Pachuca. — Poncho -quien solicitó resguardar su identidad - contó su historia, desde el momento en el abandonó su país y dijo adiós a su familia en búsqueda de una mejor calidad de vida, hasta ahora que se encuentra en México donde piensa permanecer el resto de su vida.
En entrevista con LSR Hidalgo, Poncho dijo ser originario de Venezuela, de donde salió hace ocho años, cuando tenía 17 años de edad, lo anterior porque su papá enfermó y comenzó su vida como migrante.
“Mi infancia fue bastante normal, no la pasé mal, a partir de los 17 años sí la pasé un poco mal porque mi papá enfermó, tuve que salir de mi país, por eso fue que tuve que parar un poco mis estudios, pero de mi infancia todo bien”, relató el joven venezolano de 25 años.
Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Panamá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Nicaragua son algunos de los países que pasó y habitó Poncho luego de salir de casa hace ocho años.
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El último país en el que estuvo fue Chile, donde trabajaba en una empresa minera; su hermano fue uno de los miles de venezolanos que llegó a Estados Unidos el año pasado, por lo que comenzó su travesía con dirección al Norte, sin embargo, cuando llegó a México sintió tranquilidad e inclusión, además de una oportunidad de vivir cómodamente.
“... decidí a pasar a Estados Unidos, más que nada por la plata y para ayudar a mi familia”, dijo Poncho.
La travesía de Poncho
Pero su travesía hacia México no fue fácil, ya que tuvo que caminar en tramos, pues los autobuses son revisados por los agentes de migración, además, se vio afectado por la delincuencia organizada, debido a que un grupo criminal secuestró al grupo en el cual viajaba cuando atravesaba la frontera sur de México y le pidió 100 dólares para liberarle.
“(La travesía) fue bastante dura, esa selva, mucha xenofobia, en México no, la verdad es que México me ha tratado y me ha abierto las puertas, me ha dado oportunidad de trabajar, no me puedo quejar de México, la verdad mucha gente maravillosa… estuve dos días con el cártel, pero gracias a dios no pasó nada”, narró.
En total, fueron alrededor de 20 días de camino desde Chile hasta territorio mexicano, en los cuales le tocó caminar y dormir en la calle, puesto que en la mayoría de pueblos “por aquí cerca no aceptan extranjeros en hoteles” y piden identificación mexicana para poder acceder al servicio de hospedaje.
Su vida en México
Poncho primero buscó establecerse en Ciudad de México, sin embargo, no le gustó el bullicio de la capital mexicana, y tras hacer preguntas a mexicanos, siguió su camino hacia la Bella Airosa.
“Estoy solo aquí, me gusta Pachuca, es tranquilo, estuve unos días en Ciudad de México, pero no me gustó, mucha gente, mucho tráfico, mucho ruido, aquí es más tranquilo”, opinó el venezolano.
En la capital de Hidalgo, el joven de 25 años trabaja en seguridad privada, donde trata de ser amable, pero de mantener su distancia pues vive con el miedo de ser deportado y no poder ayudar a su familia a tener una economía estable.
“Me gusta mucho mi trabajo la verdad, los residentes son muy amables conmigo y yo también con ellos, trato de no hablar mucho con ellos, son pocos los que me conocen aquí por lo mismo, porque soy extranjero y no quiero que sepan mucho mi identidad porque no sé si llamen a migración, tú sabes que no todos tienen la misma intención, hay personas que tienen malas intenciones”, dijo Poncho.
Asimismo, mencionó que cada vez que ve una camioneta blanca siente temor y trata de ocultarse por el temor a que sean agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) en México.
Pese a ser joven, el venezolano expresó que no les gusta salir, pero tiene varios amigos mexicanos que lo han incluido en su círculo de amistad.
“Me han tratado bien, me han tratado como uno más de ustedes, no veo que me traten con xenofobia o que vean que soy venezonalo”, explicó al preguntarle sobre su sentimiento de recibimiento en el país.
Sus planes principales son comenzar el trámite de legalización en México para poder tomar cursos de tatuaje y de barbería, esto con el objetivo de establecerse en Pachuca y pasar el resto de su vida en territorio mexicano.
“México, la verda’, es que es uno de los pocos países que me han abierto las puertas y me han tratado bien, verda’ que sí” finalizó “no tengo ninguna queja con México”.
Pese a lo anterior, espera también conseguir su documentación migratoria para poder volver a su familia. “Extraño a mi mamá, mi papá, mi hermano, más que todo a mi familia”.
sjl
