HISTORIAS LSR

“El mundo rosa se cae”, Clara fue víctima de violación, este es su testimonio

Clara fue diagnosticada con depresión y trastorno límite de la personalidad después de que sufrió un abuso sexual de un hombre al que ella consideraba como su amigo

La joven quiere seguir con su vida, pero padece estrés postraumático.Créditos: Verónica Angeles
Escrito en HIDALGO el

Pachuca.— Despertó con la luz del día, desorientada, en posición fetal, no sabía exactamente dónde estaba. Dio un giro y ahí estaba él, acostado, durmiendo y desnudo a su lado. La invadió el pánico, el dolor, la desesperación, pero su cuerpo aún no reaccionaba, estaba cansada y débil. Su instinto de supervivencia la llevó a fingir que nada había pasado, aunque el que pensó que era su amigo la había drogado y violado.

La noche anterior había acordado con Adán que fueran a un table dance porque quería comprobar qué les llamaba la atención a los hombres de esos lugares, pero el sujeto se aprovechó de ella y de que estaba en estado de ebriedad, pero no por la cantidad de alcohol que consumió, sino porque vaciaron algo a su bebida que la dejó sin voluntad.

Han pasado cuatro años, desde aquel 19 de octubre y Clara hasta la fecha sigue con pesadillas, ha atentado contra su vida cuatro veces, siente que su vida se ha distorsionado, visita al psicólogo y al psiquiatra, dejó su rutina de ejercicio, ya no come bien, siente miedo, ya no confía en nadie, sus relaciones personales y amorosas han sido complicadas.

Fue víctima de violación, un delito que ocupa los primeros lugares de incidencia en Hidalgo, en 2022 se presentaron mil 52 denuncias, y en lo que va de 2023, suman 825.

Se apagaron las luces

Clara tenía la curiosidad de cómo funcionaba un table dance y le pidió a Adán que la llevara a conocer, él tenía novia, Medicina era su segunda carrera y había terminado odontología, es 10 años mayor que ella y parte de su grupo de amigos, no había por qué temer, según los cálculos.

Al llegar la noche, Clara se sorprendió porque sólo iban ellos dos, él justificó que su novia había ido a Veracruz a visitar a sus padres y los demás del grupo no habían querido ir.

Ella aún no sabe en qué lugar estuvieron, recuerda a las mujeres porque le impactó su forma de trabajar; hubiera querido acercarse y entrevistarlas; en su mente está presente que pidió un vaso de vodka, se lo terminó y se levantó al baño, regresó y ya tenía una segunda bebida, pero esa ya no se la acabó y se sentía como si se hubiera terminado la botella entera. Lo segundo que recuerda es que subía escaleras y que había una pared verde.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO

“No recuerdo cómo me subí al coche… nada más me acabé la primera y era la segunda y me empecé a sentir mal, nunca me había sentido tan mal. Yo creo que la primera vez que me levanté al baño ahí adulteraron la bebida”.

Al llegar al departamento de él, le comentó que no se sentía bien, acto seguido se aventó a la cama. Pasaron unos minutos y sintió que le quitaban la ropa, ella trataba de resistirse, pero el cuerpo no le respondió y él sólo le decía “ándale chiquita, esto queda entre tú y yo, no te va a pasar nada”.

“Intenté agarrar hasta su cara y apartarlo, pero estaba muy débil y ya nada más recuerdo que ahí se apagaron las luces”.

Fingir para vivir

La mañana siguiente al despertar ella sólo portaba un corpiño. Poco recordaba de la noche anterior, había flashazos y también había dolor en su cuerpo como si un camión le hubiera pasado encima. - Traté de no tensarme. Aunque de todas maneras no podía … después me hice la dormida, tenía miedo porque había escuchado muchas veces que mataban a las muchachas. Si ya me había violado, ¿de qué no sería capaz?

Foto: Verónica Angeles

Él intentó otro acercamiento, pero Clara activó su instinto de supervivencia. Como pudo se levantó al baño para huir de su cercanía y el espejo le daba otra noticia, su cuerpo de frente y de espalda estaba lleno de moretones y de mordidas - como si fuera jaguar - y sus brazos estaban en las mismas condiciones.

Orinar fue otro martirio, dolió y dolió mucho, pero en ese momento su único pensamiento era salir con vida de ese lugar.

Salió del baño, fingió que nada había pasado, buscó su ropa, se vistió y se fue a su casa. “De chica me llamaba la atención el teatro e imitar personajes, y dije voy a actuar como si todo estuviera bien, para llegar a mi casa y alejarme de aquí. Voy a actuar como si lo hubiera disfrutado y hubiera estado de acuerdo”. Lo peor es que él también actuó como si nada hubiera hecho.

Necesario hablar del tema

Clara no sabía qué hacer, regresó a su casa, se bañó, durmió largo rato. Durante dos días no fue a la escuela - y es que nadie nos enseña qué hacer en ese tipo de situaciones, cree que desde la secundaria se debería de hablar del tema y orientar a las mujeres, porque todas en algún momento corren riesgo.

