Pachuca.— Este domingo 29 de diciembre, la Arquidiócesis de Tulancingo celebró la apertura del año Jubilar Diocesano con una procesión por el centro de la ciudad y la eucaristía en la Catedral Metropolitana, con la asistencia de sacerdotes, seminaristas, monjas, escuelas de fe y decenas de creyentes.
La procesión del Jubileo del 2025, que este año se titula “La esperanza no defrauda”, inició en el Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles hasta llegar a la Catedral de Tulancingo, donde el arzobispo Óscar Roberto Domínguez Couttolenc dedicó un mensaje de fe y esperanza a los fieles.
El Jubileo tiene su origen en Israel, donde se celebraba cada 50 años y era un tiempo especial para liberar esclavos, devolver tierras, perdonar deudas y descansar las tierras. Para los católicos es un Año Santo dedicado a la reconciliación, la conversión y la gracias.
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“Jubileo es el tiempo que se da a un año establecido de gracia para renovar la relación con Dios, el prójimo y toda la creación. En este día el evangelio con el que celebramos a la sagrada familia es la ocasión para reflexionar sobre nuestra propia familia, para llevar una vida sana con una convivencia buena que ofrezca a sus miembros esperanza y armonía”.
Monseñor insistió en que la familia debe ser la institución donde se fomente el cariño y respeto, donde la comunicación abierta y sincera encamine a hacia la libertad. Exhortó a padres e hijos a vivir en sana relación fundamentadas en el amor y la comprensión.
En el marco del Jubileo 2025 peregrinos de la esperanza, el 1 de enero, a las 12:00 horas, en la Básílica Menor de Guadalupe, en Pachuca, se realizará el Jubileo de la Paz, en la que asistirán los agentes de la Comisión Pastoral Social y de manera especial la Dimensión de Fe y Compromiso Social de cada Parroquia.
Mensaje de Año Nuevo
Asimismo, en vísperas del Año Nuevo, el arzobispo mencionó que, ante las pruebas que se viven en estos tiempos, la esperanza, la fe y la caridad son las virtudes para acercarse a Dios y que son la esencia de la vida cristiana.
“Que Dios llene de abundantes bendiciones espirituales y materiales a cada una de las personas en este año 2025, esforzándose por vivir en los valores de la fe, la esperanza y la caridad. Les aseguro mi oración, amistad y bendición”.
