Irapuato.- El vocablo Irapuato, según los dedicados al estudio de los nombres y lugares (Ttoponomia) coinciden en la palabra proviene de la lengua tarasca, con lo cual se puede establecer que este municipio de Guanajuato tenga sus orígenes en el asentamiento de los purépechas en años anteriores a la llegada de los conquistadores españoles a tierras guanajuatenses.
De acuerdo con los estudios realizados por el historiador José Corona Núñez, especializado er toponomia tarasca, el vocablo Irapuato se compone de los siguientes elementos:
“IRAPE” que significa CERRO QUE EMERGE.
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“HUATA” que significa GRANDE LLANURA.
“TO” como locativo de LUGAR.
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De esta forma, Irapuato, significaría “Cerro que emerge en la llanura grande", refiriéndose posiblemente al Cerro de Bernalejo, que casi colinda con el Cerro de Arandas, en una zona que podría haber sido usada como centro ceremonial.
Existen otras interpretaciones del mismo vocablo, aunque la anterior ha sido la más aceptada, ya que historiadores señalan que en la época prehispánica, por el año de 1200, los primeros pobladores de la región donde se encuentra ahora Irapuato fueron los nómadas chichimecas (Vocablo que significa “Perros Sarnosos”) y en tiempos de la conquista española (Que inicio en 1519 y se consumó en 1521) los purépechas o tarascos, procedentes de Michoacán, conquistaron a su vez grandes territorios guanajuatenses, entre ellos el de Irapuato.
Los purépechas le dieron el nombre de Xiriquitzio o Iriquitzio, y los conquistadores españoles lo pronunciaban “Jiricuicho”, vocablo que terminó por ser nombrado como Jiricuato, que significa en tarasco “Lugar de casas o habitaciones bajas”, en referencia a las chozas de los primeros pobladores establecidos en el lugar.
La población de los purépechas se estableció a las orillas de un lago que se formaba con las aguas de los ríos Guanajuato y Silao, de acuerdo a ruinas arqueológicas encontradas en el Cerro de Arandas y Rancho Grande.
Ya con la llegada de los españoles, Irapuato nace como una Estancia para la cría de ganado y como centro agrícola, aprovechando las aguas del Río Silao, por lo que empezaron a surgir haciendas y ranchos que abastecían las ciudades mineras que durante ese tiempo cobraron gran auge.
El 15 de febrero de 1547, el emperador Carlos V concede la cédula de fundación de la ciudad mariana de Irapuato bajo el nombre de "Congregación de San Marcos de Iricuato" y por órdenes del virrey Luis de Velasco, fundan esta ciudad los capitanes los capitanes Francisco Hernández, Esteban Gamiño, Andrés López y Antonio Francisco de Sixtos.
El 14 de marzo de 1826 recibió el título de Villa de Irapuato y el 18 de noviembre de 1893 es nombrada con la categoría de Ciudad.
Capital Mundial de las Fresas
La horticultura y la floricultura florecieron en los primeros años de la llegada de los españoles a Irapuato, quienes de forma despótica y esclavizante trataban a los indígenas y a los negros africanos que laboraban en las haciendas.
La planta de fresa empezó a ser importada de Francia a México en 1849 y a Irapuato fue traída en 1852, Don Nicolás Tejeda recibió 24 plantas que fueron colocadas en un almácigo, a orillas del río Guanajuato, permaneciendo ahí sin cultivarse
En 1858 se adquirieron plantíos para el cultivo de la fresa e incluso por medio del injerto se obtuvieron excelentes resultados, en especial en la huerta de San Antonio de Retana.
La comercialización de la fresa y su cultivo intensivo se debe a Carlos Drogge y a Joaquín Chico González, éste último hizo los embarques de fresa a México, al contarse con la vía de Ferrocarril Central. Actualmente, Irapuato ocupa el primer lugar en la producción de fresa en el Estado y el segundo a nivel nacional.
Independencia, Porfiriato y Revolución
En 1810, al iniciar la Guerra de Independencia, Don Miguel Hidalgo y Costilla pasó por la Congregación de Irapuato, donde e preparó para atacar Guanajuato, recibiendo de la población víveres para su ejército y la adhesión del regimiento de Dragones del Príncipe, acantonado en esta población.
