León.- La vida se detuvo en León al mismo tiempo que el cielo se oscureció. Un eclipse solar que no se volverá a ver en México en 300 años escondió este día la luz en todo Guanajuato. La sombra de las hojas de los árboles cambió y el clima enfrió a la mitad del día de primavera 2024.
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Hoy a las 11:00 de la mañana la plaza del Templo Expiatorio se fue llenando poco a poco. Si fuera un día normal, podría pensarse que se trataba de turistas descansando del paseo, pero nadie estaba sentado, todos estaban de pie mirando al cielo.
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Por minutos, más de 30, la gente se detenía e, hipnotizada, levantan la cabeza con la boca abierta. Otros sonrieron, otros lloraban. Estaban viendo un fenómeno astronómico que no volverían a presenciar en su vida, probablemente.
Estaban ahí parados, inmóviles, como esperando la llegada de alguien muy querido. Tenían un ánimo de anticipación y emoción, también de curiosidad, como esa que se siente cuando no sabes lo que está por ocurrir, pero quieres estar ahí para verlo con tus propios ojos.
El eclipse “agarró” en el templo Expiatorio a la turista alemana Anke Wietthoff. “Es nice”, expresó en un idioma entre el español y el inglés. Está de paseo por el mundo y le tocó estar en León, Guanajuato al momento de que ocurrió este extraño evento.
Al igual que otras personas, como Larisa Torres, cargaba una placa de esas que usan los soldadores para no dañarse la vista. Todas y todos fueron responsables, tuvieron miedo de ver el eclipse con sus propios ojos y quienes no tenían artefactos, veían la maravilla natural a través de la sombra de los árboles y entendían la belleza a través de la sonrisa de quienes lo estaban viendo mediante lentes especiales.
En el Jardín Principal, los adultos se convirtieron en niños. La impresión del eclipse les regresó su capacidad de asombro. Jugaban con la sombra, movían sus manos intentado hacer un círculo para ver la luz en forma de media luna y hacían manualidades con lo que tenían a la mano para, con un papel, ver cómo la luz lo atravesaba.