HISTORIAS DE LEÓN ANTIGUO

¿Qué fue del Loco del Ácido en León?

Gerardo, bajo la imagen de un joven rico y profesionista, escondía su verdadera afición arrojar ácido al rostro de la gente

Créditos: El Heraldo
Escrito en GUANAJUATO el

León.- Un joven de 26 años, de clase media – alta, profesionista y de aspecto agradable, eran la fachada de Gerardo, o “Gerácido”, quien terminó siendo desenmascarado como uno de los criminales más recodados por sus crueles delitos en León. Le decían, “El Loco del ácido”. 

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Las generaciones de hoy no lo conocen. Estos días las noticias se caracterizan por temas de seguridad, agua y economía, pero hace más de 30 años cuando las preocupaciones eran otras el caso de un hombre cometiendo fechorías en la calle estremeció a León.

Su primer crimen fue en abril de 1990. En la colonia Azteca un niño estaba jugando con la pelota, no era el único, había mucha gente afuera. Una mujeres hacían el mandado, otros hombres leían el periódico y los jóvenes echaban reja, pero de entre todos ellos, El Loco del Ácido escogió a un niño como su víctima.

Se acercó a él, pero no mucho, y le arrojó acido en la cara. Nunca antes había pasado algo así, por lo que los medios llevaron la nota en primera plana y bautizaron al misterioso agresor  que huyó sin dejar rastro como El Loco del Ácido.

Crédito: El Heraldo.

Fue extraño y horroroso para muchos, pero se imaginaron que solo era una persona que padecía de sus facultades mentales. No se imaginaron que volvería a pasar hasta que a los pocos días después una caso igual volvió a ser noticia. Más ataques con ácido se llevaron a cabo en un periodo de unos cuántos días en León.

La última víctima fue una joven de nombre Ana Bertha Guzmán. Era una joven mujer en sus 20 que trabajaba y estaba en los primeros años de su adultez, construyendo su patrimonio y vida.

Trabajaba en la Cámara de Calzado del Estado de Guanajuato y ese el 9 de abril de ese 1990 acababa de terminar su jornada, por lo que iba caminando por afuera de las instalaciones con sus amigas y compañeras de trabajo cuando un hombre se le acercó y le aventó un líquido en el rostro.

Primero pensó que era agua, pero en segundos comenzó a arder. Ella gritó del dolor y, sin saber qué estaba pasando, sus amigas intentaron secarle el agua, pero se quemaron las manos con el ácido.

A ella la ingresaron a las instalaciones de la Cámara de Calzado del Estado de Guanajuato y él se escapó en un auto negro en el que iban otras personas. Esta vez lograron obtener una pista sobre él gracias a un ciudadano que anotó las placas.

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Descubrieron que El Loco del Ácido era Gerardo Alba Rodríguez, un joven de clase socio económica media – alta. Vivía, de hecho, en una de las zonas más opulentes en ese entonces, Jardines del Moral en una casa sobre la avenida León.

¿Por qué la atacó? Ella no quiso acceder a su invitación a una relación. Fue una agresión de género motivada  por pensamientos de violencia hacia las mujeres.

Lo detuvieron junto a sus presuntos cómplices Guillermo García Quiroga y Alfredo Beltrán Negrete, pero ese mismo día salió de la cárcel. Nunca se volvió a saber de él, se dijo que había huido del país. Algunos creen que volvió a León y ahora continúa su vida escondiendo su pasado, otros que sigue fuera, lo cierto es que el impacto que tuvo en sus víctimas, deja una cicatriz irreparable.

El caso de Ana Bertha sigue impune, sobre todo por la falta de leyes en torno a esta clase de ataques como el que hace unos pocos años le ocurrió a la saxofonista María Elena Ríos por órdenes del diputado Juan Antonio Vera Carrizal.

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