PERSONAS DESAPARECIDAS

Mueren en la lucha por encontrar a sus familiares

A cuatro personas no les ha alcanzado la vida para volver a ver a sus seres queridos; sufren por la angustia, la falta de recursos y, encima de todo, el peligro de tocar intereses de la delincuencia organizada

Al centro aparece la foto de Catalina Vargas, desaparecida el pasado lunes 17 de julio. También las personas que han sido asesinadas en la búsqueda de familiares.
Al centro aparece la foto de Catalina Vargas, desaparecida el pasado lunes 17 de julio. También las personas que han sido asesinadas en la búsqueda de familiares.Créditos: Especial
Escrito en GUANAJUATO el

Guanajuato.- El caso de Javier Barajas Piña fue el primero en evidenciar el peligro que corren las personas que buscan a sus familiares desaparecidos. Este joven de 27 años había perdido a su hermana, la maestra Lupita Barajas, desaparecida un fin de semana de febrero de 2020 poco después de despedirse de sus padres en Salvatierra para irse a Irapuato, donde tenía una plaza asignada en una primaria.

En octubre de ese año fue hallada una fosa con 79 cuerpos, entre los que se identificó al de la profesora. Aun así, el hermano siguió activo en los grupos de búsqueda, concretamente en la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas. Esta actividad le costó la vida cuando fue baleado el 29 de mayo de 2021.

Las personas buscadoras padecen, además del profundo dolor de no saber dónde están sus seres queridos, la carencia de recursos para agilizar los rastreos y, encima de todo, el peligro de que a la delincuencia organizada no le parezca que la gente ande hurgando en los terrenos que han convertido en cementerios clandestinos.

Carmen, Rosario, Tere Magueyal y ahora Catalina

En Guanajuato, la tragedia convirtió a más de 600 madres y esposas en víctimas indirectas de la desaparición, muchas de las cuales, inintencionalmente y obligadas por las circunstancias se volvieron aliadas, hermanas y compañeras; dejaron de ser la ama de casa, la empleada o la profesionista para, en contra de su voluntad, convertirse en madres y esposas buscadoras.

... Y de buscadoras, a convertirse en personas buscadas. El caso más reciente es el de la señora Catalina Vargas, leonesa de 60 años, dedicada en cuerpo y alma a la búsqueda de su hijo desde hace 3 años y medio. Luis Antonio Rodríguez Vargas desapareció el 1 de enero de 2020.

Desde el colectivo “Unidos por los desaparecidos León”, Catalina y decenas de personas más, principalmente madres, rastreaban en terrenos y cerros de las comunidades de León. Con sombrero y mapa en mano, palas y varillas como herramientas, iban picando en la tierra y preguntando en busca de indicios.

Durante estos 3 años y medio, en la casa de Catalina en la colonia Los Presidentes siempre estuvo un lugar en la mesa esperando el regreso de Luis Antonio y sus cosas como las había dejado. Hoy son dos personas las que hacen falta en el hogar.

Catalina fue reportada como desaparecida apenas el pasado lunes 17 de julio.

Para Rocío del Carmen Gómez, representante del grupo “Unidos por los desaparecidos León”, es de carácter urgente que la compañera buscadora sea localizada. Señaló que ni como grupo ni en lo individual han recibido amenazas o advertencias sobre su actividad.

Murió sin encontrarlo

El caso anterior había sido el de Teresa Magueyal. El pasado 3 de mayo, Teresa fue asesinada por 2 hombres encapuchados a bordo de una motocicleta, quienes la balearon mujer frente a otras personas que esperaban la salida de sus hijos afuera del kínder de la comunidad de San Miguel Octopan, donde ella residía, y de donde fue sustraído su hijo José Luis Apaseo Magueyal 3 años antes, el 6 de abril de 2020.

"Ni la desaparición de su hijo; ni los riesgos que enfrentó ella y sus compañeras en su exigencia de efectiva búsqueda, verdad y justica; ni su asesinato tenían que suceder. Se trata de un conjunto de agravios que nunca debieron haber ocurrido", afirmó en esa ocasión Jesús Peña Palacios, representante adjunto en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH). "Las familias merecen protección y justicia, no la muerte o la desdicha de morir sin saber dónde está su ser amado", señaló mediante un comunicado.

Teresa formaba parte del colectivo Una promesa por Cumplir (UPC), cuyos otros integrantes se mantienen en la búsqueda de José Luis Apaseo Magueyal.

5 meses de angustia

María del Carmen Vázquez fue acribillada en la puerta de su casa, en Abasolo. El 6 de noviembre de 2022, abrió la puerta y quienes tocaban eran dos asesinos que le dispararon a quemarropa, dejándola sin vida. Ella buscaba a su hijo Osmar Zúñiga Vázquez, de 21 años de edad, desde el 14 de junio anterior.

De Osmar tampoco se ha podido saber nada. Ella era integrante del colectivo Personas Desaparecidas de Pénjamo.

Acaban con una familia

En los ultimos 3 años, 2 hombres y 3 mujeres buscadores han sido asesinados. En León, Rosario Zavala Aguilar buscaba a su hijo Yatziri Misael Cardona Aguilar, quien tenía 16 años cuando fue llevado a la fuerza por hombres armados el 24 de diciembre de 2019.

Desde entonces, Rosario no descansó en el esfuerzo por localizar a su hijo, presionando a las autoridades y buscando en todo el estado, preguntando en hospitales y en cárceles por el muchacho, sin respuesta favorable. Ella fue asesinada en su casa por 2 hombres el 14 de octubre de 2020.

La desgracia continuó para la familia, pues el 27 de junio de 2022 fue asesinado Ulises Cardona Aguilar, el otro hijo de la mujer, y quien también había formado parte del comité de búsqueda.

Sin justicia

De todas estas personas asesinadas, solamente 2 de los culpables han sido capturados. Son los acusados de matar en Salvatierra a Javier Barajas Piña, hermano de la maestra Lupita.

Las familias de las otras víctimas siguen esperando justicia y, por ahora de manera urgente, la aparición con vida de doña Catalina Vargas.

cv