio Ayuntamiento de Pachuca, pero que no impactó en la población para un desarrollo económico y social.

Camelia, el lugar que recientemente el Congreso Local incluyó en el catálogo de comunidades indígenas, fue creada por los españoles y junto con San Miguel Cerezo y El Bordo, formaban “Los Reales”, espacios que habitaron los mineros.

Llegar a Camelia es fácil, sólo hay que dirigirse por la antigua carretera al Real del Monte Pueblo Mágico de Hidalgo, y tomar la desviación, la calle principal está pavimentada, pero los demás caminos incluso no pueden ser transitados por vehículos, pues están rocosos y desnivelados.

Barrio Camelia en Pachuca Foto. Verónica Ángeles

Por la propia naturaleza del suelo (entre cerros), la comunidad ha crecido de forma irregular, con construcciones improvisadas y servicios básicos subdesarrollados, pues tan solo las mangueras de agua potable corren por la parte exterior incluso de las banquetas y caminos, mientras que el drenaje deja salir su característico olor, principalmente a la hora del sol. La energía eléctrica es lo único que pudiera decirse funciona de forma adecuada.

Entre cerros emerge Camelia en Pachuca Foto. Verónica Ángeles

Escasez en los servicios

En lo educativo, la comunidad cuenta con una escuela del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), la escuela primaria Josefa Ortíz de Domínguez, pero no hay una secundaria, los adolescentes deben acudir a las comunidades cercanas, como El Arbolito o San Miguel Cerezo.

Quedan ruinas del acueducto y las minas Foto. Verónica Ángeles

En lo que hace a los servicios de salud, tampoco cuenta con hospitales o centros de salud, al igual que la educación media básica, deben trasladarse a la comunidad de El Arbolito o Pachuca en el Hospital General, dependiendo de la gravedad del asunto.

De acuerdo con los resultados de CONEVAL e INEGI, en Camelia viven mil 742 habitantes, que viven  en cerca de 300 viviendas.

Así es la Camelia Foto. Verónica Ángeles

Sobreviven las ruinas de la mina La Camelia y el Acueducto

La técnica de desaguar las minas a través de túneles, socavones o contraminas permaneció como un recurso eficaz para ventilación, comunicación, transporte y extracción de mineral, entre las minas beneficiadas por los socavones destaca la de Camelia, hoy prácticamente en ruinas; sus restos muestran lo que fue, al formar parte la minería pachuqueña y del paisaje.

El Acueducto de Camelia, cercanos a las ruinas de las minas San Rafael, Camelia y Guatimoczin.

La pobreza es notoria en Camelia Foto. Verónica Ángeles

Generaciones han habitado Camelia

Doña Rosa es habitante de Camelia, lleva 25 años viviendo en el lugar, domina la lengua Náhuatl y también entiende y habla el español. Ella es originaria de Zacualtipán de una comunidad que se llama Jalapa de Hidalgo, la cual queda como a 40 minutos de la cabecera.

Generaciones han habitado en Camelia Foto. Verónica Ángeles

Con el paso de los años compraron terrenos para sus hijos, pero sólo sus hijas viven ahí, muy cerca de su casa. “Las nueras son malas, hay mujeres malas”, dice para justificar que sus dos hijos no viven en Camelia.

Llegaron a Camelia gracias a que su esposo estuvo en Estados Unidos por varios años, y un día él le llamó y le dijo que mientras regresaba buscara un lugar en Pachuca para vivir. Primero rentaban una casa, pero después se les dio una oportunidad de comprar terreno y así lo hizo.

Quedan rastros de minas Foto. Verónica Ángeles

A 25 años de distancia, la casa de doña Rosa está construida con lámina, cartón y madera, el piso aun es tierra, y por costumbre ella cocina con leña. Su casa cuenta una letrina.

Doña Rosa padece artritis, diabetes e hipertensión por eso considera que está bien vivir cerca de sus hijas, ya que si es necesario salir al médico, ellas la acompañan. Su casa está ubicada cerca de un lugar llamado “El Pozo”, sólo la entrada de su calle está pavimentada y el demás camino es terracería.

Las casas son humildes Foto. Verónica Ángeles

Ya se ha acostumbrado a la forma de vida, sólo le gustaría que el agua no faltara mucho, pues en temporada de calor deben de comprar a la pipa o a la mina, pues no hay suficiente.

Lo que queda de la minería Foto. Verónica Ángeles
Así se vive en Camelia Foto. Verónica Ángeles

 

jgp