PACHUCA.- Luego de dos años sin llevarse a cabo la Feria San Francisco 2022 por la pandemia de covid-19, artesanos que participan en el Pabellón donde ofrecen sus productos, prefieren reservar sus expectativas respecto a lo que les dejará este evento en su ventas.
Antonio González Castillo, artesano de la comunidad Carpinteros, San Agustín Mezquititlán, dijo que estar en el feria es la esperanza de contactar clientes que le compren por mayoreo o conozca su trabajo en la elaboración de máscaras de madera.
Explicó que durante la contingencia sanitaria no pudo ofrecer su mercancía por internet o eventos masivos, como lo hacía antes; sin embargo, algunos clientes lo contactaron para comprarle una máscara, pero también tuvo que aceptar trabajos para la reparación de muebles o pintar casas.
Te podría interesar
Volver a participar en la Feria, a Antonio le da una bocanada de aire fresco para retomar la actividad, pues si bien hay una crisis económica, “la esperanza es vender y ganar algo, quitarse lo aburrido, porque dos años sin salir a una feria, pues a veces se acostumbra uno (a asistir), y aunque tiene uno trabajo en casa haciendo cosas, siempre quiere uno salir, ver a los compañeros, gente nueva, todo eso nos activa mucho y conseguimos más clientes”.
Aunque el artesano, con 46 años de experiencia, sabe que entre semana las ventas son bajas o nulas, siempre confía que los fines de semana serán mejores y traerán más clientes potenciales.
Respecto a la mercancía que ofrece, explicó que algunas de las piezas ya se tenían en bodega, pero cuando le confirmaron su participación en el Pabellón Artesanal, elaboró más para tener un stand completo, con mercancía variada.
Los precios de las máscaras van desde los 250 hasta los mil 500 pesos, ya que depende del tamaño y los detalles que esta lleve; asimismo, precisó que la elaboración puede llevarse un día o hasta una semana, ya que deben pulir la madera, luego pulirla, detallar algunas imperfecciones, ponerle sellador y pintar el último detalle.
Aunque hasta el momento no tiene altas expectativas con las ventas en la feria, espera que esta experiencia (cuarta participación) le permita salir con ganancias que cubran sus gastos del día a día, pero lo ideal sería tener un poco más.
Aunque también “quisiera en los últimos meses salir más a las ferias, tener eventos para vender mi mercancía”.
“Ventas bajas, pero hemos vendido”
José Cirilo Vargas, artesano de ropa de lana en Tulancingo, afirmó que es la quinta vez que participa en la Feria San Francisco, pero es la primera vez que sus expectativas en cuanto a ventas son bajas en comparación con las anteriores ediciones.
“Como que no se ve reflejado en las ventas, pienso que podría mejorar, esperemos que el fin de semana se mejore y en lo subsecuente, igual y rompemos las expectativas, pero no sabemos”, refirió.
En el stand que ocupa en el Pabellón Artesanal ofrece jorongos, cotorinas, cobijas, chales, suéteres, gorros y demás prendas hechas con lana.
Los precios van desde los 100 pesos y hasta los mil 500, pues depende de la prenda que se quiera adquirir; aunque el comprador debe considerar las horas que se requieren para elaborarlas, pues para una prenda sencilla se destinan 24 o 30 horas, mientras que para una más laboriosa hasta 40.
La pandemia también afectó sus ventas, pero lo poco que lograba vender les ayudó a “sobrevivir”, toda vez que ofrecieron su mercancía a través de redes sociales y mostraron lo que realizaban en su taller.
“Durante la pandemia seguimos trabajando, vendimos lo que nos iban pidiendo y para eventos como este hacemos un poco más.”
No obstante, aseveró que con la reactivación de las actividades de feria podrán participar en las que se llevan a cabo en Tulancingo y sus alrededores, como la de Pachuca, que actualmente se desarrolla, la de Acaxochitlán, entre otras.
sjl