PACHUCA.- La corrupción y el crimen infiltrado en Petróleos Mexicanos (Pemex) formaron parte de la tragedia que ocasionó la muerte de 137 personas en Tlahuelilpan, Hidalgo; de acuerdo con un informe de inteligencia elaborado por el Ejército un día después de la explosión del ducto ubicado en un alfalfar de la localidad San Primitivo.
El documento es parte de la filtración de guacamaya leaks, que extrajo 6 terabytes de información interna y clasificada del servidor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y fue expuesta hoy por @archiveroexp, un medio dedicado a la desclasificación de archivos del gobierno.
Lo que agentes del Ejército señalaron en el informe de inteligencia fue que personal de Pemex operaba el huachicoleo. Un trabajador pensionado y dos trabajadoras, mujeres jóvenes en activo, formaban parte de dos bandas: la del “Patrón” y la de “Los Márquez”, en Tlahuelilpan.
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El gobierno federal tenía conocimiento de que empleados de Pemex participaban en la extracción ilegal de combustible. El 27 de diciembre de 2018, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la guerra contra el huachicol, el director general de Pemex, Octavio Oropeza, dio a conocer que desde el 20 de diciembre había empezado la destitución de funcionarios que estaban involucrados en el robo de hidrocarburo.
Ese mismo día, López Obrador avisó el despliegue de 4 mil elementos de Semar y Marina en 58 instalaciones estratégicas de Pemex como las seis refinerías, entre ellas la Miguel Hidalgo, ubicada en Tula, así como 39 terminales de almacenamiento y despacho, 12 estaciones de rebombeo y control de ducto.
Las bandas de huachicoleo “El Patrón” y “Los Márquez”, identificadas por el Ejército Mexicano en 2019, no fueron incluidas en los objetivos prioritarios de seguridad pública de Hidalgo, expuesta en 2020, durante la administración de Omar Fayad Meneses.
El reporte del gobierno de Hidalgo señala la presencia de cinco líderes huachicoleros en el Valle del Mezquital: Héctor Arturo Olivo Karapia, alias El Geisha, en Cerro de la Cruz, Tlahuelilpan; José Luis Estrada Martínez, alias El Gordo o El Chita, con actividades delictivas en Mixquiahuala, Actopan y Tetepango; Oscar Paredes Valera, El América; Heriberto Contreras Rudiño, alias El Jefe de Jefes así como Orlando Medina Velázques, alias El Fénix.
Los días previos a la explosión de Tlahuelilpan
El 4 de enero 2019 empezaron los reportes de escasez de gasolina en Hidalgo. La situación se agravó en los días subsecuentes. El 10 del mismo mes, Israel Félix, entonces secretario de la Política Pública de Hidalgo, informó que el desabasto de gasolina se concentró en 69 establecimientos ubicados principalmente en el Valle del Mezquital, región a la que pertenece Tlahuelilpan.
Diez días después ocurrió el primer enfrentamiento armado entre civiles y militares, en el marco de la guerra contra el huachicol. El hecho ocurrió la madrugada del 14 de enero en la localidad Santa Ana Ahuehuepan, Tula. Durante la refriega un civil falleció, otro resultó lesionado. Habitantes de la comunidad retuvieron durante varias horas a elementos del Ejército. La información fue corroborada por el que entonces era secretario de Gobierno, Simón Vargas Aguilar.
El 18 de enero de 2019, alrededor de 800 personas se congregaron en una toma clandestina ubicada en San Primitivo, Tlahuelilpan. Los pobladores abrieron el ducto hasta que el hidrocarburo salía a raudales que alcanzaban los diez metros de altura. El flujo de hidrocarburo permaneció activo por más de cinco horas.
Alrededor de las 19:30 de la noche, el ducto de Petróleos Mexicanos explotó ocasionando la muerte de 137 personas, algunas fallecieron calcinadas en el lugar y otras en hospitales. Sobrevivieron 18 personas, cinco tienen alguna discapacidad a causa de las quemaduras.
Pese a la explosión de Tlahuelilpan, considerada una de las mayores tragedias durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Hidalgo sigue siendo la entidad con más tomas clandestinas de todo México.
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