León.-Hace apenas cinco años la precipitación que caía en León era de más de 300 milímetros de lluvia entre el 15 de mayo y la tercera semana de junio. Hoy en día eso se ha reducido a tan solo 11 milímetros de caída de agua en la misma temporada; esto las cifras del sistema de agua potable y alcantarillado de León (Sapal).
Una de las actividades económicas que se realizaba con gran fuera también hace unos años en la Presa El Palote, es la pesca, la cual se ha complicado debido a la sequía por la que atraviesa León y el bajo nivel de la presa, de apenas el 20% de su capacidad.
Los lugares donde principalmente de comercializa el pescado, es en las palapas que se encuentran al costado de la presa y el parque metropolitano, sobre todo los fines de semana, días en que las familias acuden en búsqueda de comer y pasar un rato de esparcimiento acompañados de la naturaleza de la zona.
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Desde hace cerca de 30 años, el señor Gustavo Galván se ha dedicado a la pesca, oficio que se ha convertido en el sustento económico para él y su familia; sin embargo, ahora teme quedarse sin trabajo, por el bajo nivel de la presa El Palote y la reducción significativa de peces que ésta tiene.
“Hay días en que no sacamos ni uno, ahorita yo ya llevo dos pescados y pues ya me fue bien por hoy. Hay otros días en que no agarras nada y eso ya ha sido común últimamente; pero lo que a uno le gusta es venir a convivir con los amigos, somos un grupo aproximado de doce personas dedicadas desde hace años a esta actividad, aunque algunos vienen ya muy de vez en cuando, a veces estoy solo yo. Y lo mejor es venir a pescar temprano cuando está amaneciendo, a eso de las 6:00 o 7:00 de la mañana”, comentó el pescador.
Aunque ahora, hay quienes se dedican a otras labores como la albañilería o al mantenimiento en casas y empresas, puesto que requieren del recurso para poder llevar sustento a sus casas y sus familias, también hay quienes se aferran a seguir pescando, pues en ocasiones resulta más fácil un bajo nivel de agua.
“Para la pesca no afecta, porque se reduce el nivel de agua por el calor y los peces se apilan al centro, pero para los pescadores que usan red es lo mejor, aunque son los que menos han venido y la verdad es que a nosotros no nos perjudica, al contrario, nos beneficia, pero para la ciudad sí está canijo, si se seca la presa de dónde van a sacar tanta agua para la gente; aquí en las noches se escucha muy fuerte la planta que extrae el agua, cuando hay, pero ahorita tiene ya unas semanas que dejó de escucharse”, dijo Gustavo.
El temor principal de los pescadores es que, así como sucedió hace ya una década, la presa se seque totalmente, pues con el nivel actual ya se alcanza a ver las ruinas de la Hacienda El Palote, la cual se encuentra en el centro del vaso de captación.
Pero para Gustavo no hay otra actividad, más que la pesca, pues por años ha sido su forma de alimentación y de sustento.
“Ningún otro oficio ejerzo, puro pescar; no te diría que es mi vida, pero es lo que me gusta hacer. A veces, se pueden sacar unos cinco pescados que son los que aquí se tienen permitidos al día, pero nosotros sacamos unos ocho o hasta diez, vendemos la mitad y la otra nos la comemos, con lo que se vende sacamos para las tortillas, aceite, frutas, verduras y entonces tiene que salir para mantenernos”, comentó.
Finalmente dijo que, su esposa se encarga principalmente del servicio de la palapa, con la preparación de los pescados y el filete, que en últimas fechas han tenido que surtir el pescado para la venta, desde algún mercado o pescadería que venda su producto lo más fresco posible, para ellos poder seguir operando.