León-. Las personas de edad mayor todavía recuerdan en sus conversaciones el modo en que se divertían cuando eran niños: gozaban de jugar con un mundo diminuto, el de los mayates, los chupiros, los escarabajos rodón, chapulines y catarinas, sin embargo, las poblaciones de estos artrópodos han ido en declive en León y otros municipios debido a la destrucción de su hábitat.
Antes de la era digital y las redes sociales, los niños encontraban la diversión en el campo, en tiempos de lluvia, con el cielo nublado, en un ambiente fresco y húmedo que proveen las mezquiteras que había en aquel entonces en León, ahí encontraban mayates: insectos de color verde brillante que habitan en los árboles de mezquite y bosques de encino.
Los niños y las niñas ataban un hilo a la pata de un mayate (Cotinis laticornis) para que el insecto hiciera de mascota, como una especie de perro volador con correa que traían durante gran parte del día, hasta que se aburrían y lo liberaban. Se divertían, buscaban chapulines y catarinas entre el pasto.
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Resultaba divertido encontrar escarabajos rodón (Phanaeus mexicanus) que salían del estiércol de las vacas, o cuando caía la tarde, cerca de la noche, jugaban a encontrar a las luciérnagas entre la yerba de los riachuelos, veían estos bichos de luz brillar entre árboles de encino en un ambiente mágico, a estas les llamaban chupiros.
Los mayates (Cotinis laticornis), escarabajos rodón (Phanaeus mexicanus) y chupiros o luciérnagas (Lampyridae), son insectos que ya no forman parte de los juegos y la diversión de las generaciones actuales, pero, su importancia para los ecosistemas no ha cambiado, y sus poblaciones se han visto reducidas, de acuerdo a información del entomólogo Erick Omar Martínez Luque quien estudia insectos en el estado de Guanajuato.
“Casi no hay estudios sobre insectos, no se sabe mucho de ellos, cuántos hay en el estado de Guanajuato o sus poblaciones”. Explicó el entomólogo de la Universidad Autónoma de Querétaro en entrevista para La Silla Rota.
Gran parte del hábitat original de estos insectos (y de otras especies) como bosques de encino y pino, ya está extinto, lo que provocó que cada vez más bichos sean desplazados a lugares ignotos en la naturaleza, poco perturbados, alejados de la población.
“Más que los mezquites, más bien las encineras, algunos bosques que había en aquellas épocas, de pinos, de encinos y de algunos oyameles que llegaba a haber, esa vegetación está casi extinta del estado, con excepciones de Victoria o de Xichú donde quedan algunos bosques”. Expresó el experto en ciencias biológicas.
El experto entomólogo expuso que en municipios como León (Sierra de Lobos, Sauz Seco y Otates), Irapuato y la Sierra de Pénjamo, quedan relictos de bosques de encino y mezquite en donde se han presenciado nuevos avistamientos, como el escarabajo rinoceronte después de 40 años.
Pese a los nuevos avistamientos el investigador en entomología señaló que son poblaciones de insectos que están a punto de colapsar por la falta bosques debido al crecimiento poblacional.
“Las especies están ahí pero no las vemos, para ellos la contaminación lumínica que se genera con las grandes ciudades y el crecimiento poblacional las desplaza hacia los lugares más remotos, las luciérnagas entre más luz, hay menos”. Informó en Martínez Luque.
Importantes para la salud de los bosques de Guanajuato
Luque detalló que los escarabajos rodacacas o estercoleros están relacionados con la dispersión de algunas semillas de las plantas, con la remoción y los ciclos de reintegración de materia orgánica, con ciclos del nitrógeno o carbono en el suelo.
El investigador subrayó la importancia que estas especies tienen para el subsuelo: “Los mayates intervienen en la polinización nopales y mezquites de manera indirecta. No son como los polinizadores número uno, pero de manera indirecta llegan a ser polinizadores, sus larvas están con la remoción del suelo de la aeración, la generación de raíces de muchas plantas. Si estuviera compacto el suelo, no pueden crecer las plantas”.
Sin estos bichos se llevaría a una desertificación de todo el ecosistema, explicó Luque: “Tendería a hacer un desierto toda esa gran diversidad de plantas que es característica de algunas mezquiteras, de algunos ambientes xerófilos, bosques espinosos, como lo hay en gran parte del estado de Guanajuato”.
El experto en esta rama de la zoología explicó que la población y la marcha urbana crecen de manera acelerada: “Falta mucho por conocer aún, cosa que se nos está adelantando el proceso gigantesco con el que avanzan las ciudades y el crecimiento poblacional, hay poca gente que trabaja con insectos en el estado”.
Consejos para cuidar a los insectos en los bosques y en casa
Martínez Luque explicó algunas acciones que pueden realizarse como apagar las luces cuando no se ocupen, sobre todo, luces en exteriores cuando no se esté dentro de las casas, cambiar los focos del alumbrado por luces led, con ello no se interviene en el proceso de apareamiento.
“No utilizar insecticidas en los cultivos o utilizarlos lo menos posible, de lo que se alimentan algunos otros insectos, usar menos químicos, y procurar la preservación de cuerpos de agua naturales”. Compartió el entomólogo para la Silla Rota
Dentro de bosques de encino, explicó Martínez Luque las acciones que pueden realizarse son: “Utilizar lo menos posible la madera de matorrales, no remover o quemar la hojarasca, pues viven dentro. Al hacerlo se llevan todo lo que puede haber, al momento de llevarse la hojarasca para venderla o en el caso de las famosas quemas para remover o reintegrarla para cultivos, ahí se están llevando todo lo que puede haber, huevos e insectos juveniles”.
Estos insectos habitan en el silencio de los bosques más ignotos del estado de Guanajuato. Los que alguna vez fueron niños todavía los recuerdan en sus memorias de la infancia jugando a descubrirlos y atraparlos entre encino, mezquites y pinos.