PACHUCA.- Muchos en la ciudad de Pachuca saben de la existencia de una red de túneles que conectan el histórico exconvento de San Francisco con otro edificio igual de icónico, pero pocos conocen donde se ocultan las entradas, ya que una está camuflada en un objeto cotidiano, por lo que desde LSR Hidalgo te invitamos a que te quedes en este texto para que lo descubras junto a una terrible historia.
Apenas ayer domingo 12 de noviembre fue reportado el fallecimiento de Alfonso Romero Ruiz a los 97 años de edad, quien era conocido como padre Romero, y quien estuvo a cargo de ese edificio religioso localizado en la calle Mariano Arista número 206 de la ciudad de Pachuca y además de resguardar el pasadizo fue el encargado de custodiar el resto de secretos de los que te hablaremos en otras entregas.
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De acuerdo con uno de los clérigos que ahora vigilan el centro religioso que data desde 1596, los túneles existen y se encargan de conectar al exconvento de San Francisco con lo que antes fue el antiguo hospital de San Juan de Dios, lo que ahora es el edificio central de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), lo que significa que la excavación tiene una distancia de casi un kilómetro de largo.
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En ese sentido, se explica que los túneles tenían el objetivo de proteger a las personas y párrocos que tuvieran la mala suerte de encontrarse en la iglesia en caso de un ataque que eran comunes en épocas pasadas cuando México atravesaba crisis políticas por la Independencia y Revolución, asi como por la inseguridad; igual, se daba cabida a las obras religiosas que estaban expuestas, con el fin de evitar saqueos.
Aquí está el pasadizo secreto a los túneles de San Francisco
Sobre la ubicación del pasadizo secreto de los túneles de San Francisco, un video de un canal de YouTube narró que se encuentra en el lugar menos pensado, pues nadie sospecharía de un archivero de 16 cajones de madera color barniz con agarraderas móviles, mismo sobre el que reposa un cuadro con un pasaje bíblico, pero en realidad en su extremo izquierdo, viéndolo de frente, tiene una portezuela.
Tal se abre hacia adentro y deja ver la excavación, pero en caso de usarse en una emergencia, se debía ser cuidadoso, ya que es muy estrecho, de no más de un metro de ancho y uno y medio de alto; luego, deben bajarse unas escaleras y comenzar a caminar. Actualmente, los padres le llaman “El cuarto de los alacranes” y solo ellos tienen permitido abrir, aunque no entran, pues además los pasajes fueron clausurados.
Un estudiante de la UAEH desapareció hace 96 años en esos túneles
El otro extremo de los túneles del exconvento de San Francisco esconde un oscuro secreto y es que un estudiante de los comienzos de la UAEH, cuando se llamaba Instituto Científico Literario del Estado, desapareció hace 97 años, a finales de 1925, cuando él junto a un grupo de amigos desobedeció la orden de los directores de que estaba prohibido entrar, pero se hicieron de ropa, cascos, barretas, picos y demás.
Fue el martes 8 de diciembre de 1925 cuando cuatro jóvenes se aventuraron a entrar en lo que era la entrada de los pasajes bajo tierra, entre un muro de la calle Doria y los contrafuertes del antiguo templo de Guadalupe transformado en el salón de actos Baltazar Muñoz en esa época, pero no dieron ni 20 pasos cuando escucharon un fuerte grito de uno de ellos y pese a los esfuerzos, no hubo éxito en encontrarlo. Si quieres saber más de esta historia, LSR Hidalgo te la contará en breve.
*Fotos: capturas Actitud Vívelo y especiales
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