León.- La mayoría de los 46 municipios de Guanajuato fueron fundados en lugares poblados por comunidades indígenas, quienes en sus lenguajes nombraron cada uno de estos lugares, de acuerdo a características que rodeaban las zonas donde habitaron.
Chichimecas, otomíes y purépechas, principalmente, habitaron dichos poblados, antes de la llegada de los colonizadores españoles, de ahí que todavía algunos municipios conservan sus nombres indígenas, con ligeras modificaciones castellanizadas.
La Silla Rota ha preparado este reportaje especial, que tiene como objetivo el que todos los guanajuatenses conozcan algo de sus raíces, de manera especial el lugar donde nacieron los 46 municipios de la entidad, así como los nombres con los que fueron conocidos desde sus inicios y hasta la actualidad.
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Por lo extenso de la información, la hemos dividida en 3 partes, la primera la dimos a conocer este jueves 30 de julio con los primeros 15 municipios, atendiendo al orden alfabético, y ahora informaremos brevemente sobre otros 15.
La presente información va acompañada de un “Te Podría Interesar”, con la reseña anterior que lleva como encabezado “¿Conoces los nombres originales de los 46 municipios de Guanajuato?”, para quienes deseen conocer los orígenes como poblados de los 46 municipios de Guanajuato.
Irapuato: “Cerro que emerge de la llanura grande”
Los primeros pobladores fueron los chichimecas, aunque después fueron desplazados por los purépechas, quienes le pusieron el nombre que proviene de la palabra Eraitzicutzio, que significa “cerro que emerge de la llanura grande”, puede ser por el cerro de Bernalejo o el de Arandas. Hay otra interpretación que es “lugar donde se refleja la luna” que se refiere a Cutzi, diosa de la luna, aunque la más aceptada es la primera. También se le dio el significado de "lugar de casas o habitaciones bajas".
De acuerdo con los estudios realizados por el historiador José Corona Núñez, especializado er toponomia tarasca, el vocablo Irapuato se compone de los siguientes elementos:
“IRAPE” que significa CERRO QUE EMERGE.
“HUATA” que significa GRANDE LLANURA.
“TO” como locativo de LUGAR.
15 de febrero de 1547, la ciudad de Irapuato recibe del emperador Carlos V la cédula de fundación bajo el nombre de "Congregación de San Marcos de Irapuato".
Pese a que por mucho tiempo hubo incertidumbre respecto a la fecha y fundador, llegando a atribuirle lo última al Obispo de Michoacán Don Vasco de Quiroga, hoy se festeja como la fecha tradicional de su fundación el 15 de febrero tomando como año el de 1547; los fundadores de la ciudad de Irapuato fueron Francisco Sixto, Estefano Gamiño, Andrés y Antonio López.
El 14 de marzo de 1826 Irapuato fue ascendido a Villa de Irapuato y por su desarrollo económico y poblacional el 18 de noviembre de 1893 recibe el nombramiento de Ciudad.
Jaral del Progreso: “Lugar de matas”
La historia de Jaral del Progreso se remonta a 1590. Fue fundada el 14 de septiembre de ese año como un caserío o congregación llamada “Jaral de la Cruz”, por orden del virrey Luis de Velazco, en tierras que pertenecían a Diego Turicanti, indio principal y natural de Yuririapúndaro (Tarasco: Lago de Sangre-Yuriria),
Posteriormente se le llamó “Jaral del Valle” y fue parte del dominio de Camémbaro, actualmente Valle de Santiago.
El 4 de noviembre de 1863 se constituyó en Municipio y su cabecera en Villa.
En 1912, la Legislatura del Estado constituye el Municipio Libre de Jaral del Progreso y el territorio municipal se extiende en 1919 hasta la ranchería de Zempoala, que pertenecía a Yuriria,
Se cree que sus primeros pobladores indígenas lo llamaron así por la planta llamada jara que es una mata o arbusto silvestre abundante en la región, notable por su aromática resina, flores efímeras y numerosos pétalos amarillo, la conocida como mexicana, y en forma de vara, cinco pétalos blancos y numerosos estambres, a la que se le conoce como brava.