Agustín de Iturbide residió en Irapuato y ejerció la comandancia militar del Bajío. Llegó a esta Congregación en 1812, para proteger los convoyes de los comerciantes de los ataques de las guerrillas insurgentes y pacificar la región. Uno de estos guerrilleros era Albino García, quien atacó en cinco ocasiones la Congregación de Irapuato entre 1811 y 1812. Iturbide lo persiguió hasta capturarlo y fusilarlo.
Durante el Porfiriato, varios ejércitos revolucionarios como los villistas, zapatistas y carrancistas cruzaron por la ciudad de Irapuato en repetidas ocasiones, debido al centro ferroviario.
Del 11 al 28 de abril de 1912, Irapuato sufre ataques por parte de grupos zapatistas.
El 29 de julio de 1914 una de las avanzadas del general Álvaro Obregón procedente de Jalisco, a cargo del general Ramón V. Sosa y del coronel Migue Acosta, toma la ciudad de Irapuato que defendían los huertistas.
A mediados de 1914, las líneas ferroviarias se ven interrumpidas, provocando la escasez de alimentos y demás artículos de primera necesidad, por lo que el gobierno establece medidas para aliviar esta situación
El 4 de abril de 1915, cuando el ejército constitucionalista ocupa Celaya, el general Francisco Villa llegó a Irapuato con alrededor de 20,000 hombres y a los pocos día salió de la ciudad cuando se acercaban dos brigadas de constitucionalistas procedentes de Celaya.
El 21 de abril de 1915 llega a Irapuato el general Álvaro Obregón con todo su ejército para combatir a Villa y entre los días del 21 al 27 de abril hubo un intenso movimiento de ferrocarriles y de gente en la estación de Irapuato donde se concentran municiones, víveres y tropas, para prepararse para la Batalla de Trinidad (Cerca de Santa Ana del Conde, en León).
Terminada la Revolución, en 1919 Álvaro Obregón estuvo en Irapuato para presentar su plan de Gobierno, ya que era candidato a la Presidencia de la República.
Atractivos turísticos
Museo de la Ciudad: Contiene una colección de piezas arqueológicas de la región, documentos históricos, fotografías de la historia local, así como obras de arte, piezas de cerámica, tallados, pinturas y otras expresiones artísticas.
Templo de San José (siglo XVI): Constituye un bello ejemplo del arte indígena expresado en su pórtico principal de estilo churrigueresco, donde, en colores rojizos, se representa en relieve el misterio de la Cruz, Cristo crucificado con María y Juan Evangelista a sus lados y, en un nicho muy elaborado en una posición superior, Juan el Bautista.
Templo del Hospitalito: Llamado así por haber sido la capilla anexa al Hospital de Indios que la tradición oral señala haber sido construido por el Primer Obispo de Michoacán, Don Vasco de Quiroga. Pequeño de gran valor arquitectónico del siglo XVI, representa no sólo el nacimiento en lo español de Irapuato, sino un ejemplo del barroco salomónico del siglo XVIII en su portada principal. Su interior, muestra la escultura hecha en pasta de caña de maíz de Nuestro Señor de la Humildad, conocido generalmente como de la Misericordia.
Templo de San Francisco: Es conocido como el Convento; su fachada es una mezcla de barroco y neoclásico; tiene candiles grandes y bellos y en su interior se pueden admirar detalles arquitectónicos de la época.
Templo de Nuestra Señora de Guadalupe (del Centro): Se construyó en 1890, en la última época del Neoclásico. Su interior está decorado con hoja de oro.
Parroquia del Centro: Construcción barroca del siglo XVII con portadas del mismo estilo y retablos interiores neoclásicos. De una sola nave, con planta de cruz latina y su única torre, es típica de la arquitectura religiosa de Irapuato.
Templo de Nuestra Señora de la Soledad: Obra que mezcla lo excelso del barroco exterior en torre, cúpula y remate aconchado de su fachada principal, con los arcos mudéjares de su interior y sus retablos neoclásicos.
Plaza de los Fundadores: Conjunto escultórico que simboliza la superposición de caracoles segmentados, como elemento prehispánico y al fondo una fuente escultórica que simboliza los orígenes de Irapuato. Esta plaza está unida al Templo de la Soledad y a la Presidencia Municipal.
