Es chairo. Un chairo fifisístico. O un fifi chaireado.
El presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, Héctor Tejada Shaar, resultó ser afín a Morena.
Ya había sospechas sobre eso. Desde hacía un par de años, los empresarios de Guanajuato veían una extraña relación del leonés Héctor Tejada Shaar con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Más de alguno decía: es chairo. Es de Morena. Cree en la 4T.
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Y así quedó demostrado hace unos días cuando Morena lo incluyó en la encuesta para buscar la Coordinación de Defensa de la Transformación en Guanajuato (es decir la candidatura a la gubernatura). Ese simple hecho fue la confirmación de que el líder empresarial, de origen libanés, está muy cerca de la Cuarta Transformación. Su inclusión en la lista confirma que es próximo al movimiento. Un empresario de origen libanés en el movimiento de izquierda de México. Un hombre que se ha ganado la confianza del Presidente (solo ellos saben cuáles son sus servicios a la transformación).
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Lo que es cierto es que Héctor Tejada pudo haber sido un candidato interesante. Era un interlocutor natural entre los empresarios y el presidente Andrés Manuel. Era también la esperanza de que la 4T entendería a los guanajuatenses. Y era quitarles el miedo a todos los hombres de negocios. Pero Héctor Tejada no resistió ni dos días. Los líderes industriales ya estaban pidiendo su renuncia a la Concanaco. Ya habían planteado la necesidad de publicar un desplegado para desconocerlo. Y ya corría la versión que era una traición al sector empresarial.
Por lo mismo Héctor Tejada, decidió bajarse. Da la impresión de que el presidente Andrés Manuel le había asegurado la candidatura, de lo contrario, no se explica el por qué habría aceptado la quemada con el gobierno estatal del PAN y con el sector industrial.
Ahora Héctor Tejada, está en la cuerda floja.
Se le ha perdido la confianza.
No es ya un digno representante de la Cámara Nacional de Comercio, ni tiene el respaldo de los miles de comerciantes en todo el país. Héctor Tejada escuchó al canto de las sirenas y cayó en el garlito. Ahora ni es candidato, ni es un líder empresarial confiable. A ver cómo sale de este chairo embrollo.