Pachuca.— Angélica y Adrián no trabajan desde hace 10 días por la huelga que estalló en el restaurante El Molino de Pachuca, propiedad del empresario Álvaro Gutiérrez Barranco, quien en conferencia de prensa reconoció incurrir en algunas irregularidades como: la falta de pago de horas extras laboradas y carencia de seguridad social para algunos empleados; sin embargo, indicó que está dispuesto a subsanar las anomalías, pero aún no hay resolución por parte de las autoridades de justicia del ámbito laboral.
En el restaurante El Molino, situado en la avenida Benito Juárez de la capital, colaboran 39 trabajadores; de este total, 10 se organizaron para crear un sindicato que emplazó e inició una huelga a las 6 de la mañana del 16 de mayo para exigir mejoras laborales, respeto al horario de trabajo, seguro desde el primer día, vacaciones conforme a la ley y que no se les cobren los uniformes.
No obstante, los 29 empleados restantes como Angélica y Adrián están en desacuerdo con el paro de actividades y no apoyan ni forman parte de la nueva organización denominada: Sindicato de Trabajadores del Comercio en General de Hidalgo Nueva Era. Esto, al señalar que son los principales proveedores de su hogar y con la huelga no perciben su sueldo completo.
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El líder de dicho sindicato es Román Hernández Andrade, quien a su vez se identificó como secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en el estado de Hidalgo. Por lo tanto, nunca trabajó en el restaurante El Molino, acusaron los empleados que no están de acuerdo con la huelga.
Minoría vs mayoría de trabajadores
José Andrés Hernández García lleva 6 años laborando en el restaurante de Álvaro Gutiérrez. Es uno de los 10 trabajadores que forman parte de la huelga porque dice que ha padecido descuentos injustificados en su sueldo, así como malos tratos que vulneran sus derechos laborales.
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“Lo que queremos es que se respete, que sea equilibrado porque él ha obtenido riqueza sobre nuestro sudor. Lo que queremos es trabajar en equipo (…) que nos vean como seres humanos, nadie debe sufrir ningún atropello. Yo llevo seis años y he padecido algunas ofensas. Recuerdo un día que agarré un huarache, que ya no tenía nada, lo comí y me dieron: eso se puede usar, te lo voy a cobrar en 100 pesos”.
Al respecto, el dueño del establecimiento brindó una conferencia de prensa al exterior del negocio y reconoció que se les cobra un uniforme a los empleados y que dos más se los otorga el restaurante; estimó que solo la mitad de los empleados tiene seguro social y que a veces se les pide laborar una o horas más que no se les paga. No obstante, dijo que son irregularidades que va a subsanar.
Sin embargo, el empresario Álvaro Gutiérrez también acusó que no todas las personas que están al exterior de El Molino resguardando las instalaciones como parte de la huelga, son colaboradores del restaurante.
Asimismo, consideró que la intención del nuevo sindicato que lidera Román Hernández Andrade “no es ayudar a los trabajadores, sino cobrar cuotas y tener penetración en las empresas”; lo anterior, al ejemplificar que solo son 10 empleados los que están a favor del paro en contraste con 29 que rechazan la huelga.
Por el momento, los 29 trabajadores que no están en huelga perciben la mitad de su sueldo, como Angélica Santillán quien es cocinera desde hace un año en El Molino, pero que ha laborado en otras cadenas restauranteras del mismo empresario desde tiempo atrás. Actualmente gana 2 mil pesos a la semana, aproximadamente, pero puede disminuir la cantidad de acuerdo a las propinas.
Angélica es madre soltera, principal proveedora de su hogar con dos hijos estudiantes de nivel medio y superior. La situación de su trabajo es preocupante, especialmente por los gastos escolares y pasajes, por eso espera que el conflicto no se alargue, de lo contrario, dijo buscaría emprender venta de calzado por catálogo para complementar sus gastos.
“Si a nosotros nos dijeran que estamos despedidos, ya hubiéramos buscado otro empleo, pero mi empleo se quedó atrapado, no hay manera de cómo movernos. Me siento atada y desesperada, porque el tiempo corre y no me puedo mover, aunque veo anuncios de que están solicitando personal en otros lugares, no me puedo mover porque tengo la esperanza de que concluya la huelga”.
En una situación similar está Adrián Ramos, desde hace cinco años trabaja en El Molino, pero al igual que Angélica. Comenzó como intendente y lava loza, pero actualmente es cocinero.
Sus ahorros le han ayudado para cubrir sus gastos durante estos últimos 10 días, entre ellos la renta de su casa y la primaria de su hija de ocho años de edad. A diferencia de su compañera Angélica, no tiene un plan alterno de ingresos por si la huelga se prolonga.
Actualmente el asunto está a cargo de la jueza María Guadalupe González Olvera del Tribunal Laboral del Poder Judicial del Estado de Hidalgo (PJEH). Ahora falta un conteo de votos de los trabajadores que están a favor y en contra de la huelga, explicó el dueño del restaurante.
Respecto al tema, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) entregó despensas en solidaridad para los 29 colaboradores que están sin trabajar, pero también realizó un llamado al sector restaurantero para cumplir con sus obligaciones patronales y tomar capacitaciones sobre acoso laboral.
sjl