Pachuca.— En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado cada 9 de agosto, es imprescindible reflexionar sobre la riqueza cultural y lingüística que caracteriza al estado de Hidalgo. Esta entidad, séptima a nivel nacional en cuanto a población indígena, alberga a 359 mil personas hablantes de lenguas indígenas, lo que representa poco más de 11 por ciento de su población total, de acuerdo con el señaló el sociólogo y escritor, Alberto Avilés Cortés.
Hidalgo se distingue por su diversidad cultural, con tres grupos indígenas predominantes: los nahuas, los otomíes y los tepehuas. Estos pueblos no solo son custodios de lenguas ancestrales, sino también de tradiciones, conocimientos y prácticas que han sobrevivido a lo largo de los siglos.
En 1994 la Asamblea General de las Naciones Unidas emitió la resolución que determina el día para conmemorar a los Pueblos Indígenas, reconocer sus derechos individuales y colectivos, su cultura, identidad, idioma, empleo, salud y acceso a la educación. En México se retomó esa iniciativa para generar acciones y políticas en estados donde existen poblaciones indígenas.
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“A nivel federal se tiene la creación de la Dirección General de Educación Indígena para atender los niveles de preescolar y primaria; el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, universidades interculturales; en el artículo 4 de la Constitución se reformula y se señala que México tiene una población multicultural y diversa, y se crea la ley de Derechos Lingüísticos. En Hidalgo las políticas federales son visibles en las instituciones, se siguen conmemorando esta fechas, pero hace falta que esas políticas diseñadas para comunidades indígenas se vean prácticas, reales y concretas”.
En Hidalgo se cuenta con tres lenguas indígenas predominantes: Con alrededor de 245 mil hablantes, los nahuas conforman el grupo indígena más numeroso en Hidalgo. Su presencia es particularmente significativa en la Huasteca Hidalguense, una región de exuberante vegetación y riqueza cultural. También se encuentran en Acaxochitlán y en partes de la Sierra Gorda, en municipios como Calnali, Zacualtipán, Tianguistengo, Chapulhuacán y Tepehuacán de Guerrero.
Los otomíes, o hñähñus, con cerca de 125 mil hablantes, se concentran principalmente en el Valle del Mezquital, ha sido históricamente un bastión de resistencia indígena. Los tepehuas se ubican principalmente en la cabecera municipal de Huehuetla, y son el grupo menos numeroso con cerca de mil 818 hablantes.
Manifestaciones culturales que sobrevivieron
“Después de 500 años de la conquista por parte de España podemos ver que varias son las manifestaciones patrimoniales que subsisten porque los indígenas las preservan y han resistido como las técnicas y saberes en la gastronómica, las artesanías y tradiciones, además de la lucha por conservar la lengua ya que con la castellanización el número de hablantes ha disminuido paulatinamente, en la actualidad son más las personas adultas mayores quienes conservan su lengua materna, porque pocos jóvenes y niños ahora la aprenden”.
Avilés Cortés señala que a lo largo del tiempo distintas expresiones religiosas como el catolicismo y cristianismo han remplazado las tradiciones y costumbres de las comunidades indígenas, y en la actualidad celebraciones americanas se suman a la pérdida de la identidad local y nacional.
“Esto se ve en la vestimenta, por señalar un ejemplo, Acaxochitlán tiene alrededor de unos 17 tipos de vestimenta, una por comunidad, y en esta se representa la cosmovisión y cosmogonía de los pueblos, y la elaboración y uso se está perdiendo al sustituirla por la prendas que ya no son de algodón; esto mismo se ve en la medicina tradicional, en la práctica de sobadores, levanta sombras, parteras y hueseros, con la llegada de clínicas y medicina occidental se estigmatiza esos saberes”.
Asimismo, mencionó entre la riqueza del estado los rituales y ceremonias dedicadas a deidades de la naturaleza en Tenango de Doria y localidades del Valle del Mezquital; en México Chiquito en San Bartolo Tutotepec, donde convergen pobladores indígenas de Puebla, Veracruz e Hidalgo; al igual que expresiones artísticas, la música y danza; las formas de organización y sistemas constructivos que responden al clima y región, además de la biodiversidad
“En las tres regiones indígenas: Valle el Mezquital, Sierra y Huasteca donde están asentados nuestros pueblos indígenas se cuenta con una gran riqueza que lamentablemente no sirve para el desarrollo de los mismos pueblos sino el capital de foráneos. Aún prevalece el concepto de colonización y el saqueo de recursos naturales. Mientras no cambie la visión a nivel de gobierno, los pueblos indígenas seguirán levantando la mano y oponiéndose a las formas de organización, porque no son sociedades incivilizadas, desde su cultura, tradición y lengua tienen una visión distinta a la occidental, nuestro obligación es fomentar el bienestar de los pueblos y comunidades indígenas fortaleciendo su proceso de desarrollo social y económico, respetando las manifestaciones de su cultura y el ejercicio de sus derechos”.
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