El cronista vitalicio de este municipio, Florencio Ramírez Martínez, ha dicho que el nombre de Jaral del Progreso significa Jaras “lugar de matas o ramas” o “sitio poblado por jaras”, y le pusieron “del Progreso” porque sus pobladores son muy trabajadoras y tienen su empleo en los campos agrícolas de este municipio o en otros cercanos como Valle de Santiago, Cortazar, Salamanca o Celaya.
Jerécuaro: “Lugar como nido”
El origen de la ciudad de Jerécuaro es prehispánico y fue habitada, como en otros municipios de Guanajuato, por comunidades chichimecas y otomíes, hasta que fueron sometidos a la Corona Española por los purépechas o tarascos, bajo el mando del cacique indígena evangelizado Nicolás San Luis de Montañés, sobrino del emperador azteca Moctezuma, para fundar el 23 de septiembre de 1572 la población de Xerecuaro, que en purépecha significa “Lugar como Nido”.
Al momento de su fundación se le llamó San Miguel Xerecuaro, de acuerdo a archivos históricos encontrados en 1852.
La población se asentó originalmente en un lugar denominado Chilarillo, a 12 kilómetros de donde se encuentra en la actualidad; el nombre de Jerécuaro fue puesto a esa primera comunidad, ya que se sitúa en una barranca formada por los cerros cercanos.
En 1646, los frailes franciscanos le dieron el nombre de San Miguelo Xerecuaro.
Durante algunos años Jerécuaro fue un departamento de Celaya, hasta que el 28 de julio de 1989 se le nombra como Cabecera del municipio y el 31 de diciembre de 1993 le otorgan la categoría de Ciudad.
Juventino Rosas: “Santa Cruz de Comontuoso”
En un municipio que fue fundado el 3 de mayo de 1721, después de 3 siglos desde su fundación donde se le conocía como Santa Cruz y desde hace poco más de 60 años se le añadió Juventino Rosas, por ser la cuna del inmortal músico y compositor José Juventino Policarpo Rosas, reconocido mundialmente por ser el compositor de el vals “Sobre las olas”.
Se tienen informes que chichimecas fueron los primeros pobladores y posteriormente llegaron los otomíes a lo que se conocía como Santa Cruz de Comontuoso (En honor a la hacienda donde se establecieron los terrenos), población que fue fundada el 9 de octubre de 1718 y el domingo 3 de mayo de 1721, Día de la Santa Cruz, se ejecutó oficialmente la fundación con categoría de Pueblo.
En 1912, fue elevada a la categoría de Ciudad con el nombre de Santa Cruz de Galeana.
Y desde el 1 de enero de 1939 lleva el nombre de Santa Cruz de Juventino Rosas.
León: “Valle de Nuestra Señora”
Su fundación fue el 20 de enero de 1576 por disposición del virrey Martín Enríquez de Almansa bajo el nombre de Villa de León y recibió su nombre actual como Ciudad, en 1830 en honor a los insurgentes Juan Aldama e Ignacio Aldama, quienes participaron en la guerra de la Independencia de México.
Durante el siglo XVI los chichimecas incursionaron en la Sierra de Comanja, ya en la época novohispana, por lo que Nuño de Guzmán y sus aliados tarascos llegaron el día 2 de febrero de 1530 al actual territorio del municipio, llamando al lugar Valle de Nuestra Señora.
Las haciendas fueron concedidas por el gobernador de Nueva Galicia Francisco Vásquez de Coronado a los españoles Rodrigo de Vázquez y Juan de Jasso.
Los españoles introdujeron aquí la agricultura y la ganadería alrededor de 1546, pero estos colonos estaban bajo la constante amenaza de los chichimecas, quienes reconocían a los españoles como invasores. Estos colonos solicitaron ayuda a las autoridades virreinales de la Ciudad de México. Fue por eso que el virrey Martín Enríquez de Almansa ordenó la fundación de una ciudad aquí, con el nombre de León en 1575. Para llevar a cabo la orden, Juan Bautista de Orozco fundó la Villa de León el 20 de enero de 1576.
En 1580, alcanzó el rango de Alcadía Mayor.
En 1787 León pasa a ser una subdelegación de la Intendencia de Guanajuato que es el antecedente del actual estado.
Y desde 1830 se le dio el título de Ciudad de León de los Aldama.
