ANIVERSARIO

Tulancingo recuerda el nacimiento del Santo, el héroe de plata que se volvió inmortal

A 108 años de su natalicio, la ciudad honra a Rodolfo Guzmán Huerta, El Santo, cuya leyenda trascendió el ring y el cine

Tulancingo tiene un museo dedicado al Enmascarado de Plata
Recuerdan al ídolo.Tulancingo tiene un museo dedicado al Enmascarado de PlataCréditos: LSR Hidalgo
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Tulancingo.— Este 23 de septiembre se conmemora el natalicio de Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como El Santo, el Enmascarado de Plata, ídolo indiscutible de la lucha libre y del cine mexicano. Nacido en 1917 en Tulancingo, Hidalgo, su figura trascendió el ring para convertirse en un mito cultural que aún perdura a más de un siglo de su nacimiento.

El historiador Felipe Carrillo Montiel recuerda que Tulancingo es cuna de grandes luchadores y que la historia de Guzmán Huerta comenzó en 1937, cuando asistió al Cine Olimpia acompañado de sus hermanos Miguel y Jesús Guzmán. Aquella tarde presentaron un espectáculo de lucha libre que encendió la chispa de un movimiento deportivo en la región. Dos años más tarde, en 1939, fundaron la primera arena de lucha libre de la ciudad, ubicada en la calle Guerrero y bautizada como Arena Adición, donde iniciaron a jóvenes en el arte del pancracio.

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El nacimiento de un personaje

El destino de Rodolfo cambió cuando él y sus hermanos fueron descubiertos por el luchador Jack O’ Brien, quien lo recomendó con Salvador Lutteroth González, creador de la Empresa Mexicana de Lucha Libre. En 1942 entró en escena otro personaje fundamental: Jesús Lomelí Delgado, descubridor de talentos, quien organizó un sorteo para lanzar un joven enmascarado a la fama y cuyo ganador fue Rodolfo Guzmán.

Hasta entonces, había peleado bajo distintos nombres: primero como Roberto Guzmán o Rudy Guzmán, luego como “El Hombre Rojo”, “Incógnito”, “El Demonio Negro”, “El Enmascarado” y “Murciélago Enmascarado Número 2”, sin embargo, su vida daría un giro definitivo cuando Lomelí le propuso tres nombres para su nuevo personaje: “El Diablo”, “El Ángel” o “El Santo”. Guzmán eligió el último con una lógica provocadora: “El Santo” “él creía que la gente lo odiaría más, porque se pensaría que haría burlaba de la religión siendo del bando de los rudos”, explicó Carrillo Montiel.

Crédito: Especial

El 26 de julio de 1942 debutó con la máscara que él mismo confeccionó con piel de cerdo curtida, pintada de color plata. Inspirado en la novela “El hombre de la máscara de hierro” de Alejandro Dumas, creó la imagen que lo inmortalizó como El Santo, el Enmascarado de Plata.

En 1943 juró convertirse en el mejor luchador de México y lo cumplió. El 15 de mayo de 1946 conquistó los campeonatos nacionales welter y medio, convirtiéndose además en el primer campeón mundial de peso welter.

La semilla de la lucha libre en Hidalgo

El legado de El Santo fue también inspiración para empresarios y promotores. En 1959, Héctor “El Güero” Vega, originario de Pachuca, fundó la primera Arena Libertad en la esquina de la calle Libertad y avenida Juárez. En Tulancingo, y con el crecimiento de la ciudad, en 1970 inauguró una nueva arena en la calle Primero de Mayo, escenario donde se dieron a conocer luchadores tulancinguenses como Gato Cruz, El Carnicero y El Tarzán.

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Décadas después, Tulancingo seguiría dando frutos con la empresa DTU, dedicada a promover nuevos talentos de la lucha libre, manteniendo viva la herencia sembrada por El Santo.

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Del ring al cine: el héroe de México

La leyenda de El Santo no se limitó al cuadrilátero. En los años sesenta y setenta conquistó también la pantalla grande con una filmografía que lo consolidó como un héroe popular. Participó en 52 películas, en las que combatió a vampiros, momias, criminales y hasta extraterrestres.

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Entre sus filmes más recordados están “El Santo contra las mujeres vampiro” (1962), “Santo en el museo de cera” (1963) y “Santo vs. Blue Demon en la Atlántida” (1969). Su imagen se convirtió en símbolo de justicia y valentía para millones de espectadores en México y América Latina.

La despedida de un mito

El Santo falleció el 5 de febrero de 1984, víctima de un infarto al miocardio tras una función en el Teatro Blanquita, donde realizaba actos de escapismo. Su muerte conmovió al país entero. Fue sepultado en Mausoleos del Ángel, acompañado por unas 10 mil personas que acudieron a despedir al ídolo.

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