León.- En Guanajuato, como en casi la totalidad de los estados del país, se vive cada 6 de enero la festividad de los Reyes Magos, que están presentes en los nacimientos, se parten roscas y los niños les envían cartas en días anteriores en espera de regalos a los que se hacen merecedores por su buen comportamiento.
Y ese “casi” se debe a que en los estados fronterizos, la entrega de regalos no las hacen “los Magos de Oriente”, sino que adquirieron la costumbre de Estados Unidos de que el día tan esperado por los niños es el 25 de diciembre, con la llegada de Santa Claus.
La tradición de la llegada de los Reyes Magos, conocidos por los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, empezó a celebrarse en nuestro país después de la Conquista y se mantuvo durante la época del Virreinato (Desde las primeras décadas del siglo XVII hasta el último tercio del XVIII) y las celebraciones populares le empezaron a añadir los detalles de los nacimientos, de compartir en familia una rosca y de pedirles a los niños dejaran un zapato en algún lugar de la casa, junto con una carta de peticiones, para recibir los regalos que los Reyes Magos les traen por la madrugada. Aunque las cartas posteriormente empezaron a enviarse en globos hacia el cielo o por correo, y los más actualizados lo hacen ahora por internet.
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Este día tiene el significado religioso de la adoración de los Reyes de Oriente que llegaron al portal de Belén donde 3 días antes había nacido el Niño Dios, donde lo ofrecieron oro, incienso y mirra, que empezó a dar lugar a que cada 6 de enero les traigan regalos a los niños.
También era un día en el que se partían roscas y se repartían en familia, con pequeños monitos del Niño Dios que en un principio eran con un Jesusito con corona , los cuales, a quienes les tocaba debían conservarlos hasta el Día de la Candelaria y que muchos optaban por tragárselos para no dar una fiesta el 2 de febrero, lo que después terminó en un “te toca ese día regalar tamales”.
La forma ovalada de la rosca, representa el círculo infinito del amor a Dios. Las frutas secas cristalizadas simbolizan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos, y el muñeco escondido representa al Niño Jesús.
Lo que está en la Biblia
En la tradición católica, se celebra la Epifanía, fiesta de la Iluminación, adoración de los Reyes o Día de los Reyes, con la visita de los magos de Oriente a Jesús 3 días después de su nacimiento y simboliza la revelación de Dios a todos los pueblos, ya que los Reyes sabían de las profecías y de la llegada del Redentor.
De acuerdo a los relatos bíblicos, fueron tres personajes que, guiados por una estrella, llegaron a Belén (tras una parada en Jerusalén, en el palacio de Herodes) para entregar obsequios al Hijo de Dios. En la Biblia se narra que al entrar al portal “vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra” (Mateo, 2:11), elementos que representan a Jesús como rey, Dios y mortal, respectivamente.
Sobre sus características hay escritos que coinciden en que practicaban la adivinación, medicina y astrología.
Sobre sus nombres, en hebreo fueron Apelio, Amerio y Damasco, en griego Gálgata, Malgalat y Sarathin, y en lengua latina, Gaspar, Baltasar y Melchior (Melchor).
Y sobre sus colores de piel y atuendos, en un inicio representaban a las razas de Sem, Cam y Jafet, y ahora encarnan los colores del mundo: blanco, amarillo y negro, o blanco, moreno y negro.
Una noche especial
La noche del día 5 los niños deben irse a dormir temprano y profundamente para que lleguen los Reyes a su hogar, ya que si tratan de verlos no llegarán y se irán sin dejarles ningún regalo.
Junto a su zapato, los niños reciben los consejos de sus padres para que les dejen galletas, agua, jugo o leche para que los Reyes coman algo, pues es una noche en que deberán visitar todas las casas para dejar los regalos y necesitan de un refrigerio. Incluso algo que también sirva para saciar la sed del sus camellos en los que hacen su recorrido.
Es una noche también, como la de este 5 de enero de 2024, en que los Reyes recorren de último momento las calles de la ciudad cargando los juguetes que habrán de regalar a los niños, y como “magos” deben, por tradición, agasajarlos este 6 de enero con lo que esté al alcance de sus bolsillos.
Y en algunas ciudades desfilan por la calles, ante la algarabía de los niño.
Es una tradición que se renueva cada año y es una fecha que los adultos llevamos grabada, pues de niños esperábamos ya desde un día después del 6 de enero la llegada de los Reyes Magos para el año siguiente, difrutando de los regalos que nos habían traido.