Cabe mencionar que durante los primeros años de la fundación de León, la villa fue habitada por españoles, indígenas y personas de origen africano. Entre los fundadores españoles se encontraban Juan Bautista de Orozco, Juan Alonso de Torres, Juan Gordillo y Antonio Rodríguez de Lugo. También hubo indígenas de diversos grupos, como los otomíes, purépechas, mexicas y chichimecas, quienes se agruparon en los barrios de San Miguel y El Coecillo. Además, había personas de origen africano (negros y mulatos).
Moroleón: La Mezquitera
Antes de la Conquista española, el territorio que ocupa la ciudad de Moroleón fue habitado por grupos de chichimecas y también perteneció a la jurisdicción del antiguo reino purépecha, que se extendía desde Michoacán hasta Yuriria, Celaya Acámbaro, Jalisco, Colima y Guerrero.
Para el año 1775 Don José Guzmán López, se traslada de Yuriria para formar un caserío en donde actualmente es el Jardín Principal, a las márgenes del arroyo, que entonces corría por lo que ahora son las calles de Morelos, Hidalgo y Manuel Doblado; para esto, trajo familiares y conocidos de la región con la intención de fundar un pueblo, que en un principio se conoció con los nombres de La Mezquitera, La Congregación del Moro o La Congregación de Uriangato. De estos nombres, el primero hacía referencia a la abundancia de este árbol en estos terrenos, el segundo, por el origen de los pobladores (Rancho del Moro) ya instalados previamente cuando el intercambio de tierras, y el último de estos nombres por la cercanía con este pueblo (Uriangato).
Moroleón fue fundado como Municipio el 19 de noviembre de 1845, durante el gobierno de Juan Bautista Morales, con el nombre de Moroleón, que proviene de la combinación de las palabras "Moro", por el origen de sus primeros pobladores procedentes de la comunidad del Moro, en Yuriria, que pertenecía a la hacienda Santa Mónica, y "León", en honor al General Antonio León y Loyola, militar oaxaqueño que combatió en un batallón guanajuatense.
Y en 1847 se convirtió en Municipio, debido a su creciente importancia económica.
Moroleón está ubicado al centro sur del estado de Guanajuato, colindando al norte con Yuriria y Uriangato, al sur con Cuitzeo y Huandacareo, del estado de Michoacán; al este con Uriangato, además de Cuitzeo y al oeste con Yuriria.
Ocampo: Estancia del Vaquero
El municipio de Ocampo se fundó en 1875 por decreto del Congreso de Guanajuato. Anteriormente, la población se llamó primero Estancia del Vaquero y San Juan del Vaquero, para posteriormente tomar el nombre del apellido del ilustre personaje liberal Melchor Ocampo.
El territorio de este municipio, debido a su aridez y ambiente semidesértico sólo permitió ser poblada por indígenas nómadas dedicados principalmente a la caza y a la recolección, llamados chichimecas, donde predominaban los guachichiles, que se caracterizaban por ser los más belicosos, quienes merodeaban desde Saltillo hasta San Felipe, con su centro de operaciones y refugio en Tunal Grande.
En Ocampo se han encontrado vestigios de culturas con influencia de Mesoamérica, como “El Cóporo”, situado entre las comunidades de San José del Torreón, El Tigre y La Tinaja.
En el último cuarto del siglo XVI y primera mitad del XVII la gran mayoría de la tierra que lo que es ahora Ocampo fue entregada en merced a modestos labradores y ganaderos criollos.
En el siglo XVII muchas de estas tierras fueron acumuladas por los duelos de Ciénega de Mata, sobre todo la parte correspondiente a la actual jurisdicción de Ocampo.
En 1843, a Ocampo se le llamó Estancia del Vaquero.
En 1845, la población pertenecía a la Hacienda de San Isidro, del municipio de San Felipe.
El 24 de noviembre de 1868, El gobernador Florencio Antillón determinó elevar a la Congregación de San Juan Bautista del Vaquero a la categoría de Pueblo y ordenó colocar la primera piedra de la delegación municipal, que posteriormente adquirió el nombre de Ocampo.
De 1868 a 1875 en que se convierte en Municipio, creció en población, pero no mejoró económicamente, ya que su economía dependía de la agroganadería que siempre estuvo sujeta a los vaivenes de los caprichos meteorológicos, pues todo dependía de un buen año de lluvias.