Fue el esfuerzo que hacen sus papás el que la levantó de la cama y lo que hizo que regresara a la escuela, pero ahí vino una segunda pesadilla: había que convivir con el agresor que además de todo la acosaba, se le repegaba cada vez que podía, hasta que le contó lo sucedido a una de sus compañeras y ella la hacía de vigilante y evitaba los acercamientos.

Foto: Verónica Angeles

En su casa el tema no fue bien recibido, hubo insultos y decidió cerrar ese canal de comunicación y no volver a tocar el asunto. “Una semana después de que ocurrió la violación yo le dije a mi mamá y mi mamá me empezó a decir es que cómo, que no sé qué dices, que qué p**** (…) la verdad es que yo quería apoyo y no necesitaba que me dijeran esas cosas y le dije bueno no te preocupes yo lo voy a resolver sola”. A su papá le hirvió la sangre al enterarse y contrario a lo que pensó, él sólo quería tener al tipejo enfrente para destrozarlo.

Se sentía sola y sin saber qué hacer, por eso cree que debe haber protocolos y se deben difundir a las mujeres, “es muy feo porque literalmente tienes que ir con los fluidos entre las piernas para que te crean”. Lo que decidió fue escribirlo en un diario para no olvidar los detalles.

Hubo denuncia en la universidad

Clara inició una denuncia por los hechos ocurridos en las instancias de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), incluso ha recibido apoyo de terapia del servicio de psicología, pero no hay ningún resultado, ni sabe si continúa la investigación, pues no le han comunicado nada. Eso es peor que saber que fue violada, pensar que no habrá ninguna consecuencia y que el sujeto que lo hizo podrá ejercer la carrera de medicina algún día y tener contacto con mujeres a las que les pudiera hacer lo mismo.

“Quise denunciar y les dije: no cuento con dinero por favor ayúdenme y lo que hicieron fue contactarme con una sexóloga que no sabía ni la “o” por lo redondo y que cobraba, en ese momento también me sentía abandonada por mi universidad”. No ha insistido por miedo a que la saquen de la universidad y le echen la culpa a ella.

En la procuraduría aún no presenta una denuncia, pues no sabía que allá tenía que ser, se entera con la entrevista, y asegura que sí lo hará aunque no cree que prospere, pues han pasado varios años.

Foto: Ilustrativa / Especial

Hidalgo es la quinta entidad con mayor número de denuncias de violación, por debajo del Estado de México, Ciudad de México, Nuevo León y Chihuahua, ello con base en las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El tiempo no perdona

Vino la pandemia, se cancelaron las clases y fue lo mejor que pudo haber pasado porque Clara para ese momento ya sentía ganas de matarlo, de pegarle con un bate hasta que no respirara y gritar todo lo que le había hecho, pues seguía como si nada, le hablaba, le mandaba mensajes y ella seguía actuando para sobrevivir.

“Traté de seguir con mi vida normal, pero seguí teniendo pesadillas, seguía llorando, me volví amargada, sensible y entonces empecé a tomar melatonina para poder dormir”.

El ser violada -porque eso fue lo que le pasó- le cambió la vida, dejó de hacer ejercicio, de bailar, se volvió fría, desconfiada, siente que se “distorsionó”, porque vio su cuerpo como “moneda de cambio” al grado de ofrecerlo para que un conocido se hiciera pasar por su novio y así espantar definitivamente a su agresor y nunca más se acercara. “Terminé tan distorsionada que mi autoestima y mi valía como mujer terminaron mal, entonces dije, pues es que qué hago ósea ya fui ultrajada”.

Ella ha sido diagnosticada con depresión moderada y desarrolló trastorno límite de la personalidad, una condición que se presenta en personas que pudieron haber pasado por una situación traumática, ha intentado suicidarse en cuatro ocasiones, la última en marzo de 2023 cuando rasgó sus venas.

Ha leído que un gran porcentaje de víctimas de violación se suicida y no quiere ser parte de esa estadística, ha buscado ayuda, pero aun así al principio no toleraba la cercanía de más hombres, ni siquiera la de su papá y su hermano “me incomodaba bastante el contacto físico me sentía así como que muy sucia”.

Han pasado ideas malas en su cabeza desde envenenarlo, hasta matarlo, y piensa que los derechos humanos “son para la gente derecha, la gente humana”.

El futuro

La violación le reventó la burbuja de mundo rosa en el que vivía, de ser una niña de casa, le llegó de sopetón una dosis de realidad muy abrupta y no estaba preparada para ello.

Foto ilustrativa / Especial

Hoy, Clara quiere terminar la carrera, correr un maratón, retomar el ejercicio, comer bien y dar pláticas de prevención del delito de violación, orientar a las mujeres; elaborar un protocolo de actuación o un manual de acción “para evitar este tipo de cosas y si pasan porque no lo podemos evitar, saber cómo actuar porque es necesario hablar del tema”.

El mensaje que le da a las mujeres que estén atravesando por la misma situación es que piensen que no es su culpa, es culpa de la persona que cometió el agravio, que busquen ayuda que se acerquen a alguien, pero no a cualquier persona, sino instituciones, que denuncien, aunque sea tarde, que se permitan llorar y estar en shock.

sjl