León.- 4 minutos. Eso fue todo lo que le tomó a un grupo de guerrilleros armados robar cientos de miles de pesos que hoy valdrían más de un billón de pesos en una sucursal del Banco de Londres, en León. Fue la punta del iceberg de una serie de ataques guerrilleros en el Bajío.
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El 10 de septiembre de 1971 parecía una mañana como cualquier otra en la sucursal del Banco de Londres y México del Barrio Arriba, ubicada en la esquina de Cuauhtémoc y Aquiles Serdán.
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A las 9:15 de la mañana, cuatro hombres y una mujer armados entraron a la sucursal bancaria, amenazando a clientes y personal, incluso tomando a una mujer como rehén mientras gritaban: “¡Esto es un asalto, arriba las manos, nadie se mueva!”
En menos de 4 minutos, los jóvenes, que después se supo que eran guerrilleros marxistas entrenados en Corea del Norte, robaron $113,230 pesos y escaparon de la sucursal a las 9:20, en un taxi con placas de Aguscalientes.
Abatir a un policía fue perdición
Un cliente del banco, el señor Rafael Gutiérrez, ayudó al policía bancario Juan Servín a perseguir a los jóvenes asaltantes en su auto.
El agente no llevaba su arma de cargo en ese momento, ya que los guerrilleros lo habían desarmado durante el asalto.
Frente a las oficinas del Seguro Social, lograron acorralar a los jóvenes, pero la mujer cómplice del asalto, por instrucciones de uno de sus compañeros, disparó contra el policía desarmado, matándolo en el lugar.
A pesar de la muerte del policía, que les ganó tiempo para seguir huyendo, este enfrentamiento firmaría su sentencia, ya que la mujer había apretado sin darse cuenta el botón del cargador de su arma y con ello la dejó inútil al ya no tener municiones.
El héroe improbable de la historia: un niño
Tras abatir al policía, Antonio Becerra, un niño de 12 años que fue testigo de todo, se dio cuenta que la mujer había tirado el cargador de su arma y rápidamente lo tomó, para ocultarlo entre sus ropas.
Aunque la delincuente le exigió que se lo devolviera, el niño se escondió en la botica cercana del Seguro Social y se negó a salir.
Esto, hasta que vio a los asaltantes intentar subirse a un camión de la ruta Circuito - Piletas para seguir escapando, pero Antonio le gritó al chofer que no los dejara subir, que eran ladrones que incluso habían matado a un policía. Por lo que el chofer aceleró el camión y los delincuentes tuvieron que volver a subir al taxi de Aguascalientes en el que había comenzado la persecución.
Sobre el bulevar López Mateos fueron interceptados por una camioneta particular donde viajaban varios mandos policiales, entre ellos el subteniente José Rosario Galván, el comisario Salvador Ávila Flores y el agente Jesús García García.
Al verse acorralados, la mujer bajó del taxi y amenazó con dispararles hasta matarlos, pero el niño Antonio se acercó a los agentes y les informó que no podía disparar porque habían perdido el cargador de su arma, por lo que dos de los asaltantes acabaron por rendirse. Al parecer, sus cómplices lograron escapar.
Los policías lograron detener a Marta Elba Cisneros y a su cómplice Guillermo Noriega Nolasco.
Se entrenaron en Corea del Norte y planeaban varios golpes en el Bajío
En 2013, Wikileaks reveló que Estados Unidos tenía información de varios grupos guerrilleros marxistas y comunistas que habían estado asentados en Guanajuato entre los años 70’s.
Entre ellos, destaca el Movimiento de Acción Revolucionario (MAR), nacido en Corea del Norte y que tenía campos de entrenamiento en Salamanca.
El Heraldo de León reveló el 11 de septiembre de 1971 que los jóvenes que asaltaron el Banco de Londres y México en el Barrio Arriba eran, de hecho, miembros de MAR e incluso Elba confesó que se había entrenado durante un año en Corea del Norte, mientras que su esposo estaba preso en Lecumberri.
Tras su detención, se rastreó al grupo hasta Jalisco, donde se encontró una casa de seguridad del grupo, así como identificaciones de varios otros de sus miembros, y se supo que tenían un arsenal que incluía numerosos explosivos que planeaban utilizar en otros ataques en todo el Bajío.
Por lo que el haber frustrado un asalto de banco en León pudo haber sido pieza clave para detener un posible levantamiento guerrillero en Guanajuato y todo el Bajío en los años 70’s.
MM