En 1875, fecha de su fundación, se le dio el nombre de Ocampo en honor a Melchor Ocampo, un ilustre liberal, por lo que La Estancia del Vaquero se convirtió en la cabecera municipal, dejando de pertenecer a San Felipe.
Ocampo colinda al norte con el estado de San Luis Potosí y con Zacatecas, al sur y este con San Felipe y al poniente con el estado de Jalisco.
Pénjamo: “Lugar de ahuehetes o sabinos”
El nombre del municipio de Guanajuato en el que naciera el Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla se llamaba Pénxamu o Penlamu, que en lengua purépecha significa “Lugar de ahuehuetes o sabinos” y en la actualidad conserva su nombre original: Pénjamo.
A la llegada de los colonizadores españoles, el 12 de noviembre de 1542, se fundó el Pueblo de San Francisco de Penxamo, nombre que aún aparece en el escudo de la ciudad y municipio.
En 1857 adquirió el título de Villa y en 1906 adquiere el título de Ciudad con el nombre de Pénjamo.
El territorio que actualmente ocupa tuvo como primeros pobladores a guachichiles y purépechas, y la muestra más representativa de estas culturas es la Zona Arqueológica de Plazuelas, ubicado en la comunidad de San Juan El Alto Plazuelas, a pocos kilómetros al oeste de la ciudad de Pénjamo.
El 8 de mayo de 1753 tuvo lugar el nacimiento de Don Miguel Hidalgo y Costilla en la Casa Grande de lo que era la Hacienda de Corralejo (Hoy Hacienda Corralejo Hidalgo), perteneciente a la jurisdicción de Pénjamo. El Padre de la Patria fue bautizado en la capilla de Cuitzeo de los Naranjos, hoy Abasolo, el 16 de mayo de 1753, con el nombre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio.
El 22 de mayo de 1857, la población adquirió el título de Villa, y fue elevada a la categoría de Ciudad en 1906 por decreto del gobernador Joaquín Obregón González.
Limita con los municipios de Abasolo, Cuerámaro y Manuel Doblado, además de los estados de Jalisco y Michoacán.
Pueblo Nuevo: “Lugar entre ríos”
Los primeros pobladores de Pueblo Nuevo eran en su mayoría indígenas otomíes, quienes se establecieron en un lugar al que nominaron como Mastonde, que significa “Lugar entre ríos”. En 1540, Don Vasco de Quiroga, conocido como “Tata Vazco”, fundó en ese sitio una pequeña aldea, la cual adquirió la categoría de Congregación en 1563 y debido a su prosperidad económica alcanzó en nombre de Pueblo en 1853.
Después del nombre de Mastonde, se le conocía en 1732 como Congregación del Río Grande (antiguo nombre del río Lerma), también ese año hay dato de que lo llamaban también como Pueblo Nuevo de San Antonio, hay documento de 1773 que lo llamaron Pueblo Nuevo de las Adjuntas y en 1817 se le dio el nombre actual de Pueblo Nuevo.
Se ignora el por qué se le nominó como Pueblo Nuevo, sólo se sabe que los pobladores dejaron de llamarle Mastonde y empezaron a llamarle El Pueblito.
Limita al norte y oeste con Irapuato, al este con Salamanca, al sur con Valle de Santiago y al suroeste con Abasolo.
Purísima del Rincón: “San Juan del Bosque”
Purísima del Rincón empezó siendo una aldea de labriegos, hortelanos, indios y pastores fundada el 1 de enero de 1603 con el nombre de San Juan del Bosque, y después se unieron a ella los indígenas otomíes procedentes del estado de Michoacán en satisfacción de la cédula expedida por el virrey Don Martín Enríquez de Almanza.
Tras 46 años de insistencia por parte de los indios para conseguir su acta de fundación, el 21 de abril de 1649 fue confirmada con el nombre de Nuestra Señora de la Limpia Concepción.
En 1834, empezó a llamársele Purísima del Rincón.
Y desde 1952, en honor a Hermenegildo Bustos, tras quitarle “Del Rincón" para incluirle el “De Bustos". Y para evitar confusiones con el nombre, a la cabecera municipal se le llamó Purísima de Bustos y al municipio Purísima del Rincón.
