León.- Eran las 9:20 de la mañana. Un día normal se convirtió en parte de la historia de León en 1971, cuando un grupo de guerrilleros entraron a robar una sucursal del Banco de Londres y México en León.
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La Silla Rota tuvo la oportunidad de platicar con la señora Lupita Montes de Oca, quien en ese entonces era secretaría de la sucursal ubicada en el Barrio Arriba y fue testigo de primera mano del asalto.
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“Eran como las 9:20 de la mañana. Entraron 4 personas, 3 hombres y una mujer, que estaban de negro”, nos compartió.
El 10 de septiembre de 1971, 4 integrantes del grupo guerrillero Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) entraron a robar una sucursal bancaria en León.
La señora Lupita, que en ese entonces tenía 19 años, recuerda que 2 de los asaltantes fueron a las cajas. Todos estaban armados.
El asalto ocurrió apenas en 4 minutos. Aunque los medios de la época calcularon que el monto robado fue poco más de 100 mil pesos de la época, Lupita comparte que fueron casi 250 mil pesos, que hoy en día serían más de 2 billones de pesos, ajustados a la inflación.
Todo ocurrió tan rápido, que apenas tuvieron tiempo de procesar lo que estaba ocurriendo.
“Fue tan rápido que no sientes el miedo en ese momento. Solo una compañera, que se acababa de operar el corazón, ella sí se preocupó, mientras tratábamos de tranquilizarla”, nos compartió.
La joven que participó en el asalto fue identificada por los medios como Marta Elba Cisneros, aunque Lupita la identificó como otro nombre, cuando vio su fotografía en un cuadernillo donde se identificaba a “Traidores a la nación” que le compartió su padre poco después del asalto.
La señora Lupita tuvo un acercamiento con esta mujer que incluso se había entrenado en Corea del Norte un año antes del asalto al Banco de Londres y México, ya que las autoridades le pidieron ir a identificarla después de interpuesta la denuncia.
“Como llevaba peluca, me tocó ir a identificarla. Vi que sí era ella, pero con peluca”, nos compartió.
Durante el asalto, Marta o Cristina, como también ha sido identificada, utilizó una peluca rubia, para ocultar su cabello oscuro.
Un policía, el agente Juan Servín, quien era guardia del banco en ese entonces, dio su vida al intentar detener a los asaltantes, pues la joven guerrillera le disparó en el estómago mientras huían, matándolo en el lugar.
“Ahí se les cayó la carga. Un niño la piso”, recuerda Lupita.
Y es que un niño de 12 años se convirtió en el héroe improbable de esta historia, al haber ocultado el cargador del arma de los asaltantes y así evitar un tiroteo mayor, cerca del Seguro Social en el Barrio Arriba.
Fue así como lo que empezó como una mañana cualquiera trabajando en un banco, se convirtió en parte de la historia de las guerrillas en México, quedando en los anales de la ciudad.
MM