León-. La hacienda de Santa Ana del Conde es una de las fincas más antiguas del bajío, es un sitio que forma parte de episodios importantes de la historia nacional y la de Guanajuato, el casco antiguo se conserva y la edificación fue alguna vez tienda de raya.
Situada en una colina, al fondo de una planicie en la que antes se cultivaba el trigo, la hacienda de Santa Ana del Conde hoy es el seminario los Misioneros del Natividad de María, en antaño, fue una tienda de raya, tiendas para trabajadores que eran comunes en México en tiempos del porfiriato.
Las tiendas de raya se establecían dentro de las grandes haciendas o empresas y fábricas industriales a finales del siglo XIX a principios del siglo XX: “Tuvieron su auge en el periodo histórico que conocemos como el porfiriato, entre 1877 y 1910” explicó José Eduardo Vidaurri Aréchiga, Cronista de la Ciudad de Guanajuato.
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En uno de los muros de la antigua de la hacienda de Santa Ana del Conde se mantiene conservado un gran ventanal con la herrería antigua y una pequeña rendija metálica en forma de arco en la que los trabajadores acudían a comprar los productos que se producían en la propiedad.
Este tipo de comercios de la época del porfiriato tenían su propio sistema de compra y venta, sin embargo, los propietarios de las haciendas o los comercios vendían a sus propios productos a los obreros para así recuperar inversiones, explicó Vidaurri: “En esas tiendas los trabajadores tenían la posibilidad de adquirir todos los productos necesarios para su supervivencia, pero resulta que esas tiendas, eran propiedad el patrón o el dueño de la hacienda, de la empresa, ellos aprovechaban que esas tiendas eran suyas para recuperar o sacarle le mayor provecho, recuperando el dinero que habían invertido en sueldo”.
A finales del siglo XIX y principios del XX la mayor parte de los mexicanos eran analfabeta por lo que no sabían firmar, los empleados firmaban con una raya en el cuaderno de cuentas, de ahí el origen del nombre de las tiendas.
Tiendas de raya, una historia de abuso para el obrero mexicano
Las tiendas de raya podían tener sus propias monedas cuyo nombre eran tlacos. Los tlacos o monedas se gastaban exclusivamente en la hacienda. Los precios no eran justos para quienes trabajaban dentro de la hacienda, los propietarios inflaban el valor de los productos para que los trabajadores quedaran endeudados.
“Eso llevó a que los trabajadores estuvieran obligados, prácticamente, a trabajar casi gratis a cambio de un salario bajo comprando en las tiendas de raya de la propia hacienda, fue una especie de mecanismo para esclavizar a los trabajadores” explicó el Cronista Municipal de la Ciudad de Guanajuato a la Silla Rota.