Limita al este con San Francisco del Rincón, al noreste con León, al oeste con San Diego de Alejandría del estado de Jalisco y al sur con Ciudad Manuel Doblado.
Romita: Estancia de la Laja
Los primeros pobladores de la región fueron los chichimecas, después algunos grupos otomíes y purépechas poblaron lo que es hoy Romita. En 1996 se descubrieron restos de la Cultura Chupícuara, en lo que hoy son los cimientos de la Casa de la Cultura.
Esta región fue conquistada en 1529 por Nuño Gómez de Beltrán, constituyéndose en Poblado el 12 de septiembre de 1591 por medio de una "merced" dada por el virrey Don Luis de Velasco, con el nombre de la Estancia de la Laja.
Romita era una Congregación enclavada en los terrenos de la Hacienda de la Laja, de la que fue propietario, al tiempo de la fundación, Don Pascual Peñaranda.
A principios de 1832, con el crecimiento de la población, se pidió al Gobierno del Estado erigiera un pueblo en terrenos de la Hacienda de la Laja, por lo que el 29 de abril de 1832, Don Pascual Peñaranda, junto con Don Ignacio Maza Rivas, propietario de la Hacienda de la Gavia de Rionda y de Fray Manuel Almorrosta, fundan el pueblo con el nombre de Pueblo de Nuestra Señora de Guadalupe, Romita de Liceaga, en honor al general José María Liceaga, héroe de la Independencia de México y originario de la Hacienda de la Gavia.
El 8 de junio de 1856, por decreto suscrito por el gobernador del Estado, Don Manuel Doblado, a Romita se le reconoció como Municipio y se le dotó de su Ayuntamiento.
El 16 de mayo de 1885, pasó a ser Partido, con el nombre de Romita de Liceaga.
El 28 de febrero de 1916 el Congreso del Estado le concede al pueblo el título de Villa.
El 20 de junio de 1970, el Congreso local le otorgó el título de Ciudad.
Se ignora de dónde proviene el nombre de Romita, el cual posiblemente le haya sido dado por algunos de los misioneros europeos que estuvieron por este lugar y le impusieron el diminutivo de la capital de Italia, Roma.
Salamanca: “Lugar de tepetates”
El primer asentamiento de lo que ahora es el municipio de Salamanca fue habitado por indios otomíes, quienes le dieron el nombre de Xidoo, que significa “Lugar de tepetates”.
Salamanca se fundó como parte de un plan para asegurar el Camino Real de la Plata, que conectaba minas en Guanajuato, camino que sufría ataques chichimecas que se resistieron a la conquista, por lo que se establecieron poblados para protegerlo, incluyendo villas como San Miguel, Celaya, y León, y Salamanca se ubicó estratégicamente entre estas villas, abarcando las estancias ganaderas de Mancera, Barahona y Valtierra, iniciadas en 1535.
Debido al crecimiento de la población, el virrey Gaspar Zúñiga y Acevedo ordenó fundar la Villa de Salamanca, nombre otorgado en honor del mismo virrey, ya que era originario de la ciudad española del mismo nombre. La fundación fue el 1 de enero de 1603 como Villa de Salamanca.
Salamanca fue elevada al rango de Ciudad por Decreto No. 57 del XVI Congreso del Estado, el 30 de mayo de 1895.
Limita al noroeste con San Miguel de Allende, al este con Santa Cruz de Juventino Rosas y Villagrán, al sureste con Cortazar, al sur con Jaral del Progreso y Valle de Santiago, y al oeste con Pueblo Nuevo e Irapuato.
Salvatierra: "Lugar de hermosa vegetación"
Salvatierra o “lugar de hermosa vegetación”, por su antiguo nombre indígena Huatzindeo o Guatzindeo.
El municipio más antiguo de Guanajuato se llamaba en sus inicios San Francisco de Acámbaro, que pasó a ser lo que hoy es Acámbaro y fue fundado en 1526, y años después se fundaron otras poblaciones, sin embargo, Salvatierra fue la primera población en ser elevada al rango de Ciudad, y fue “bautizada” como tal el 9 de febrero de 1644.
