León.- Llegó a México en 1973, directo de Uruguay, para jugar con el América. Estuvo con las Águilas solamente un torneo, porque para 1974 fue transferido al Unión de Curtidores, equipo que debutaba en Primera División y en el que se retiraría en 1981, consagrado como una de las grandes figuras históricas del cuadro de la franja.
Oribe Maciel, nacido en Uruguay, fue un poderoso extremo derecho, de toque fino, pero muy recio en la lucha por el balón. Por eso se acopló tan bien en un conjunto de aguerridos, con Jorge Jaramillo y, Jorge Lizardo, Chavicos Enríquez, “Comeúñas” Sánchez, Fausto Vargas, Pío Tabaré, “Puskas” García, Hugo Dávila, Gato Lugo, Salvador Carrillo, Juan Carlos Czentoricky...
Los dirigía la Tota Carbajal, señal de que tenían que ser gente entregada totalmente, sin reservas. Porque como decía Carbajal: “Somos un equipo de hombres, no de nombres”.
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La garra era una de sus características, pero el juego ofensivo era también letal con Oribe Maciel jugando por la banda, metiendo goles y sirviendo a Fausto Vargas que estaba en gran momento. Czentoricky también un Jugadorazo y ni hablar de la defensa con Villalobos.
Oribe Maciel se quedó en León, desde un inicio le gustó la ciudad, le gustó su afición, su casa en la Martinica, el trato que le daba la gente, el reconocimiento profesional del que gozaba, y la amistad de muchísimos leoneses.
Siempre se mantuvo en contacto con el deporte, ya como coordinador del área deportiva en el Lux, ya como entrenador en divisiones menores, permanentemente activo. Su hijo Guillermo Oribe “Pucho” Maciel también llegó al profesionalismo y jugó con el León, aunque ahora ya está retirado.
Este viernes 10 de marzo, Oribe Ramón Maciel Borba pasó a mejor vida, a la edad de 73 años. Su casi medio siglo en León fue de existencia fructífera, y será recordado como uno de los miembros legendarios del deporte local.
cv