Presidencia Municipal (siglo XIX): De estilo neoclásico, de arquería con remates en las cornisas en cantera labrada. Es uno de los patios más grandes de la República Mexicana y fue en sus inicios el primer Colegio de la Enseñanza para Niñas.
Jardín Hidalgo o Jardín Principal: En 1890 inicia su construcción y desde entonces es el espacio abierto central de Irapuato, en el que destacan sus laureles de la India, sus bancas del siglo pasado, el kiosco y la torre de reloj.
Casa de la Cultura: Edificio de estilo neoclásico, con patio rodeado de columnas de la época colonial, donde se ofrecen cátedras en las diferentes disciplinas del arte, así como exposiciones permanentes de pintura, escultura y otras manifestaciones de la plástica local, nacional e internacional.
Reloj de Sol: Situado en la Plazuela Juan Álvarez. Por su originalidad, es una de las piezas labradas en cantera que se conservan como atractivo turístico.
Escudo de Armas
El escudo está divido en 4 cuadrantes, cada uno con color propio y característico indicando lo siguiente:
SUPERIOR DIESTRO: Presenta 4 cascos metálicos significando a los primeros españoles que arribaran a estas tierras a mediados del siglo XVI y a los cuales se supone el hecho de haber sido nombrados capitanes. El centro es dominado por el escudo episcopal de Don Vasco de Quiroga a quien la tradición le atribuye la fundación local y construcción de un Hospital de Indios. El fondo de este cuartel es el rojo (gules) significando osadía, fortaleza y victoria.
SUPERIOR SINIESTRO: Sin fundamento histórico, el león alado representado en este cuartel representa al evangelista San Marcos, supuesto patrón de ciudad. En la parte superior aparecen las siglas KV, indicando las iniciales de Karolus Quinto, Carlos Quinto, y expresado este último por el CAPÍTULO III SIMBOLOGÍA 16 dígito V, en latín o números romanos rey de España al nacer Irapuato y otorgador de estas tierras a los primeros españoles. Este cuartel tiene como color de campo el azul (azur) y significa caridad, verdad y lealtad.
DIESTRO INFERIOR: Este cuartel representa en su centro al accidente geográfico más característico del lugar: el cerro De Bernalejo el cual está ligado por la tradición con el inicial asentamiento y desarrollo de los primeros habitantes americanos naturales en el lugar. Los dos lagos, con tulares, significan la relación que con el agua siempre ha tenido Irapuato demostrado con ríos y lechos de arroyos y lagunas que se encuentran en la región. Las dos casitas expresan unos de los dos significados toponímicos que se le otorgan a la palabra Irapuato como “lugar de casas bajas” aludiendo a las innumerables chocitas que existirían durante la época prehispánica. Los colores de este cuartel son los naturales.
INFERIOR SINIESTRO: Dos brazos entrecruzados dominan este cuartel simbolizando, uno, con la hoz, el desarrollo agrícola de la región y el otro, sostiene el símbolo del dios griego Mercurio significando al comercio. De ambos brazos se desprende una cadena de la cual pende una rueda dentada la cual significa el desarrollo industrial local. Las bandas onduladas y las líneas del horizonte representan la equidistancia local con los dos océanos. Igualmente, la rosa de los vientos simboliza el lugar preeminente de que goza como centro geográfico de la república. El color de este cuartel es el verde (sinople) que significa amistad, servicio y fe. EL dorado sol que remata al conjunto significa abundancia, claridad, riqueza y amistad. Se liga con el pasado al recordar el sol que, labrado, acompaña a la escultura de la Inmaculada Concepción que se centra en la gran concha que cubre la fachada del templo del Hospitalito, en una alegoría icnográfica bíblico-mariana. El listón con su lema latino AD AUGUSTA PER ANGUSTA quesignifica “Hacia lo más elevado, lo más alto, por medio de lo angosto”.
¿Dónde está Irapuato?
Resta señalar que el municipio de Irapuato se localiza al suroeste del territorio guanajuatense, limita al noroeste con Romita, al norte con Celaya y Guanajuato, al este con Salamanca, al sur con Pueblo Nuevo y al oeste con Abasolo.
| Con datos del cronista Javier Martín Ruiz