CULTURA

La historia de la legendaria danza de El torito en Silao

La danza del torito alegra las fiestas de los pueblos de Guanajuato, todos danzan con la muerte, se burlan del toro temible que escapó de una hacienda

Escrito en GUANAJUATO el

Silao de la victoria, Guanajuato-.  Un día un toro bravo se escapó de uno de los corrales de una hacienda en Silao, el caporal intentó apaciguarlo, pero no pudo controlarlo, todos en la finca, el hacendado, la borracha y otros personajes intentaron regresarlo al establo hasta que llegó el diablo, así nació la tradicional Danza del torito.

Todos salen de una casa que se encuentra en las faldas del Cerro del Cubilete, cerca de la montaña de Cristo Rey: el diablo, la muerte, una señora de larga cabellera rubia y en pantimedias negras, otra dama luce un enorme vestido de falda larga estampada de flores, un hombre viste de mariachi, otro de vaquero con gafas de piloto aviador y paliacate.

Son un grupo de bailarines disfrazados que caracterizan a los icónicos personajes de la legendaria danza guanajuatense de El torito.

La persona detrás de la máscara del personaje de la borracha es Enrique Arturo Rodríguez un danzante que difunde la tradición de El torito en la comunidad de Aguas buenas en Silao. Él comparte que El torito es una pasión a la hora de ponerse la máscara de la alcahueta (también la borracha).

Todos danzan al tempo de la flauta y el tambor, mientras el toro bravío causa temor a los espectadores con su duro bramido, la borracha pese a su estado de embriaguez lograr burlarlo.

Enrique Arturo Rodríguez compartió que él fue alumno de los señores Marcelino Oliva y Timoteo Trujillo, originarios de Silao, de la calle San Agustín en Barrio nuevo.

Enrique Arturo representa a la borracha de la hacienda

Dice Arturo: “Los principales, los iniciadores del torito en Silao, tocaban ambos, Marcelino tocaba la flauta, el tambor Don Kikis, tocaba, y en sus tiempos bailaba".

Arturo Enrique dirige el grupo del Torito de San Lorenzo en Silao y lo integran bailarines originarios de este municipio y Guanajuato capital: “Se bailaba dentro de Silao y Guanajuato y empezó a difundirse dentro de León e Irapuato, ya después hubo oportunidad de llevarlos a nivel internacional, gracias al grupo Ilan Quee”.

Un toro bravo se escapó del corral

La danza del torito fue difundiéndose en diferentes institutos culturales y universidades: “En Casa de la cultura y Universidad de Guanajuato, ya se hace a nivel nacional”.

Arturo relató que la danza nace de una narración que se suscitó en una hacienda: “Era uno de los toros que se escapa de las haciendas de aquí de Silao, en el Trejo. Y que esa danza era que se suelta el toro, se escapa uno de los toros de los corrales, cuando ese toro empieza a embestir a la gente, para tratar de capturarlo, al darse cuenta que el caporal no puede, sale el hacendado, después viene la mujer bonita viene la Maringuía, después viene la borracha o la alcahueta de la hacienda”.

 

Los personajes de la danza de el torito

Toro, caballito o hacendado, mulita o caporal maringuia o tamalera, la borracha, el Jorobad, el viejo ermitaño, el diablo y la muerte

Arturo relata que dentro de la danza El torito entran a bailar distintos personajes: “El Jorobante con las malformaciones y todo trata de cerrarlo, cuando no se puede entre ellos van y le dan aviso al ermitaño, era una persona sabia, como todo sabemos las personas de la tercera edad tienen un poquito más de inteligencia y más de vivencia, y lo trata de calmar, estaba apaciguándose”.

El Diablo que hace enfurecer al torito

Todo esfuerzo por contener la furia del toro fue en vano, el viejo, el hombre sabio casi lo logra hasta que: “Sale el diablo con un chicotazo, lo enfurece más, empieza a embestir a todos las personas y todos los que estaban ahí”.

Los personajes de la danza de el torito bailan a la par que se juegan la vida burlando al toro, pero este termina matando a los personajes hasta que la muerte llega finalmente para darle fin al toro.

Todo esfuerzo por contener la furia del toro fue en vano, el viejo, el hombre sabio de la hacienda casi estaba por apaciguarlos hasta que: “Sale el diablo con un chicotazo, lo enfurece más, empieza a embestir a todos las personas y todos los que estaban ahí”. Detalló Arturo quien difunde esta tradición en distintos pueblos y ciudades de Guanajuato.