En dicha fecha, la población era habitada en su mayoría españoles, por lo que el Virrey de la Nueva España le otorgó el rango de Ciudad a la comunidad que tenía por nombre San Andrés Chochones, y de todas las poblaciones fundadas en años anteriores en Guanajuato, fue la primera en recibir tal distinción.
El Valle de Huatzindeo, donde se localiza la ciudad de San Andrés de Salvatierra, estuvo poblado desde el preclásico superior y en el siglo XII los chichimecas fundaron comunidades que más tarde conquistaron los purépechas.
A mediados del siglo XVI un grupo de indígenas traídos de Oaxaca se asentó en el pueblo de Chochones; los habitantes del Valle de Huatzindeo (“Lugar de hermosa vegetación”) se concentraron allí hacia 1632, denominando al sitio San Andrés de Chochones, hoy Salvatierra.
Salvatierra pertenece a la zona geográfica guanajuatense de los Valles del Sur o Valles Abajeños, junto con Valle de Santiago, Moroleón, Uriangato, Yuriria, Jerécuaro, Tarimoro y Tarandacuao.
San Diego de la Unión: “Pueblo del Biscocho”
San Diego de la Unión, ubicado al noreste del estado de Guanajuato, fue fundado el 30 de noviembre de 1719 por Manuel María de Torres, con el nombre de Pueblo del Bizcocho, debido a que dicho poblado se estableció en terrenos de la hacienda conocida con ese nombre.
La región noreste del estado de Guanajuato estuvo habitada por otomíes, chichimecas y pequeños núcleos aztecas.
Nuño de Guzmán inició la conquista de estos lugares en el año de 1531 incorporándolos a la colonia española; quedaron al principio dentro de la provincia de Michoacán, llamada también Valladolid, y a fines del siglo XVIII, al lograr autonomía, se convirtieron en intendencia de Guanajuato.
La población de origen africano estuvo presente en la conformación de la hacienda de San Diego del Bizcocho durante los años que van de 1669 a 1769, periodo en cual los esclavos de origen africano y sus descendientes se hicieron presentes desempeñando actividades económicas como el servicio doméstico, la agricultura y la ganadería, entre otras actividades, en los ranchos, los partidos y las haciendas que la conformaban. Gracias a esta convivencia se dio la mezcla de elementos culturales de las tres raíces: la indígena, la española y la africana.
El 6 de mayo de 1875, el General Florencio Antillón, gobernador de Guanajuato, le concedió a San Diego del Biscocho el título de “Villa de San Diego de la Unión”.
San Felipe: “Torres Mochas”
La Villa de San Felipe se fundó en 1562, es más antigua que la Villa de León (1576), aunque menos que Acámbaro (1526).
Los primeros pobladores de la región de San Felipe fueron varios grupos de chichimecas nómadas (Zacatecos, guamares y guachichiles).
San Felipe fue establecido como Presidio en 1554 y fundada después por Francisco de Velasco el 21 de enero de 1562 por orden del Virrey Don Luis de Velasco con el nombre de Villa de San Felipe en honor al rey Felipe II de España.
En 1563 el rey Felipe II concedió San Felipe el título de Villa de la Comunidad, quedando a cargo de Francisco de Velasco.
La Villa estuvo dividida en dos pueblos durante más de 300 años; la Villa de Españoles y el Pueblito de Analco para los habitantes indígenas a la región. Ambas villas eran separadas por el arroyo ahora conocido como Río Cocinero.
En 1889, mediante un decreto gubernativo, se cambió el nombre de San Felipe por el de Ciudad González, en honor al gobernador Manuel González.
En 1938 se expidió un segundo decreto que cambió el nombre de la población por el de Ciudad Hernández Álvarez, en honor del gobernador Enrique Hernández Álvarez sin embargo, pese a las distintas denominaciones que llegó a tener, la ciudad siempre fue conocida popularmente con el nombre de San Felipe Torres Mochas, esto último porque la iglesia parroquial permaneció por más de 100 años sin concluir su torre, por lo cual, se dice, que esta Villa se conoció y es conocida con el mote de “Torres Mochas”
Y el 14 de octubre de 1948 se impuso San Felipe como nombre oficial de la ciudad, aunque todo mundo la identifica más con su apelativo Torres Mochas.
(Continuará)
| Con fotos de: Estado de Guanajuato, México
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